Las herencias de terrenos rústicos son más frecuentes de lo que parece. El Instituto Nacional de Estadística (INE) reconoce que en el último lustro se han transmitido en España unas 157.000 fincas rústicas cada año en concepto de herencia. Esta es una de las principales vías para el traspaso de propiedades inmobiliarias en nuestro país. El problema es que, muchas veces, las familias desconocen la existencia de estas propiedades y tampoco saben cuál es su ubicación. El papel de los notarios juega —como en cualquier otra herencia— un papel fundamental.
El Consejo General del Notariado ha publicado un informe reciente con los actos profesionales más característicos de la España rural. Los trabajadores del sector cubren toda la geografía nacional, desde las grandes ciudades y capitales de provincia hasta los pequeños municipios. “Una parte importante de los casi 3.000 notarios españoles tiene su despacho en pueblos y zonas rurales, incluso en núcleos de menos de 1.000 habitantes, lo que garantiza que cualquier ciudadano puede disponer siempre de un notario a una distancia más que razonable”, explica la portavoz de la plataforma, María Teresa Barea.
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La adjudicación de herencias de fincas rústicas y la firma de compraventas inmobiliarias son dos de los actos notariales más frecuentes en los pueblos de todo el país. En el primer semestre del año pasado se han registrado 65.845 compraventas de fincas rústicas y se han adjudicado 57.105 herencias vinculadas a terrenos del medio rural. Las notarías de pueblo también atienden otros movimientos relacionados con las fincas rústicas, como las rectificaciones de superficie, los expedientes de dominio y las actas de deslinde y subsanación de discrepancias.
La herencia de fincas rústicas en España
El año pasado, los notarios autorizaron en todo el país un total de 133.047 compraventas de inmuebles en fincas y/o terrenos rústicos, según datos del Centro de Información Estadística del Notariado. Esto supone un aumento del 13% con respecto al mismo período del año anterior. En cuanto a la adjudicación de herencias vinculadas a fincas rústicas, los profesionales del sector registraron 106.770 en 2022 (30% del total de las herencias) y 57.105 en los seis primeros meses de 2023, dos cifras que demuestran la relevancia de este tipo de servicios en el ámbito rural.
Los herederos, una vez se confirma que van a recibir un terreno rústico, tienen que hacer un inventario de las propiedades para conocer realmente el valor neto de la herencia. Este documento es fundamental y resulta indispensable para aceptar o rechazar la herencia. En muchas ocasiones, los terrenos no tienen prácticamente valor. La tasación de la finca permitirá esclarecer qué hacer con ella y, en caso de aceptación, los familiares de la persona causante tendrán que asumir los costes jurídicos y la liquidación de los impuestos correspondientes. Los terrenos rústicos están exentos de pagar la plusvalía municipal, pero tributan por el Impuesto de Sucesiones, que puede cambiar en función de la comunidad autónoma en la que esté registrada la propiedad.