Bibiana Medialdea es secretaria general de Consumo y Juego del Gobierno de España. Tras cuatro años en el Ministerio de Consumo, dirigido por Alberto Garzón, el nuevo Ejecutivo de Pedro Sánchez decidió suprimir esta cartera y fusionarla dentro del nuevo Ministerio de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030, a cargo de Pablo Bustinduy. Hasta ahora, Medialdea lideraba la Dirección General de Consumo, pero en esta nueva legislatura será la máxima responsable dentro de la secretaría.
La doctora en Economía y profesora en la Universidad Complutense de Madrid (UCM) atiende a Infobae en su primera entrevista de la legislatura para conocer los focos de los próximos cuatro años, las cuentas pendientes que dejó abiertas el Ministerio de Consumo y los actuales retos, donde los videojuegos y sus potenciales adicciones, la protección al consumidor vulnerable, el consumo sostenible y las bebidas energéticas ocupan los focos principales.
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Pregunta: ¿Cuál va a ser el foco principal de trabajo durante la legislatura?
Respuesta: Hay dos ejes que van a vertebrar todo el trabajo de la legislatura. Un eje es todo lo que tiene que ver con consumo verde, con consumo sostenible. Es algo que, históricamente, las políticas de consumo en este país no contemplaban, pero es lo que está marcando la agenda europea del consumidor. De ahí irán saliendo normas, políticas, campañas, iniciativas... El otro eje tiene que ver con una cosa que iniciamos ya la legislatura pasada, y es todo lo que tiene que ver con la protección de las personas consumidoras vulnerables. Es una figura jurídica que ya está en el ordenamiento jurídico. Hay veces que tener una alergia, ser menor o vivir en un sitio sin infraestructuras de telecomunicaciones, te hace vulnerable en una relación de consumo. Esas personas necesitan una protección reforzada. Tras esto, hay una línea de trabajo de muchísimas cosas, desde el etiquetado en braille para las personas con discapacidad, hasta proteger a la infancia de la publicidad de alimentación basura.
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Pregunta: Consumo pasa de ser un Ministerio a una Secretaría General. ¿Se pierden competencias o en qué cambia la situación a partir de ahora?
R: Competencias no se pierde ninguna, tenemos exactamente las mismas. La Secretaría General de Consumo y Juego arrastra todas las competencias que tenía el Ministerio de Consumo y sí que es verdad que hay un efecto que yo creo que es más mediático, pero que es importante y tiene que ver con que llevábamos décadas con las políticas de consumo absolutamente olvidadas. Con la legislatura pasada, que hubiera un Ministerio de Consumo hizo posible que estas políticas tomaran relevancia, se actualizaran y se alinearan con Europa y entraran a primera línea de la agenda política. El Ministerio de Consumo, nos ayudó, digamos, a sacar a consumo del armario.
P: Durante la anterior legislatura se quedaron en el tintero un par de cuestiones. La limitación de la publicidad para las bebidas energéticas y limitar la publicidad de alimentos no saludables entre los jóvenes. ¿Por qué no se han podido llevar a cabo?
R: Se tenía mucho más avanzado el tema de la regulación de publicidad de alimentación dirigida al público infantil. Cuando llegó el adelanto electoral estábamos en una discusión política con el PSOE respecto a los detalles del proyecto. Había un borrador y había un debate en particular con el Ministerio de Agricultura sobre cuál era la concreción exacta, que era ya más de índole política que técnica, pero llegó el adelanto electoral.
En el caso de las bebidas energéticas, se estaba empezando a trabajar en esa regulación, así que hemos retomado esa línea de trabajo. En la Agencia de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) propusimos y formamos un grupo de trabajo con comunidades autónomas, además de con Sanidad y Agricultura. Lo que nos recomienda la comunidad científica, no es que se controle o que sea bajo el consumo de bebidas energéticas en niños y adolescentes, sino que se evite. Nos están diciendo que hay que evitar este consumo y tenemos que ver normativamente cómo lo hacemos. Tenemos la suerte de que hay algunas comunidades que también lo ven claro y que ya han anunciado que están dando pasos en esa dirección. Sanidad también lo ve claro, así que estamos completamente alineados.
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P: Al hablar de consumo, siempre queda la gran utopía del etiquetado de los alimentos. Se suele utilizar Chile como referencia por su llamativo etiqueado de los productos insalubres, que quedan totalmente marcados. ¿Qué impide algo así en España?
