Antropofagia, desafíos y solidaridad. Así fueron los más de dos meses de convivencia de los 16 supervivientes (de los 45 pasajeros, 19 de ellos, miembros del equipo de rugby Old Christians Club) del vuelo 571 de la Fuerza Aérea Uruguaya que se estrelló el 13 de octubre de 1972 en la Cordillera de los Andes y que J.A. Bayona retrata en La sociedad de la nieve, la cinta que representará a España en los Oscars y que ya se puede disfrutar en Netflix.
Bayona ha querido centrarse, no tanto en la causa que originó el evento, sino en los 72 días posteriores hasta el rescate en los que los supervivientes tuvieron que lidiar con todo tipo de situaciones extremas. Éstos quedaron atrapados en uno de los lugares más inaccesibles del planeta, El valle de las lágrimas, un glaciar a 3.500 metros de altura que invita a la hostilidad más implacable.
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La película ha hecho historia al estar preseleccionada en los Oscar en cuatro categorías, en concreto, ‘Mejor Película Internacional’, ‘Mejor Maquillaje y Peluquería’, ‘Mejor Banda Sonora’ y ‘Mejores Efectos Especiales’. En los Premios Goya, la cinta de Bayona opta a 13 galardones. Con motivo de su estreno en el gigante del streaming, Netflix ha puesto cara a cara a uno de los supervivientes del trágico accidente, Roberto Canessa, y al actor que lo interpreta en La sociedad de la nieve, Matías Recalt.
“Yo no soy la misma persona del accidente, luego vuelves a contaminarte del mundo”, dice Canessa a un joven Recalt, encargado de trasladarle a la gran pantalla en la cinta de J.A. Bayona. El intérprete, consciente de que éste ha vivido una situación extrema en la que el miedo se apodera de la nube mental, le pregunta qué es lo que más le preocupa en la actualidad. “Me da miedo que le pase algo a mis hijos, o que les pase algo a mis nietos, eso me da mucho miedo”, indica el superviviente.
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En una distendida charla entre ambos, Canessa y Recalt ahondan en los sentimientos que, durante esos 72 días de supervivencia, marcaron a los 16 que lidiaron con todo tipo de vicisitudes en El valle de las lágrimas. “Yo en los Andes dije: ‘Si me tengo que morir, me muero, no puedo vivir con este terror”, indica Canessa. “¿Pero sabías que te ibas a morir?”, le replica Recalt. “Sabía que era muy difícil sobrevivir, que era algo casi imposible, pero eso no pertenecía en mí, yo iba a hacer todo lo posible”, le responde él. “Podés llorar, pero tenés que seguir caminando”, añade.
Una tragedia en la gran pantalla
J.A. Bayona no es el primer director que ha buscado plasmar las dificultades que padecieron los 16 supervivientes del vuelo 571 de la Fuerza Aérea Uruguaya. Otra adaptación del suceso se produjo en ¡Viven! (1993), la cinta dirigida por Frank Marshall que protagonizaron Ethan Hawke y John Malkovich. El filme estaba basado en la novela de Piers Paul Read, Alive: The Story of the Andes Survivors, mientras que la cinta de Bayona toma como material de referencia La sociedad de la nieve de Pablo Vierci, escritor uruguayo que recogió durante años los testimonios de los supervivientes del desastre, formando un relato más fidedigno de los hechos.
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“En fin, hay muchas cosas que están noveladas, para hacerlo algo más visible, algo muy típico de Hollywood, pero que deja bastante que desear”, comentó sobre la película de Marshall el superviviente Antonio Vizintín en una entrevista con Vanity Fair. “En general me gustó, aunque luego salí pensando que no es lo que de verdad esperaba ni lo que hubiéramos deseado que fuese”, indicó al mismo medio, mostrando su descontento con el largometraje. “La dramatizaron para darle un poco de emoción. En la montaña no había luces, por ejemplo. En la película se ve como quemaron cajones y guitarras cosas que no son ciertas…”, concluyó.