El Atlético se sostiene a sí mismo y evita que se le atragante la Copa del Rey en Lugo

El gol inicial de Correa y un doblete de Memphis Depay clasifica a los rojiblancos para octavos de final. El Lugo, que llegó a empatar, plantó batalla hasta el final. Simeone se vio obligado a tirar de los más habituales para sacar adelante la eliminatoria

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Koke y Llorente abrazan al
Koke y Llorente abrazan al bigoleador de la tarde, Memphis Depay (EFE).

El Atlético se marchó de Lugo con oro, pero bien pudo ser un saco lleno de carbón. Se movieron en el alambre, como es habitual cada vez que deben disputar un partido lejos de su feudo. Antonetti les empujó hacia el precipicio con un gol de delantero total, pero Memphis Depay, cuyo partido estaba siendo testimonial, anotó un doblete en ocho minutos y tiró con más fuerza para sellar un partido en el que a punto estuvo de atragantarse el roscón de Reyes a los colchoneros. La madera y Giménez, que llegó a sacar bajo palos dos remates, se sintieron en el Atlético como un trago de agua. “No me sorprendió el nivel del rival. Compitieron muy bien, disputando y ganando la mayoría de los duelos”, asegura Simeone.

El partido era trascendental. Simeone lo sabía, al alinear un once titular sin novedades lleno de titulares a excepción de Javi Galán. Los jugadores, conscientes de la magnitud, lo reflejaron desde el inicio con el gol de Correa tras una gran jugada combinada entre Saúl y un Galán que corría en banda por segunda vez como titular esta temporada. El Atlético se ponía por delante porque salió con las manos fuera de los bolsillos y la intención de no sufrir. El Lugo, que inició sin su goleador Willy Ledesma de inicio, en el segundo partido de Paulo Alves en el equipo, tardó un rato en estirarse pero cuando lo hizo, en contras dirigidas por su hombre en punta, Antonetti enseguida encontró cómo rascar.

El defensa turco del Atlético
El defensa turco del Atlético de Madrid Çaglar Söyüncü reacciona ante el Lugo durante el partido de dieciseisavos de final de la Copa del Rey (EFE).

La Copa, sin VAR hasta cuartos

Los colchoneros fueron poco a poco relajándose y el Lugo se encargó de recordar que su presencia no era testimonial. Tuvieron más la posesión y llegaban a zonas de peligro con mayor asiduidad. La sucesión de saques de esquina metió el miedo en el cuerpo al Atlético e hizo despertar definitivamente a los gallegos, que empataron tras un gran gol de Antonetti. El murciano, nacionalizado puertorriqueño, recibió el pase largo de su portero, aguantó el cuerpo con Giménez y dejó sentado a Soyuncu antes de ajustar el disparo a la cepa del poste. El gol, golazo, vino precedido a una polémica de esas que rellena tertulias y que, de no ser por el doblete de Memphis Depay, hubiera podido complicar el pase a octavos del Atlético.

El portero Tabuaço jugó la pelota con los pies en el área, Azpilicueta se la robó, y luso salió con la plancha sobre el lateral de los colchoneros para intentar recuperar el balón. González Fuertes no consideró que fuera infracción y el Lugo golpeó al contragolpe por mediación de Leandro Antonetti. Un gran gol, pero los rojiblancos pidieron un penalti previo en el tanto. De hecho el colegiado González González se marchó al descanso conversando con Azpilicueta que le estuvo explicando cómo sucedió la jugada. Una jugada que pasó del posible 0-2 al 1-1. No está previsto el uso de la tecnología del VAR en las primeras rondas coperas. En las temporadas anteriores se empezó a utilizar el VAR en octavos de final, una ronda en la que previsiblemente hay ya muy pocos equipos que no jueguen en Primera RFEF, Segunda o Primera División y que no tengan instalado este sistema tecnológico.

Simeone, obligado a tirar de los más habituales

Tras un primer iniciado de más a menos por los rojiblancos y cerrado con igualdad en el marcador y juego, Simeone tomó medidas. Se vio obligado a hacerlo. Triple cambio. Correa, Riquelme y Soyuncu, de nuevo suspenso, dejaron su hueco a Griezmann, De Paul y Koke, que no aclararon de primeras, pero resolvieron al final. Koke filtró una pelota dentro del área y Memphis quebró para ponerla dentro pese a que Johaneko se empeñara en evitarlo. Otra vez con ventaja, y con De Paul al mando de las operaciones, el Cholo aún tiró de Llorente para que, en plena decadencia local, una internada de éste trajera consigo el pase atrás que Memphis, de primeras, transformó en el tanto de la sentencia. El trago de Copa a punto estuvo de atragantarse a un Simeone que descubrió no tener una unidad B de garantías.

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