Las lesiones han estado muy presentes en la carrera deportiva de Rafa Nadal. Desde prácticamente el mismo momento en el que dio el salto al tenis de élite y comenzó a disputar torneos dentro del circuito de la ATP, las dolencias físicas han estado a la orden del día para el de Manacor. Además, no han sido en una zona localizada, sino que ha ido acumulando lesiones por toda su anatomía y en ocasiones de gravedad, lo que le ha llevado a permanecer apartado de las pistas en más de una ocasión. Unos achaques que se han ido incrementando y apareciendo con más frecuencia durante los últimos años.
El psoas ilíaco ha sido la lesión que más tiempo ha tenido a Nadal apartado de las pistas. Esta dolencia le obligó a retirarse de las pistas en enero, durante la segunda ronda del Open de Australia. A partir de ese momento, las lesiones y molestias le han acompañado a lo largo de todo el año, obligándole a renunciar al circuito y con ello a numerosos torneos. Ni Wimbledon, ni el US Open, ni el Open de Madrid, ni siquiera Roland Garros, su torneo favorito, estuvieron presentes en el año 2023 de Rafa Nadal.
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La idea de que Nadal no regresara a las pistas empezó a ganar fuerza cuando comenzaron a trascurrir los meses y el balear seguía sin estar en plena forma. Sin embargo, él tenía una cosa clara, quería anunciar su retirada en las pistas. Así, tras muchos esfuerzo, rehabilitación y trabajo duro para intentar volver a competir al más alto nivel, lo consiguió.
A finales de 2023, ya era una realidad, Nadal volvería a la pista en enero. Y tras los primeros encuentros, parecía que había vuelto al mismo nivel que antes de lesionarse. Sin embargo, en el tercer partido, Nadal ya advirtió problemas físicos y, después de realizarse las pruebas pertinentes, anunció que tenía una lesión muscular y que no estaría presente en el Open de Australia.
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Una vez más, Nadal se pierde uno de los grandes de la temporada por lesión. Y es que, el balear ha llevado su cuerpo al límite en tantas ocasiones, que era imposible que no aparecieran las lesiones. Tal es la situación, que el tenista ha estado alejado de las pistas por lesión un total de tres años a lo largo de su carrera, si se suma el tiempo a que ha estado de baja en cada ocasión, siendo la más grave la que sufrió el año pasado que le dejó fuera de combate durante un año.
Del tendón rotuliano al síndrome de Müller-Weiss
A ella le sigue la rotura del tendón rotuliano izquierdo en el año 2012, que le mantuvo pistar una pista durante ocho meses. Fue durante un partido de Wimbledon, en el que se enfrentaba a Lukas Rosol, el español llevaba varios años con molestias y dolores en dicha zona, que intentó reducir con tratamientos paliativos, lo que acabó provocando una lesión todavía mayor.
El síndrome de Müller-Weiss es otra de las afecciones que ha sufrido el tenista, con la salvedad de que esta es una lesión congénita, presente en el pie izquierdo de Nadal, la cual lleva arrastrando toda su carrera. Sin embargo, fue el 2021 cuando más tiempo estuvo sin jugar por este síndrome, con un total de 5 meses. Aunque esta no era la primera vez que esta dolencia le apartaba de las pistas. En 2005, tras ganar el Masters de Madrid, notó que su pie no se movía de manera habitual. Fue ahí, en ese momento, cuando le detectaron a Nadal este síndrome, algo con lo que ha tenido que lidiar a lo largo de toda su carrera.
Del pie a la rodilla, el abdomen y la muñeca
En el año 2004, la acumulación de esfuerzos y partido provocó que sufriera una fractura en el escafoides del pie izquierdo que le mantuvo de baja durante 4 meses. En ese momento, se perdió Roland Garros, Wimbledon, Montecarlo, Barcelona, Roma y Hamburgo. En 2009, una tendinitis en ambas rodillas le mantuvo alejado de las pistas durante tres meses. Una rotura en el abdomen durante el año 2022 le obligó a abandonar Wimbledon durante el partido ante Nick Kyrgios; y el US Open después.
La muñeca ha sido otra de las articulaciones en las que Nadal ha sufrido dolencias. Fue en el año 2014, mientras se enfrentaba de nuevo a Nick Kyrgios en el torneo británico, cuando sufrió una desinserción de la vaina de la muñeca derecha. A estas se suman muchas otras que revestían menor gravedad y que le han mantenido de baja poco más de un mes.
Y es que, uno de los grandes rivales que ha tenido Rafa Nadal a lo largo de su carrera no tiene nombre y apellidos, sino que han sido todas las lesiones que ha sufrido a lo largo de trayectoria y que le dejaron más de tres años en dique seco. A pesar de ello, el español siempre se ha recompuesto, porque siempre ha tenido un objetivo claro, volver a competir al máximo nivel.