Perfección pop: diez canciones que fueron auténticos éxitos y que cumplen 10 años en 2024

¿Te suenan? ¿Las tenías en tu iPod? El tiempo es relativo, pero estos temas fueron tan exitosos que parece que sonaron por primera vez en las emisoras hace dos días

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Pharrell, Taylor Swift, Rihanna y
Pharrell, Taylor Swift, Rihanna y Shakira cumplen años (musicalmente hablando)

Si compras sérum de retinol y tu sueño es beberte el batido de 18 dólares de Erewhon (la exclusiva cadena de supermercados de Los Ángeles) que incluye ingredientes capaces de mimar la piel, este es tu artículo. Han pasado 10 años, una década, desde el 2014. Por aquel entonces, la ultraderecha no amenazaba las políticas democráticas mundiales y las catástrofes climáticas seguían presentándose como una crisis en tiempos verbales futuros.

Victoria’s Secret, la marca de lencería más conocida del mundo, seguía impactando con sus desfiles de ropa interior (y generando trastornos alimenticios a las jóvenes que seguían poseyendo su costilla flotante) y Donald Trump era un simple, aunque multimillonario, empresario. La nostalgia es fiel creyente de que el tiempo pasado siempre fue mejor, y en el caso de la música, el 2014 fue uno de los momentos cumbre del pop. Taylor Swift estaba consolidándose como una de las grandes artistas globales y la música en español comenzaba a cruzar océanos para liderar las listas de éxitos.

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Con los teléfonos móviles “inteligentes”, la expansión de Spotify y de las aplicaciones musicales de pago y la tecnología como mediadora de las emociones humanas, la música estaba globalizándose y adaptándose al término que, años después, se escucharía en todos los despachos de las grandes discográficas: una canción viral. Con el comienzo del 2024, recordamos diez de las canciones más populares del 2014, aquellas que, de haber existido TikTok, se hubiesen colado en todos los vídeos de la generación Z.

‘Blank Space’, de Taylor Swift

¡Que no me coman los swifties! Todos sabemos que esta canción ya tiene su Taylor’s Version tras el (re)lanzamiento de 1989, pero la canción primeriza llegó a nuestros oídos por primera vez en 2014 con un crepuscular vídeo en el que la artista estadounidense ironizaba sobre los rumores vertidos en la prensa del corazón que la consideraban una ‘cazahombres’ incapaz de consolidar sus relaciones (nunca duraderas).

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A nadie le amarga un dulce y no hay nada que le guste más a Swift que una azucarada venganza: qué mejor forma de hacerlo con uno de sus grandes éxitos de siempre, este Blank Space en el que carga contra los hombres y convierte en sarcasmo los defectos que ha vivido y palpado en sus relaciones. Hit instantáneo y una de las canciones que marcó el año y el álbum que hace unos meses reeditó con su sello propio.

‘Happy’, de Pharrell Williams

La adoramos y la odiamos semanas después de escucharla en todas las emisoras y en las tiendas de las cadenas de ropa más conocidas del planeta. Happy fue un terremoto: la canción de la banda sonora de Gru 2: Mi Villano Favorito fue, sin duda, uno de los temas que marcó el 2014. Interpretada por Pharrell, su pegadiza letra y ritmo la llevaron a convertirse en esa dualidad sólo aplicable al éxito más rotundo: de tanto cantarla termina siendo el ritmo al que bailan tus pesadillas.

‘Bailando’, de Enrique Iglesias con Descemer Bueno y Gente de Zona

Negar la importancia que la música de Enrique Iglesias tuvo en la expansión del español en las listas de éxitos sería una labor de necios. Antes de la eclosión del reggaetón como el género predilecto de la industria, el español era uno de los encargados de llevar el idioma a todas las salas y discotecas de las ciudades en las que los estudiantes de Erasmus se replanteaban sus relaciones de larga distancia.

Con Bailando, junto a Descemer Bueno y Gente de Zona, el hijo de Isabel Preysler se coronó dentro y fuera de España, conformando la canción del verano de 2014, un término que resulta hasta arcaico, pues actualmente el ritmo de consumo no permite que un único tema sea el más destacado en el periodo estival. El sudor, el sol, la guitarra, las palmas... una fusión perfecta de elementos que llevaron a Enrique Iglesias al número uno.

