24 años sin María de las Mercedes, madre de Juan Carlos I: su muerte en Lanzarote en las vacaciones navideñas y la gran tragedia de su vida

Este martes, 2 de enero, se cumplen 24 años de la muerte de la madre del rey emérito, Que falleció en la residencia de La Mareta

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María de las Mercedes de Borbón junto a su hijo Juan Carlos. (Casa Real)
María de las Mercedes de Borbón junto a su hijo Juan Carlos. (Casa Real)

En la época en la que Juan Carlos I y Sofía eran todavía reyes era habitual que toda la familia real pasara junta las vacaciones de Navidad. Así sucedió en diciembre del año 1999, cuando todos se trasladaron hasta la residencia de La Mareta, en Lanzarote, para pasar frente al mar los últimos días del milenio. Sin embargo, lo que ninguno de ellos se imaginaba era que este idílico escenario se convertiría en el escenario de una trágica pérdida.

El 2 de enero del año 2000, tan solo dos días después de que se tomaran las uvas, moría la madre del Rey, María de las Mercedes de Borbón y Orleans. Fallecía a los 89 años, apenas unos días después de cumplir 89 años (el 23 de diciembre) y sin que nada anunciara este trágico desenlace. Si bien es cierto que era mayor, su estado de salud era visiblemente bueno y, además, en esos días se la pudo ver muy feliz por estar junto a toda su familia en la isla canaria.

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Este lunes se cumplen 24 años de su fallecimiento, una gran oportunidad para una mujer que pasó desapercibida en los últimos años de su vida, pero cuya pérdida fue muy dolorosa para quienes la conocieron. Poco antes de su muerte, la madre de Juan Carlos I sufrió una caída por la que tuvo que salir intervenida, con la mala suerte de que le quedaron secuelas que la obligaron a moverse desde entonces en silla de ruedas. Así, tuvo que dejar de hacer los planes que tanto la gustaban y dejó de ir, por ejemplo, a las corridas de toros.

Retrato de Doña Maria de las Mercedes de Borbón y Orleáns y sus hijos, las infantas Margarita y Pilar y los infantes Alfonso y Juan Carlos. (Sin fecha, años cuarenta).  EFE/AFARI/jt/Archivo
Retrato de Doña Maria de las Mercedes de Borbón y Orleáns y sus hijos, las infantas Margarita y Pilar y los infantes Alfonso y Juan Carlos. (Sin fecha, años cuarenta). EFE/AFARI/jt/Archivo

Según se publicó en aquel momento, ese 2 de enero viajaron hasta la isla el por entonces presidente del Gobierno, José María Aznar, y su mujer, Ana Botella, para comer con los Borbón y felicitarles el nuevo año que acababa de comenzar. La familia real al completo, el político y su mujer compartieron un almuerzo tras el cual María de las Mercedes se retiró a descansar. Horas más tarde, según comunicó Casa real, sufrió una parada cardiorrespiratoria de la que no se pudo recuperar.

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Esa misma tarde se movilizó un gran dispositivo. