A lo largo y ancho del territorio español, son muchos los espacios en los que su historia se ha ido diluyendo poco a poco hasta convertirse en lugares en ruinas o abandonados. A priori esto puede parecer algo deprimente, pero nada más lejos de la realidad, pues alrededor de todos ellos emerge un turismo donde la curiosidad y el misterio se apodera de todos los visitantes. Así, ofrecen experiencias únicas e inolvidables, pues en ellos el viajero puede contemplar evidencias de un pasado exitoso en un espacio de actual decadencia.
Este genera una atmósfera especial que atrae a los más curiosos, los cuales van en busca de vivencias que en algunas ocasiones pueden llegar a ser paranormales. En este sentido, nuestro país alberga multitud de lugares donde muchos dicen haber experimentado algún suceso que escape a la comprensión. Uno de ellos es el Preventorio de Aguas de Busot, un antiguo balneario ubicado en Alicante que tras la Guerra Civil se transformó en un sanatorio infantil para tratar la tuberculosis.
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De balneario de lujo a hospital
El Preventorio de Aguas de Busot se inauguró en el año 1918 como un impresionante complejo hotelero y balneario de grandes dimensiones con todo tipo de servicios, pues se creía que el agua de la zona contaba con propiedades curativas. Sin embargo, con el paso del tiempo sus instalaciones acogieron diversas transformaciones, reflejo de los cambios sociopolíticos de España. Así, su actividad turística se detuvo en la Guerra Civil, periodo en el que el edificio fue requisado y utilizado como centro de transfusión, dada su ubicación estratégica.
Aunque, su función más conocida y duradera comenzó en 1941, cuando pasó a ser preventorio antituberculoso para niños. Esta etapa nace de la necesidad de enfrentar la alta incidencia de la tuberculosis en aquella época, pues fue una enfermedad con devastadores efectos sobre la población, sobre todo en las clases más bajas. El preventorio funcionó como tal hasta los años 70, momento en que la disminución de la incidencia de la tuberculosis y el cambio en los tratamientos para combatir la enfermedad hicieron que perdiera su función original.
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Tras ello, se realizaron esfuerzos por reconvertir el espacio para otros usos sanitarios y asistenciales, aunque sin ningún éxito. Así, debido a la falta de mantenimiento y la ausencia de una función, el edificio cayó en desuso y entró en un proceso de deterioro que sigue actualmente. No obstante, este aspecto tétrico lo ha convertido en objeto de leyendas urbanas y relatos de fenómenos paranormales.
Por su parte, las autoridades locales y regionales han debatido sobre el futuro del preventorio. Se han barajado diversas iniciativas como convertirlo en un centro cultural o turístico, aprovechando su ubicación en un entorno natural privilegiado. Sin embargo, hasta la fecha no se ha consolidado un proyecto definitivo que permita devolverle la vida a este espacio.
Cómo llegar
Desde Alicante, el viaje es de alrededor de 30 minutos por las carreteras A-70 y CV-775. Por su parte, desde Valencia el trayecto tiene una duración estimada de 1 hora y 55 minutos por la AP-7 (hay peajes).