R: Hay un reglamento europeo que dice que el etiquetado nutricional solo puede ser voluntario. Así que no es negociable, no tenemos margen de maniobra para cambiarlo y eso es lo que ha restringido enormemente nuestras posibilidades. Si en un contexto como el nuestro, en el que el etiquetado nutricional es voluntario, das como opción un etiquetado como el de Chile, que solo etiqueta en negativo... ¿Qué aliciente estás dando para que una empresa lo utilice? Podríamos haber hecho como Chile, pero es que ninguna empresa se iba a poner el sello negativo. Lo único que nos queda es ir a etiquetados que les den a las empresas algunos alicientes, es decir, que premien también las mejores opciones nutricionales. El margen de mejora existe, pero no es muchísimo.
P: El último estudio de prevalencia de juego decía que el 12% de los chicos que jóvenes que apuestan presentan rasgos de no saber gestionar bien el juego y tienen riesgo de ludopatía. Una vez visibilizado el problema con las apuestas online y tras haber limitado los anuncios de las casas de apuestas, ¿cómo se puede ir más lejos para reducir esto?
R: El juego online, lo que llamamos lotería instantánea, esos que dan premios en el momento, son los más problemáticos, pero solo tenemos competencias propias en juego online. Nos gusta hablar de juego seguro y no de juego responsable por no echar la carga en la persona que juega. No es que la persona tenga que ser responsable, sino es la institución la que tiene que crear las condiciones para que el juego sea sea una actividad segura.
Hay que recordar que las casas de apuestas no son competencia del ministerio, son competencia autonómica. Ya dimos un paso importante con el tema de la publicidad y quedan algunas cosas por hacer que Fise van a hacer esta legislatura. Una es el tema del registro de autoprohibidos, es decir, cuando un mismo jugador es consciente de que tiene un problema con el juego y se inscribe en un registro para que a partir de ciertas cantidades le limiten el juego, esos registros son autonómicos. Estamos trabajando para que esos registros estén interconectados, para que no puedas saltártelo al irte a otra comunidad autónoma. En torno a todo lo que tiene que ver con el juego presencial, nosotros ahí solo podemos jugar el papel de coordinador de las políticas de las comunidades autónomas.
P: En Internet hay todo un mundo sin legislar. Por ejemplo, pasa en muchos videojuegos como el FIFA o Fornite que puedes comprar sobres y artilugios para mejorar tu equipo o tu jugador. Mucho de esto son cartas que compras y funcionan como una lotería.
R: Esto es prioridad política máxima, en la parte de juego, durante esta legislatura. Es una norma en la que se empezó a trabajar en la legislatura pasada y yo creo que hay una conciencia social cada vez más grande. Cada vez, las familias somos más conscientes de nuestra ignorancia con respecto a qué se enfrentan los menores cuando están con la tablet o los móviles. Muchas veces pongo el ejemplo de los bombones con licor. Muchos no permitiríamos en ningún caso que nuestros hijos e hijas accedieran a juegos de azar online, pero juegan con videojuegos que generan las mismas dinámicas. Es como un bombón que dentro tiene licor, porque tiene dispositivos internos dentro del videojuego, que a no ser que tú te pongas a jugar con la criatura, seguramente ni siquiera los percibes y está estudiado, generan las mismas dinámicas de recompensa instantánea y ese gusto por volver a probar. Están sembrando la misma semilla con potencial problemático que los juegos de azar.
P: Ya regulasteis la figura del influencer y hay una dinámica bastante habitual entre la gente joven, sobre todo en Twitch, y consiste en que los chicos y chicas jóvenes, si se suscriben al canal un streamer, pueden abrir un sobre y cosas por el estilo. Los propios generadores de contenido juegan con el atractivo de una carta y su misterio.
R: El mundo de los influencers es un mundo nuevo. Hay regulación en marcha. Muchas veces lo que nos estamos encontrando es que incluso la normativa que existe actualmente, seguramente insuficiente para dar respuesta a todas esas realidades, ya tiene que una gran parte de los influencers no la está cumpliendo. Y en gran parte es incluso por desconocimiento. Hay muchos influencers que ni siquiera son conscientes de que están haciendo publicidad y que la publicidad en este país está regulada. El 77,75% de los influencers que nosotros inspeccionamos no estaban cumpliendo en cosas tan básicas como informar de que lo que estaban diciendo era publicidad. Hay un abismo entre cómo se mueve la publicidad en el ámbito online y los canales tradicionales, donde toda la normativa está ya mucho más asimilada.
