La polarización ha sido la palabra del año 2023, y promete permanecer en esencia durante este año 2024, al menos en la política española. Poco después de la medianoche del 1 de enero del 2024, la primera polémica del año vio la luz: las cerca de trescientas personas reunidas en las inmediaciones de Ferraz presenciaban un apaleamiento de un muñeco que representaba al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, como si fuera una piñata. La Policía no tardó en anunciar que tomaría declaración al convocante de la protesta, y el PSOE avanzó acciones legales por delito de odio.
“Hay que hacer esto al de verdad”, gritaba la muchedumbre que celebraba la Nochevieja cerca de Ferraz, convocados por los ultraderechistas de Revuelta, una organización juvenil relacionada con Vox. Esa crispación generó la reacción de la mayoría de los partidos, empezando por el PSOE, que avanzó su intención de llevar las acciones hasta la Fiscalía, y acusó al PP de ser “cómplice” del mismo por su silencio. Además, varios ministros socialistas han expresado su rechazo a estas acciones, como Óscar Puente, Félix Bolaños, María Jesús Montero, Diana Morant o Pilar Alegría.
Odian mucho, pero son pocos.
— Pilar Alegría (@Pilar_Alegria) January 1, 2024
Empezaron asediando las sedes del PSOE y ahora simulan el ahorcamiento del presidente del Gobierno. ¡Basta ya!
La inmensa mayoría nos felicitamos el año nuevo y nos deseamos lo mejor unos a otros.
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El PP ha tomado el silencio como aliado y se ha hecho esperar hasta este martes para pronunciarse sobre el altercado. Sin embargo, el único que lo ha hecho con contundencia no ha sido el presidente del partido, Alberto Núñez Feijóo, sino su sucesor en la Xunta de Galicia, Alfonso Rueda, que en un mes y medio se enfrenta a las elecciones del 18-F. “No me gustó, desde luego, son imágenes que no deberían producirse en ningún caso y, por lo tanto, tranquilidad, moderación y no crispación, pero por todas partes”, sentenció Rueda en una entrevista radiofónica.
Feijóo no hizo ningún tipo de pronunciamiento, aunque fuentes de la Dirección Nacional del partido accedieron a una condena velada entre ataques al PSOE y rechazos generalizados a la violencia. “No nos gusta lo que pasó esa noche y todo lo que entre de los límites del respeto cuenta con nuestro rechazo y condena”, fue la frase camuflada entre un aluvión de críticas a los socialistas por indignarse por una “piñata con la cara de Pedro Sánchez” pero a la vez decir que le parece mal a nivel penal que se quemen fotos del Rey o la bandera de España. De esta forma aprovecharon para sacar a colación el registro por parte de Sumar durante el pasado mes de diciembre de una proposición de ley en el Congreso para despenalizar los llamados delitos de opinión, por los que figuras como la del rapero Pablo Hasél fueron a la cárcel.
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También aludieron a los insultos que esa misma madrugada del 1 de enero se profirieron contra el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, a su juicio culpable de que un camión supuestamente cargado de material audiovisual para la celebración de las campanadas accediese al perímetro de seguridad donde estaba prevista la celebración de fin de año de la ultraderecha. “El puto enano de Almeida, el hijo de perra de Almeida. Nos ha jodido el PSOE, pero nos ha dado por culo el enano del alcalde de Madrid. Así que, ¡que te jodan, hijo de puta!”, dijo durante la gala uno de los presentadores de la misma.
Vox instiga, pero no se moja
No ha pasado ni un mes desde que el líder de Vox, Santiago Abascal, viajó hasta Argentina para la toma posesión de Javier Milei y volvió con una polémica en la maleta, al asegurar que Pedro Sánchez acabaría colgado de los pies por el pueblo por “pisar las leyes” y poner en riesgo la unidad nacional. Ha sido una piñata en sustitución del presidente del Gobierno la que ha acabado colgada de una farola por la ultraderecha en las inmediaciones de Ferraz, y Vox ha optado por no pronunciarse sobre la misma, ni para aplaudirla, ni para condenarla. Parece evidente que para ellos es una reacción proporcional por parte de los ciudadanos, ya que hace semanas auguraban que el propio Sánchez acabaría en situaciones peores.
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Sin embargo, tanto antes como después de la violencia en Ferraz el primer día del año, el presidente de Vox, Santiago Abascal, lanzó mensajes llamando a la movilización, a la pelea y a la “reconquista”. Y es que, por mucho que intente alejarse Vox, el organizador de estas campanadas ultras en Ferraz está estrechamente ligado al partido. Concretamente, a través de la asociación estudiantil Plataforma 711 (en homenaje al año de la Reconquista), que intentó presentarse en la Universidad Complutense apadrinada por el diputado y concejal de Vox, Javier Ortega Smith, protagonista hace pocos días de una agresión a otro concejal en el pleno del Ayuntamiento de Madrid. Ortega-Smith interpuso y financió el recurso contencioso-administrativo (que cuesta entre 200 y 300 euros por las costas del procedimiento), contra la decisión de la universidad de impedir la presentación de la organización juvenil ultraderechista en la UCM.