Los fuegos artificiales iluminan un King Abdullah Sports City que roza el lleno, el bullicio alcanza su punto más álgido con el pitido final de Sánchez Martínez que corona al Real Madrid como Supercampeón de España… en Arabia Saudí. Es 12 de enero de 2020, el primer curso del Erasmus árabe que sigue experimentando el torneo español en la actualidad y que se extenderá, como mínimo, hasta 2030. Se lo llevó el Real Madrid venciendo al Atlético, o mejor dicho, se lo arrebató Valverde a Morata de las manos cuando el rojiblanco encaraba a Courtois con el cronómetro agonizando.
Correa despejó al cielo de Yeda un balón que cayó indomable para Carvajal. Su errático control dejó el camino libre a Saúl para que la pusiera al hueco a un Morata que antes de ello ya había iniciado su carrera. Dejó atrás a Carvajal, Mendy y Valverde que, en vano, trataban de darle caza. Courtois ya se mentalizaba para elegir lado al que tirarse y confiar en que fuera el correcto cuando el centrocampista uruguayo se llevó el gato al agua haciéndole un tijeretazo. Frenó al ariete español con una entrada de esas que se hacen en el barrio jugando con los amigos cuando no queda otra opción para evitar un desenlace anunciado.
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I’ll never get tired of watching this match saving ‘tackle’ from Valverde.
— RMZZ (@_RMBlancoZz) January 9, 2024
The definition of Madridismo. The fact he did it to Morata and then Carvajal accidentally steps on his head afterwards makes it even better. pic.twitter.com/ih7ijuNF1V
Simeone entendió la patada
Evidentemente, Sánchez Martínez expulsó al uruguayo a falta de cinco minutos para el final, pero esa acción acabó siendo clave para que el Real Madrid llegara a penaltis y, como en Milán, tocara metal. “Hizo lo que tenía que hacer. Tiene todo el sentido del mundo, ganó el partido en esa acción”, opinó un Simeone que tuvo un gesto cariñoso con Valverde cuando abandonaba el partido. Cuatro años después, el Atlético sufre un flashback de Vietnam. Morata y Valverde regresan a la escena del crimen con el uruguayo dispuesto a repetir la tropelía.
“Claro que lo volvería a hacer. Siempre y cuando sea para el equipo. Si vamos perdiendo 3-0, no tiene sentido que lo haga, pero en aquella final estábamos el partido estaba muy igualado. Si fuéramos con ese resultado, lo volvería a hacer. Por el equipo y mis valores. Por el equipo siempre hay que dejar todo. Recuerdo esa noche en general, no sólo la jugada. Lograr otro título con el Real Madrid fue algo enorme y disfrutarlo con mis compañeros y familia fue muy especial. Cuando pienso en ese partido, es en todo, no sólo en esa falta”, asegura Valverde 24 horas antes de enfrentarse al Atlético en la primera semifinal de la Supercopa española.
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El Atlético, única kryptonita del Real Madrid esta temporada
El tiempo no parece haber pasado para ambos equipos, al menos en lo que a las últimas sensaciones se refiere. Aquel Atlético aterrizó en Arabia clasificado para octavos de Champions, descolgado de la cabeza de LaLiga y eliminado de Copa del Rey. Como lo hace actualmente, aunque con la papeleta copera salvada. “Jugar contra el Madrid nos entusiasma, nos emociona y genera expectativa”, avisa Simeone. “Siempre jugar estos partidos implica mucha importancia y mentalmente mucha energía. Es lo que tocó y son los partidos más lindos, bienvenidos sean, estamos preparados y lo haremos muy bien”, explica De Paul.
El argentino confía en que su equipo emule lo realizado hace cuatro meses en el estadio Metropolitano, donde los rojiblancos se reencontraron consigo mismos. Ante su eterno rival y bajo un escenario al que le “sobran los motivos” para estar entregado a la causa. El Atlético se olvidó del esperpéntico partido realizado en Mestalla y del shock que supuso el empate del portero de la Lazio en la última jugada y firmó (3-1) su victoria más necesaria y, hasta el momento, única derrota blanca. Los de Ancelotti se han repuesto con pundonor de la plaga de lesiones que incluso obligó al italiano a jugar con Tchouaméni como central de emergencia. Aunque en partidos de este tipo, poco importan las dinámicas. No existen finales más igualadas que las que se juegan como un derbi.