A sus 68 años, no hay prácticamente ningún tipo de película que se le haya escapado a Willem Dafoe. Ha estado en largometrajes de todo tipo de géneros, en superproducciones y pequeñas obras independientes, en grandes sagas superheroicas y filmes de autor, en películas de habla no inglesa, de animación, documentales e incluso series. No hay proyecto que se le escape al actor y a lo largo de los años ha estado en algunas de las películas más importantes de los últimos años, al tiempo que ha trabajado con los grandes cineastas, desde Scorsese a Wes Anderson, con el que ha colaborado en muchas ocasiones.
En definitiva, Dafoe es una persona más que autorizada en materia de cine, y por eso todo lo que tenga que decir con respecto a la industria puede ser más o menos acertado, pero ha de ser tenido en cuenta. El actor conoce a la perfección el mundo en el que se mueve, pero en los últimos meses está cada vez más preocupado por la situación que vive su sector. Y no ya de una manera egoísta o por reivindicar sus derechos, para eso ya ha estado la conocida huelga de guionistas y actores. Lo ha hecho en calidad de amante del cine, de actor, de profesional del medio al que le inquieta que las grandes películas casi no tengan repercusión en su paso por plataformas.
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“Ahora la gente ve las películas de otra manera, en casa, en vez de en los cines, que están cerrando. Lo cual es trágico, porque el tipo de atención que la gente presta en casa no es la misma. Las películas más difíciles, más desafiantes, no pueden funcionar tan bien cuando no tienes un público que preste atención. Eso es muy importante. Echo de menos el aspecto social del lugar que ocupa el cine en el mundo. Vas a ver una película, sales a cenar, hablas de ella más tarde, y eso se extiende. Ahora la gente se va a casa, dice: ‘Oye, cariño, vamos a ver algo estúpido esta noche’, y ven cinco minutos de diez películas, y dicen, olvídalo, vámonos a la cama. ¿Dónde se encuentra ese discurso?”, reflexionaba el actor.
‘Pobres criaturas’, su último gran papel
Lo cierto es que la preocupación de Dafoe no es compartida por él únicamente, sino que es una creencia cada vez más creciente en el mundo del cine. El actor señalaba además el tema de la falsa creencia de que porque una película no pase mucho tiempo en cartelera lleve a pensar al público que es porque no merece la pena, esperando así a poder verla en plataformas o directamente no hacerlo. Las ventanas de exhibición son cada vez menores y hoy día las películas tienen en taquilla una vida más limitada que antes, para que luego muchas de ellas se pierdan en el catálogo.
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Dafoe tiene motivos para pensar esto, pero no se sabe aun qué es lo que ocurrirá con su próxima película, Pobres criaturas, que está empezando su carrera triunfal por la temporada de premios pero que a nuestro país no llega hasta el próximo 26 de enero. En ella Dafoe da vida a un científico, el doctor Godwin Baxter, quien decide revivir a una joven que no sabe cómo es el mundo exterior ni cómo le irá en él. Este es solo uno de los variopintos personajes de Dafoe, que lo mismo ha interpretado al pintor Vincent Van Gogh que al icónico villano de Spider-Man, el Duende Verde. Con Pobres criaturas espera poder seguir demostrando que las buenas películas merece la pena irlas a ver al cine, aunque sus palabras no dejen de sonar con mayor fuerza con el auge de las plataformas y progresivo cierre de salas de cine.