Un inmueble en “ruina progresiva por total abandono”. Por este motivo, el palacio del Canto del Pico fue incluido en 2008 en la Lista Roja de Patrimonio de Hispania Nostra, un ranking de participación social que recopila los elementos patrimoniales de España que están en riesgo de desaparición. Desde entonces han transcurrido 15 años y el edificio, de propiedad privada, sigue en estado de abandono a pesar de ser un palacio histórico.
Se sitúa en uno de los puntos más altos de Torrelodones, municipio madrileño a solo 32 minutos en coche de la capital. Desde los 1.011 metros de altitud a los que se encuentra el Canto del Pico se disfruta de unas vistas privilegiadas de la comunidad de Madrid. Su curioso nombre también tiene que ver con su ubicación, ya que en sus alrededores hay un canto granítico en forma de pico de ave. Pero más allá de su localización y de su denominación, esta mansión destaca por los personajes que vivieron entre sus paredes.
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Un coleccionista de arte y Franco lo utilizaron antes del abandono
Uno de los aspectos del edificio que más llaman la atención es su peculiar arquitectura. Tal y como explica el ayuntamiento de Torrelodones, su construcción tuvo lugar en 1920 y fue un proyecto de José María Palacio y Arbazuza, conde de las Almenas, un reconocido coleccionista de arte español.
En su interior albergó su colección, pero incluso en su estructura se encontró espacio para las diferentes variedades de arte presentes en España: cuenta con columnas góticas del castillo de Uriel (Valladolid) y elementos de la colegiata de Logroño. Además, hasta 2007 acogió un claustro gótico del Real Monasterio de Santa María de la Valldigna (Valencia), que finalmente fue devuelto a su lugar original.
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Durante la etapa de propiedad del mencionado coleccionista de arte, entre los muros del palacete se produjo el fallecimiento de Antonio Maura y Montaner, reputado político español que fue presidente del Consejo de Ministros durante el reinado de Alfonso XIII en varios ocasiones. En 1925, y a sus 72 años, murió en el palacio cuando pasaba en él unos días de descanso.
Tras ser declarado Monumento Histórico Artístico en 1930, el Canto del Pico fue sede del Estado Mayor del Ejército Republicano en la Guerra Civil. Posteriormente, con la victoria del bando nacional y la muerte del conde de las Almenas en 1940, el inmueble pasó a ser propiedad de Francisco Franco, Jefe del Estado hasta 1975.
El propio José María Palacio y Arbazuza dejó en herencia el palacio a Franco y este le dio uso a lo largo de 35 años como lugar de descanso y recreo. Allí pasó largas temporadas y tras su muerte su hija Carmen Franco Polo fue su nueva propietaria.
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Destrozos, robos y abandono
A partir de entonces llegaron sus perores años. La vivienda no dispuso de mantenimiento ni de vigilancia, por lo que fue víctima de innumerables robos, expolios y daños. Para más inri, en julio de 1998 un incendio casi lo borra de la faz de la tierra, pero eventualmente los estragos se focalizaron en el techo. De hecho, tal y como explica la Lista Roja, permaneció sin cubierta durante tres años. Hispania Nostra añade que “casi la totalidad” de sus elementos han sido expoliados, entre ellos esculturas, bajorrelieves, azulejos o rejas.
Actualmente, el palacio es de propiedad privada, y a pesar de haber sido declarado Bien de Interés Cultural (BIC), continúa en estado de abandono. Por lo tanto, no se puede visitar. Además, su finca reconocida como Coto de Caza de la Comunidad de Madrid, es de acceso cerrado y tiene personal de seguridad y vigilancia.
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¿Se restaurará en un futuro? Con este fin, el Ayuntamiento de Torrelodones ha creado una Comisión. El objetivo primordial es estudiar soluciones que permitan preservar esta joya arquitectónica de la localidad.