El ministro de Política Territorial y Memoria Democrática, Ángel Víctor Torres, ha anunciado este miércoles la puesta en marcha de una investigación para recopilar todos los trabajos forzosos que han llevado a cabo los presos de la dictadura franquista en España. Con esta iniciativa, el Gobierno quiere elaborar un censo de víctimas y un inventario de edificaciones para poner en valor su sufrimiento y evitar que “el silencio sea la respuesta”. El anuncio se hizo público durante una visita del titular de la cartera al destacamento penal de Chozas de la Sierra (Madrid).
“Con este inventario que vamos a realizar en el año 2024, queremos saber cuántas personas eran y qué obras hicieron, darle transparencia y respuesta a todo ello”, ha detallado el ministro. “Se nos quiebra el alma cuando escuchamos los testimonios de hijas y nietas de quienes sufrieron presidio por defender la democracia y fueron obligados a trabajar forzosamente en condiciones de miseria y aislamiento inhumanas”, ha continuado. En los destacamentos penales de la Comunidad de Madrid, más de 6.000 presos republicanos fueron forzados a trabajar en la construcción del tren que conecta Chamartín con Lozoya.
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Ángel Víctor Torres ha recorrido este emplazamiento de la Sierra de Madrid acompañado por el delegado del Gobierno en la Comunidad, Francisco Martín, y otros representantes de la Asociación Cultural Chozas de la Sierra. Los restos de las chabolas “se descubren como uno de los episodios más oscuros y olvidados de la historia de España”, según palabras del dirigente socialista. El titular de Memoria Democrática ha aprovechado para reiterar que “la Ley de Memoria Democrática tiene que ser desarrollada” y que para eso “hay que tender la mano a todos los grupos políticos”.
Una línea de tren manchada por la historia
El destacamento penal de Chozas de la Sierra albergó durante la dictadura franquista a 2.000 de los 6.000 presos republicanos que trabajaron en la construcción de la línea del tren que conecta Chamartín y Lozoya, uno de los tramos del ferrocarril Madrid-Burgos. En el entorno se pueden ver los restos de las chabolas en las que sobrevivían hacinadas las mujeres y los niños, cerca de sus maridos, padres e hijos. Las viviendas tenían poco más de cuatro metros cuadrados. Lucía Díaz, una de las jóvenes que nació en este campamento, ha participado también en la visita.
En la construcción de la línea de ferrocarril Madrid-Burgos trabajaron miles de presos y sus familias, mientras permanecían recluidos en nueve destacamentos, todos ellos en la Comunidad de Madrid: Chozas de la Sierra, Bustarviejo, Garganta de los Montes, Valdemanco, Miraflores de la Sierra, Colmenar Viejo, Fuencarral, Chamartín y Las Rozas. Los republicanos levantaron más de 70 kilómetros de infraestructura ferroviaria con trabajos forzosos entre 1941 y 1955. La vía se proyectó una década antes, pero las obras sufrieron retrasos y los trenes no circularon hasta 1968. “No cabe en ningún pueblo que haya sufrido las consecuencias del fascismo que haya quien lo defienda. Necesitamos la colaboración de todas las instituciones. Esto no debe ser una cuestión de un Gobierno”, ha sentenciado el ministro.