Con raqueta en mano y una sonrisa en la cara pisaba Nadal la pista de Brisbane el martes. Se enfrentaba a Dominic Thiem en su debut en individual. En saque muy acertado, y aunque en resto no tanto, supo revertir la situación y salvar el partido sin demasiadas complicaciones. Un partido en el que Rafa dejó anticipos de la versión que regresaba después de casi un año alejado de la competición por lesión. Unos preavisos que certificó en el partido ante Jason Kubler este jueves que se adjudicó el español por un contundente 6-1 y 6-2.
“Para mí mi objetivo sigue siendo a medio plazo, en un par de meses intentar ser, de nuevo, competitivo. Ahora, si soy ya competitivo, fantástico, pero es algo que para mí sería una gran sorpresa”, eran las palabras del exnúmero uno en la rueda de prensa posterior al partido ante Thiem. Declaraciones que evidenciaban la humildad de Rafa, pero no la realidad. Porque lo cierto es que Rafa ha vuelto en su mejor versión.
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El encuentro ante Kubler comenzó al servicio de Rafa. Un juego que se anotó sin demasiada complicación. Tampoco le costó anotarse el segundo juego al resto. Ambos en blanco. Hasta cinco de ventaja sumó Nadal en su casillero. El australiano intentaba revertir la situación y mantenerse con vida en el set. Pero era complicado ante la bestial actitud del español. Porque si había dudas de su regreso o de su calidad, Rafa la volvió a demostrar y de qué manera. Con 3-0 a favor y bola de break a favor después de hasta cinco deuces, el manacorí supo trabajar la jugada al resto devolviendo los cañonazos de Kubler, supo leer la dejada en red que había intentado el australiano, aunque le salió larga. Nadal llegó y acabó certificando el juego con una volea alta del revés que desató la ovación de los aficionados allí presentes. Rafa devolvía la ilusión y posiblemente, él mismo empezaba a ser consciente, de que, en realidad, nunca se había ido.
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Tras esto, hasta dos juegos más anotó Nadal colocándose con 5-0 en el casillero. Solo un juego cedió en este primer set, porque aunque en el servicio del español para anotarse el set comenzó dejándole al australiano tres bolas de break, consiguió darle la vuelta y coronar con 6-1.
Regreso por todo lo alto
En el descanso entre sets, Kubler volvía a ser atendido por sus dolencias en el codo derecho (ya fue atendido después del sexto juego). Rafa aprovechaba el toilet break para marcharse al vestuario, acción que le costó un warning de Gabas. El siguiente retraso supondría una penalización de un punto. Sonreía Rafa ante el aviso. Comenzaba rompiendo el servicio del australiano en blanco y lo afianzaba con su saque. Dos juegos de respiro le dio a Kubler en el segundo set, uno más que en el anterior, para anotarse el set, el partido y el pase a cuartos por 6-2. El viernes se medirá ante Jordan Thompson no antes de las 11:00 a.m. hora peninsular.
Los gestos característicos y minuciosos de Rafa estaban de vuelta. Andar en líneas rectas o colocar las botellas de forma ordenada y perfectamente en su sitio. El mismo ritual al sacar, calzoncillos y retirar cualquier gota de sudor de su frente y de sus pómulos pasándose la muñequera, primero del lado derecho de la cara, luego del lado izquierdo. Cualquier gesto es bueno para saber que Rafa nunca se fue.