Así es la espectacular mansión medieval donde se rodó ‘Saltburn’

Alargados e infinitos pasillos, cortinas tan altas como el Empire State Building y salones capaces de albergar a varios equipos de fútbol. Saltburn, el segundo largometraje de Emerald Fennell tras Una joven prometedora (2019), se ha convertido en la película más comentada de las últimas semanas por sus controvertidas escenas, que oscilan entre la incomodidad más pura, la sensualidad y el lujo, por las destacadas interpretaciones de sus actores principales, Jacob Elordi (Felix Catton) y Barry Keoghan (Oliver Quick), y por la decadente y llamativa estética.

La película se ha interpretado como una versión contemporánea de El talento de Mr. Ripley, obra de Patricia Highsmith, en la que el personaje de Keoghan podría ser un trasunto del Tom Ripley creado por la autora. En este caso, sin embargo, el protagonista está becado en la Universidad de Oxford y se codea con la élite en un universo cerrado en el que predominan los nepo babies e hijos mimados e insolentes. Mientras, él pertenece a una familia humilde cuyo origen es prácticamente un misterio.

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Saltburn es una crítica (blanda, en ocasiones) a esa élite que estudia en las mejores universidades del país que tiene suficiente dinero como para aburrirse con él. En el caso de la cinta de Fennell, que se puede ver en Prime Video, los Catton son la diana de esas familias adineradas que viven en amplios palacios que tienen que llenar con fiestas y visitas temporales. Aunque las polémicas escenas (la de la ducha o la del cementerio) se han llevado un alto porcentaje de atención, uno de los protagonistas silenciosos del largometraje es la mansión de Saltburn, que da título a la cinta y que se convierte en un elemento clave de su trama.

Saltburn ha generado tanto interés entre el público que muchos han decidido descubrir el pasado detrás de la mansión medieval que se erige entre los planos de la película. El palacio de los Catton es, en realidad, Drayton House, una casa situada en Northamptonshire (Reino Unido), que nunca antes había sido retratada en la gran pantalla o en la televisión (un elemento clave para Fennell).

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Drayton House es una mansión original del año 1300, pero fue reformada en el siglo XVIII cuando pasó a ser propiedad de la familia Sackville, sus actuales dueños. Tiene 127 habitaciones, un jardín esotérico (que se aprecia a las mil maravillas en la película) y cientos de pasillos y salones en los que se rodaron las escenas más eróticas de Saltburn. ¿La única pega? No se puede visitar.

A diferencia de otras grandes mansiones de la Inglaterra rural que sí se pueden ver, y que aparecen en series de época como Los Bridgerton, Downtown Abbey o la aclamada The Crown, la casa de los Sackville no se puede visitar. Eso sí, a diferencia de lo que suele ocurrir con las casas incluidas en el National Trust and English Heritage (aquellas que forman parte del patrimonio británico y que cuentan con una serie de normativas para su protección), en Drayton House les permitieron pintar las paredes, cambiar ciertas habitaciones, redecorar las salas e incluso convertir un dormitorio en un baño con una espectacular bañera en la que se acabó rodando una de las escenas más llamativas de Saltburn.

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