Galicia se retracta y activa el nivel 2 de emergencia por la llegada de pellets para recibir ayuda del Gobierno

Ha tardado más de 20 días y ha sido necesario que otras comunidades lo hicieran en mucho menos tiempo, pero la Xunta de Galicia ha elevado su alerta al nivel 2 y desde ahora podrá contar con ayuda del Gobierno de España en sus crisis medioambiental por la llegada de millones de pellets a sus playas tras el naufragio de varios contenedores, caídos de un barco holandés.

El presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, ha anunciado la medida en A Estrada, según confirman a este medio fuentes del gobierno autonómico. El plan se activa al tiempo que ha salido publicado el informe que pidieron a un laboratorio sobre el impacto de estos microplásticos, un escrito de solo una página que ofrece conclusiones firmadas por tan solo un experto.

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Durante la mañana, Alejandro Calvo, consejero de Fomento, Cooperación Local y Prevención de Incendios del Principado de Asturias, decretadaba durante la mañana de este martes el nivel 2 de emergencia del Plan Territorial de Contingencia por Contaminación Marina Accidental en el Principado de Asturias (Placampa) ante la “aparición generalizada” de pellets en los arenales de toda la costa asturiana. Euskadi también anunciaba la alerta básica del plan Itsasertza, aunque las simulaciones que ha llevado a cabo prevén que los microplásticos no lleguen a sus playas.

La noticia de Asutiras se ha conocido tras la publicación de un comunicado por parte del Servicio de Emergencias del Principado de Asturias (SEPA). La decisión se toma tras constatar “la aparición generalizada de microplásticos en los arenales de toda la costa”, asegura el comunicado. De este modo, el principado se desmarcaba completamente de la política llevada a cabo por Galicia, donde se ha tardado más de 20 días en activar el nivel 2.

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El escrito del SEPA recuerda que la Situación 2 “permite incorporar al dispositivo de limpieza y retirada, medios distintos a los municipales, incluyendo recursos estatales y su coordinación a través del Centro de Coordinación Operativa Integrada (Cecopi) donde están representadas las distintas administraciones implicadas”.

La declaración de nivel 2 lleva implícito el reconocimiento de que la situación se trata de un desastre medioambiental. El Placampa asegura que este nivel se activa “en el caso en que, como consecuencia de un accidente en un buque o en una instalación industrial costera o portuaria que almacene, produzca o transporte mercancías contaminantes, se esté produciendo una contaminación grave y extensa”.

Este nivel 2 es, precisamente, el que se negaba a activar el Gobierno de la Xunta de Galicia, a pesar de que la situación es mucho más grave en las playas gallegas, donde llegan pellets desde hace más de 20 días. El Gobierno de Asturias no ha tardado ni 24 horas en pasar del nivel 0 tras identificarse los primeros pellets durante la mañana del lunes, al nivel 2. Por su parte, Euskadi ha activado el plan Itsasertza, y plantean actuar “en alta mar” para evitar cualquier posibilidad de que los pellets lleguen a sus playas, ha asegurado Arantxa Tapia, consejera de Desarrollo Económico, Sostenibilidad y Medio Ambiente.

Tras conocerse la cronología de hechos en Galicia, los primeros restos de pellets que llegaron a las playas de Galicia después de que el buque Toconao perdiera seis contenedores, uno de ellos con “millares de sacos de 25 kg”, el Gobierno de Alfonso Rueda tardó 23 días en dar la alerta, la cual ni siquiera ha elevado a nivel 2 para iniciar una coordinación con el Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Demográfico (MITECO).

Durante este martes, la ministra Teresa Ribera sostenía en declaraciones a la Cadena SER que tiene la sospecha de que si no hubiera elecciones autonómicas en Galicia en unos meses, el Gobierno de Rueda habría actuado diferente. Actualmente, el Gobierno gallego, incluso, el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, sostienen que los pellets no son contaminantes ni suponen un peligro medioambiental, a pesar de ser microplásticos que caen al mar y pueden ser ingeridos por la fauna de la zona.