La asociación entre Paramount Pictures y Tom Cruise ha terminado, pero al actor no ha tardado en salirle un nuevo pretendiente en cuanto a estudios se refiere. Ha sido nada menos que Warner Bros. quien se ha hecho con los servicios del legendario actor, en un acuerdo que podría recordar al de los grandes fichajes de fútbol o incluso a los contratos de exclusividad de los actores del Hollywood clásico, pero que podría implicar muchas más cosas de las que pensamos, algunas malas a primera vista y otras mucho mejores a largo plazo.
De entrada porque no se trata de un acuerdo de exclusividad o al uso, al menos en principio. Cruise tiene en la actualidad varios proyectos en marcha con estudios rivales de Warner, como Universal o Paramount, pero no los suficientes como para atisbar un futuro en el que estuviera compaginando tantos proyectos con diferentes compañías. Lo más probable es que el actor terminase trabajando únicamente para Warner durante años y, a lo sumo, pudiera unirse a algún otro proyecto si pensase que realmente le merece la pena o fuera trabajar con algún gran director. No olvidemos al fin y al cabo que Cruise ha colaborado ya con algunos de los grandes cineastas de los últimos treinta años como Brian de Palma, Stanley Kubrick, Steven Spielberg, Michael Mann, Martin Scorsese o Paul Thomas Anderson.
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En definitiva, el actor podría hacer películas en otras compañías, pero la esperanza es que sea capaz de generar el tipo de superproducciones lo suficientemente atractivas como para generar secuelas, mejorar los resultados de Warner Bros, y de paso mantener a Cruise ocupado. La mala noticia, en el corto plazo, podría tener que ver precisamente con el último proyecto que tiene el actor pendiente de estreno, con el estudio Paramount: Misión Imposible. Esta película, que ha sido retrasada a 2025 y que además planea un cambio de nombre después de ser bautizada como Misión Imposible: Sentencia Mortal - Parte 2.
Una simbiosis que podría beneficiar a ambos
Pero no todo tienen por qué ser malas noticias. Puede que el acuerdo con Warner suponga decir adiós a las aventuras de Ethan Hunt y sus amigos Benji, Luther y compañía, lo cual sería un gran fastidio para los fans de una de las sagas más longevas y exitosas del cine reciente. Pero también es cierto que el acuerdo con Warner podría abrir nuevas fronteras que se antojan mucho más necesarias de cara al futuro de los cines, dentro de la lucha que se avecina entre las salas físicas y las plataformas.
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Cruisa nunca ha escondido su posición con respecto a esta cuestión, alineándose siempre del lado de las salas y criticando abiertamente el cada vez mayor consumo de películas en plataformas en lugar de acudir a los cines de toda la vida. Esta situación, que se vio agravada a causa de la pandemia, se palió en gran medida gracias a personas como Tom Cruise, que decidieron retrasar el estreno de sus proyectos con tal de que estos vieran la luz en el cine. Así sucedió con Top Gun: Maverick, la secuela de uno de los filmes que le diera fama y que aterrizó en salas en 2022 para batir varios récords en una taquilla que estaba perdiendo adeptos. Aquella fue toda una declaración de intenciones por parte del actor, quien a sus 61 años puede considerarse como una de las últimas grandes estrellas del Hollywood de toda la vida.
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— Tom Cruise (@TomCruise) January 9, 2024
A ello hay que sumar la frágil posición en la que se encuentra Warner Bros, en plena recomposición de sus franquicias como Harry Potter o el universo DC, con cambio de sillas en la junta directiva y en definitiva una desesperada búsqueda por recuperar el prestigio perdido y aumentar sus posibilidades como plataforma, desde este año en la HBO rebautizada como Max. El acuerdo con Cruise es la simbiosis que ambos necesitan, una oportunidad para uno de desarrollar sus propios proyectos con el respaldo necesario y para la otra contar en sus filas con una estrella de prestigio y que ha demostrado durante más de 30 años que si de algo es capaz es de atraer público. Cruise tiene nuevo equipo pero no por ello la misión será menos imposible, pues aquí de lo que se trata es de intentar salvar a los cines y no morir en el intento.