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‘Break Free’, de Ariana Grande y Zedd

Ariana Grande está de vuelta. O eso creen los seguidores de la artista, que está tanteando con un regreso (y por ende, un nuevo disco) para este 2024. La estadounidense es una de las grandes referentes femeninas del pop actual y su canción Break Free fue prueba de ello. Junto al productor Zedd y enfundada en un traje intergaláctico, Grande hace gala de su amplia capacidad vocal con una canción que define a la perfección el buen año que vivió el género. La letra, el vídeo, la producción del tema y la frescura la convierten en una de las mejores canciones de su carrera, y del 2014.

‘Riptide’, de Vance Joy

En 2014 también hubo espacio para que el indie se colara en las listas de éxitos globales. Ese fue el caso del Riptide de Vance Joy, un tema que en nada se parece a los que conforman esta lista y que permitió a los expertos melómanos disfrutar de su momento de gloria. Típica canción que aparecía en las publicaciones de los que iban de alternativos por resistirse a escuchar las mismas cosas que los demás, o que se convertía en la banda sonora de los viajes en furgoneta que incluían un par de clases de surf en un mar embravecido.

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‘Chandelier’, de Sia

La canción predilecta de los concursantes de un talent show para mostrar capacidad vocal que termina siendo un despliegue de desafinación. Chandelier dio a conocer a una desconocida (y sigue siéndolo) Sia y llevó a Maddie Ziegler, la joven bailarina que protagoniza el videoclip, a ser una de las figuras más comentadas del año. Su peculiar forma de llevar la letra a sus movimientos le permitieron ser la imagen de la canción, puesto que Sia tiene una política de no mostrar nunca la cara (su icónica peluca bicolor que le esconde las facciones). La desgarradora letra e interpretación de la australiana llevó a Chandelier a lo más alto de las listas de éxitos. Diez años después, sigue siendo recordada como el hit que fue.

‘Photograph’, de Ed Sheeran

La canción de la BBC: bodas, bautizos y comuniones. Ha envejecido como un aguacate abierto en el frigorífico, al igual que el propio Ed Sheeran, pero en su momento fue una de las grandes canciones románticas del compositor británico junto a la posterior Perfect. El dilema de la canción es esa fotografía que marca nuestras vidas, que llevamos en nuestras carteras y que simboliza la perfección más profunda de la vida y el amor.

‘Can’t Remember To Forget You’, de Shakira y Rihanna

Un dúo explosivo, canónico y pintoresco. Antes de unirse a Karol G en TGQ, Shakira se codeaba con las mujeres más potentes de la industria anglosajona. Lo hizo con Beyoncé en Beautiful Liar y tiempo después repitió experiencia con Rihanna en Can’t Remember To Forget You, un himno de sensualidad y de pasión que comenzaba a confirmar que nada puede hacer la industria musical cuando dos torbellinos unen sus voces. Diez años después, Rihanna parece haberse retirado junto con su imperio de maquillaje y la colombiana ha tenido un 2023 frenético y lleno de éxitos musicales.

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‘Anaconda’, de Nicki Minaj

Ella, siempre polémica, se marcó una canción y un videoclip irreverente en el que las nalgas se movían al ritmo de la canción. Anaconda es uno de los grandes sencillos de Nicki Minaj, una rapera que se ha caracterizado por no tener pelos en la lengua y por decir todo lo que le viene a la mente. El título de esta icónica canción, lo que ahora se considera como un evento canónico, no hace referencia al tipo de serpiente, pero no hace falta que demos más detalles acerca de la interpretación de su profunda letra, basta con ver el vídeo para conocer los detalles que se pueden pasar por alto.

‘All About That Bass’, de Meghan Trainor

Meghan Trainor llegó a ser uno de esos perfiles que pretendía hablar sobre la toxicidad de la industria musical (que pedía a las artistas femeninas que, además de cantar y bailar bien, tuviesen la estatura y el cuerpo de una modelo) y de la sociedad. Con su All About That Bass, un alegato a favor de todos los cuerpos que se convirtió en un himno feminista del pop más comercial. La canción no llegó a envejecer bien, pues muchos señalaron que, al alabar los cuerpos que se alejaban de la delgadez normativa, Trainor estaba poniendo en una balanza un tipo de corporalidad por encima del otro, criticando de forma indirecta a aquellas mujeres que podían vestir la talla 34.

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