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P: Durante la legislatura pasada, en concreto un momento en Sánchez, líder del propio gobierno, os echó a los leones diciendo la famosa frase del chuletón en mitad de la crisis mediática que se os montó. ¿Cómo es trabajar con la sobreexposición mediática? ¿Llega a interceder en el buen trabajo de un ministerio?
R: La sobreexposición mediática añade un plus de tensión que hay que compensar con un plus de prudencia. Hay que tener en cuenta que parte del trabajo que hacemos desde este Ministerio tiene que ver con fomentar un consumo responsable, un consumo sostenible. A veces tenemos fuegos, pero es que nosotros tenemos la competencia de desarrollar un trabajo comunicativo que genere también una mayor sensibilización frente a las opciones de consumo y eso muchas veces exige llamar la atención en lo mediático. En su momento fue respecto al consumo de la carne, pero bueno, yo muchas veces lo afronto con la tranquilidad de saber que vamos en la buena dirección y que es que tenemos la responsabilidad, como servicio público, de ir dando esa información a la ciudadanía para que pueda ir tomando decisiones cada vez más sostenibles y cada vez más responsables.
Internamente, en momentos de duda o de zozobra, me acuerdo del tema del tabaco, y digo bueno, ser tú quien abre públicamente ciertos temas tiene un castigo mediático, porque vas en contra del sentido común en ese momento establecido, pero cuando tú sabes que lo está diciendo la comunidad científica, como poder público tienes la obligación de dar esa información.
P: ¿Y ese ruido intercede o afecta al resultado final de un proyecto?
R: Claro que puede afectar, pero en nuestro ámbito de trabajo está también generar esa sensibilización. Trabajas en una dirección y hay grupos empresariales y medios de comunicación que están trabajando en otra, y claro, cuando quien tiene otros intereses lo hace mejor que tú, pues te afecta y pierdes puntos en ese terreno. Nosotros tenemos que seguir la política comunicativa, forman parte de las competencias sustantivas, de lo que tenemos que hacer, y a veces esa información para los grupos empresariales no es cómoda.
P: ¿Recibís muchas llamadas de empresas cuando ponéis en marcha alguna nueva ley o campaña?
R: Llamadas, correos, petición de reuniones... La interlocución con las empresas es constante y con experiencias muy distintas. Por ponerte un ejemplo, con la industria juguetera tuvimos una experiencia súperpositiva la legislatura pasada. Ahí teníamos una propuesta desde el Gobierno clarísima de que el sexismo en la publicidad de juguetes era muy nociva para la formación de juicios de valor, la personalidad y el desarrollo cognitivo en niños y niñas. Había que atajarlo y solo se podía hacer de la mano de de las empresas. Con la Asociación Española de Fabricantes de Juguetes y la patronal de juguetes en España, después de un proceso largo e intenso de negociaciones, llegamos a un resultado muy positivo, con un código nuevo de regulación de juguetes que la Comisión Europea nos ha pedido, porque es pionero en Europa en cuanto a regulación de sexismo en publicidad, y con resultados que nos están diciendo ya los estudios que está funcionando. Durante la campaña del año pasado de Navidad, por primera vez desde que tenemos serie histórica, los estudios de sexismo en publicidad han dado unos resultados mejores que los del año anterior. Llevábamos un montón de años que cada año siempre era peor. Normalmente desplegamos políticas públicas cuyos efectos se ven muy a largo plazo, se diluyen. Hubiera sido imposible sin la colaboración de los fabricantes y sin su esfuerzo.
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P: ¿Si pones como ejemplo positivo la industria de los juguetes, cuál es la industria que más os ha presionado negativamente?
R: [Se ríe] A ver, yo soy optimista por naturaleza y ninguna negociación está cerrada, así que no voy a hacer una valoración negativa de ninguna, porque yo aspiro a que todas las que estén abiertas acaben bien, pero evidentemente, con la de servicios de atención al cliente, que son muchos los sectores que se ven afectados, ahí tenemos a muchas asociaciones y a muchas empresas interesadas en hacernos llegar sus opiniones y que seamos sensibles a su punto de vista. Pero bueno, son todo diálogos que están abiertos y que hasta que no terminen las negociaciones, pues no puedo decir que no hayan acabado bien. Y yo espero que acaben bien todas.