Todo el planeta con acceso a internet y exceso de tiempo libre está hablando de ella. Es Gypsy Rose Blanchard (Missouri, Estados Unidos, 1991), la mujer de 32 años que ha salido de la cárcel después de haber sido condenada por el asesinato de su madre, Clauddine ‘Dee Dee’ Blanchard. La protagonista de esta historia sufrió abusos cuando era pequeña por parte de la matriarca de la familia, pues ésta alegaba que su hija padecía numerosas enfermedades que nunca pudieron ser probadas. Entre ellas, leucemia, distrofia muscular y otras patologías graves. En 2015, Gypsy Rose convenció a Nicholas Godejohn, su pareja por aquel entonces y a la que conoció online, para que asesinara a su madre.
“Quería liberarme del control que ejercía sobre mí”, testificó Gypsy en relación a Dee Dee en el juicio de 2018 contra su expareja, que cumple cadena perpetua por el asesinato. “Yo le convencí”, añadió entonces. La joven se declaró culpable de asesinato en segundo grado en 2016 y fue condenada a 10 años de prisión. El cargo de asesinato en primer grado al que se enfrentaba inicialmente le habría supuesto cadena perpetua, sentencia que sí fue empleada con Godejohn. “Nick estaba tan enamorado y tan obsesionado con ella que hubiese hecho cualquier cosa”, dijo ante el tribunal su abogado, Dewayne Perry, que aseguró que su cliente padece autismo y fue manipulado por Gypsy.
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El caso de las Blanchard despertó a la bestia, siendo ésta la prensa sensacionalista estadounidense. El caso se conoció en 2015, cuando se produjo la muerte de la madre. Hasta entonces, Dee Dee era vista por el exterior como una mujer fuerte que hacía lo que podía para lidiar con las supuestas enfermedades de su hija. Tras el asesinato, se comenzó a conocer la trastienda de los hechos: Dee Dee había mantenido prisionera a su hija, obligándola a utilizar una silla de ruedas y una sonda de alimentación.
Tiempo después se supo que Gypsy estaba perfectamente sana y que no sufría ningún tipo de enfermedad o retraso en su desarrollo. Su madre, sin embargo, si padecía el síndrome de Munchausen, un trastorno psicológico en el cual la persona que lo sufre exagera o inventa enfermedades en los otros para sentirse realizado o para buscar la simpatía ajena. “La gente le decía constantemente a Dee Dee lo maravillosa madre que era y Dee Dee recibía mucha atención”, dijo el abogado de Gypsy Rose en el juicio, Michael Stanfield.
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Pena, penita, ¿pena?
La artimaña de las enfermedades recibió un porcentaje elevado de atención. No en vano, Gypsy Rose y Dee Dee consiguieron un viaje gratis a Disney World (en Orlando, Florida), infinidad de donaciones benéficas, conocieron a la estrella de la música country Miranda Lambert y recibieron una casa cerca del condado de Springfield de mano de la asociación Habitat for Humanity. Cuantas más enfermedades tenía y peor estaba, mejor se sentía Dee Dee y más cosas recibían ambas.
Según Stanfield, la madre consiguió engañar a los médicos diciéndoles que el historial médico de su hija se había perdido en el huracán Katrina. Si le hacían demasiadas preguntas, sospechando de que las enfermedades y patologías podían ser irreales o inventadas, se buscaba otro médico y le afeitaba la cabeza a la niña para respaldar su historia.
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El caso fue tan comentado y morboso que no tardó en convertirse en material de oro para las televisiones y plataformas. En 2017, HBO estrenó el documental Madre Muerta y Querida, en el que se relata la historia maternofilial que, dos años antes, había colapsado los magacines locales. El canal Lifetime, una especie de Divinity estadounidense, también emitió un especial con las declaraciones de la propia Gypsy desde la cárcel, The Prison Confessions of Gypsy Rose Blanchard, un especial de seis horas. En 2019, la plataforma Hulu estrenó la primera ficción de la historia con la serie The Act, interpretada por Joey King y Patricia Arquette en los roles de Gypsy y Dee Dee, respectivamente.
Libertad condicional
A finales de 2023, Gypsy Rose Blanchard salió de prisión con libertad condicional tras haber cumplido el 85 por ciento de la condena original (10 años de prisión). El día fue celebrado en redes sociales por los centennials apasionados por el caso y el morbo característico de los true crime. Horas después de dejar la prisión Chillicothe Correctional Center, Gypsy ya se había comprado un iPhone 15 de color rosa, se había arreglado el pelo y había adquirido entradas para el partido de fin de año de los Kansas City Chiefs con el fin de poder conocer a Taylor Swift, que está saliendo con Travis Kelce, jugador de dicho equipo.
Gypsy Rose se ha convertido en una microcelebridad y cada paso que da en su recién estrenada libertad se convierte en un capítulo de una de las novelas surrealistas de Wattpad que terminan adaptándose a la gran pantalla. Todos esperan ansiosos cuál será su próximo paso y qué televisión conseguirá sus primeras declaraciones tras su salida de la cárcel.