Isabel Díaz Ayuso entiende la actuación del Ministerio de Sanidad en relación al colapso de los centros de salud y hospitales en las últimas semanas como un aspaviento. Más que eso, como una “campaña de publicidad” de alguien a quien conoce bien, que no es otra que Mónica García. La presidenta de la Comunidad de Madrid ha querido este jueves ser muy cuidadosa con su postura sobre la obligatoriedad de la mascarilla, no así al referirse a la hoy ministra y hasta hace apenas unas semanas azote de su gobierno en la Asamblea y en las calles en grandes movilizaciones en defensa de la sanidad pública.
“No estamos en contra de que se utilicen mascarillas”, ha antepuesto Díaz Ayuso, rodeada de micrófonos tras participar en una mesa redonda con inversores. “No confundamos el mensaje -ha continuado-. No estamos en contra de que los sanitarios decidan en qué centros de salud y en qué zonas es mejor utilizarlas o no”. Dicho esto, la presidenta ha recordado que Sanidad “no tiene grandes competencias” (”no nos engañemos”, ha añadido), sino que son las comunidades autónomas las que tienen el control de esta competencia salvo en los casos en los que hay una crisis de grandes proporciones. Y no era o es el caso, opina.
“Es el afán del ministerio por hacerse autocampaña cuando ya ha pasado lo más grave de la crisis en Madrid, porque nosotros llevamos muchas semanas trabajando”, se ha quejado Díaz Ayuso, que ha acusado a la nueva ministra elevar a “crisis casi pandémica lo que no lo es”. “Se tiene que esperar. Si va a tener muchas crisis sanitarias a lo largo de la legislatura para demostrar su capacidad de gestión. Y oye, si se puede ayudar, se ayuda, pero no se pueden hacer las cosas de esta manera, porque no es una pugna entre la Comunidad de Madrid y este ministerio, es que ha tenido este problema con todas las comunidades de todo signo político”.
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No todas las comunidades
En realidad, todas no. En honor a la verdad, son 11, eso sí una mayoría, las que se opusieron a la obligatoriedad, pero seis se mostraron a favor. Sí apunta bien Díaz Ayuso en que entre los detractores hay gobiernos socialistas, igual que entre los partidarios los hay populares. A favor, Aragón, Comunidad Valenciana y la Región de Murcia (del PP), además de Cataluña, Asturias y Canarias. En contra, Andalucía, Cantabria, Castilla y León, Extremadura, Galicia, Baleares, La Rioja, Comunidad de Madrid, País Vasco y las socialistas Castilla-La Mancha y Navarra.
Fue este miércoles cuando de forma oficial, Sanidad notificó a los distintos territorios la orden por la que imponer el uso de mascarilla en sus centros de salud y hospitales hasta que baje la incidencia de los virus respiratorios, medida que podrán levantar cuando encadenen dos semanas consecutivas de descenso. No obligadas pero sí recomendadas en residencias y farmacias, así como para cada persona que tenga síntomas de infección respiratoria, para la que se aconseja asimismo reducir las interacciones sociales.
País Vasco es la comunidad que con hechos se ha manifestado más contraria a la orden de Sanidad, llevándolo a los tribunales. Eso sí, acata y cumplirá hasta que haya una resolución. El ejecutivo de Iñigo Urkullu recibió la noticia con “desconcierto” y “perplejidad”.