Una de las iglesias más bonitas de Portugal a la que se llega por una impresionante escalinata y está en mitad de un parque

Portugal es un destino que enamora. De norte a sur y de este a oeste, cuenta con rincones mágicos que nunca dejan de sorprender, así como con secretos que solo los más curiosos saben. Su patrimonio arquitectónico es una de las joyas del país, pues cuenta con castillos y fortalezas que son el reflejo de su historia, y con iglesias con un estilo y composición impecable. Así, en lo alto de una gigantesca escalera, a 600 metros de altitud, se alza una de las más impresionantes de Portugal.

Sus orígenes se remontan hace 700 años, pero la construcción que se puede apreciar hoy en día es posterior, constituyendo una de las obras arquitectónicas más representativas del país luso. Estamos hablando del santuario de Nossa Senhora dos Remedios (en español: Santuario de Nuestra Señora de los Remedios), un templo ubicado en la localidad de Lamego y que cuenta con infinidad de encantos, todos ellos enmarcados por el frondoso parque de Santo Estêvão que invita a la relajación.

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Igualmente, es un importante centro de peregrinación, pues cada 8 de septiembre, en el día de la Natividad de la Virgen María, son muchos los fieles que suben de rodillas a la iglesia. En esta fecha también se organiza un desfile de pasos o carrozas, con las imágenes de los temas religiosos y las festividades que se celebran. Cabe destacar que durante todo el año su acceso es libre.

El actual santuario de Nossa Senhora dos Remedios tiene su origen en el año 1361, cuando ya allí se celebraba el culto católico en una antigua ermita dedicada a San Esteban. No obstante, con el paso del tiempo se abandonó y se convirtió en ruinas, hasta que en el año 1568, el obispo de Lamego autorizó la demolición de la antigua ermita. Así, en el lugar donde actualmente se ubica el patio de los Reyes, ordenó la construcción de otra en advocación de Nossa Senhora dos Remédios.

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Sin embargo, esta también fue derribada para construir el actual Santuario, el cual se inició en 1750, por iniciativa del canónigo José Pinto Teixeira. De esta forma, el edificio que se puede contemplar hoy en día se asienta sobre dos construcciones más antiguas. Una de las joyas de este conjunto monumental es la imponente escalera, la cual se comenzó en el año 1777 y sus obras no se acabaron hasta 1905.

“La escalera está rodeada por el parque de Santo Estevão o Remédios, decayendo el culto al santo en detrimento de la devoción a Nossa Senhora dos Remédios”, cuenta la página web del santuario. Igualmente, uno de los espacios más destacados es el conocido como Patio de los Reyes, donde se localiza la Fuente de los Gigantes. Se trata de un monumento de “22 metros de altura, formada por una copa con cuatro atlantes, sobre delfines, que sostiene un obelisco de unos 15 metros de altura, decorado con símbolos marianos y rematado con una estrella”, detallan.

A su vez, está rodeado por varias estatuas que representan los 18 nombres de la casa de David, así como dos pórticos que dan acceso lateral a este gran patio. También cabe destacar el patio de Nuestra Señora de Lourdes o de Jesús María José, donde se encuentra una capilla que su fundador dedicó a la sagrada familia.

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En cuanto a la iglesia en sí, como se ha mencionado anteriormente, el edificio actual tiene su origen en dos ermitas anteriores. En su interior se puede contemplar una talla del siglo XVIII, donde el retablo de la capilla mayor llama la atención por su encuadre. Así, constituye un cuadro original dentro de la talla portuguesa, en cuyo centro se encuentra la imagen de Nossa Senhora dos Remédios.

A su vez, otro de los aspectos que sobresalen es el frontispicio, pues “es la parte más admirable de todo el edificio y fascina a todos los que se detienen a admirar la brillantez y el genio creativo que allí se evidencia. Todos los adornos, tan elegantemente refinados en el granito, son admirables”, señalan desde el portal web. En su fachada, dos altas torres dan la bienvenida al visitante con una arquitectura impoluta enmarcada dentro de un estilo rococó.

Todo este conjunto monumental se incrusta dentro del parque de Santo Estêvão, un espacio natural ideal para relajarse a la vez que se disfruta de esta joya arquitectónica. Un paseo por sus senderos permite contemplar especies centenarias, siendo uno de los mejores planes para hacer en la región.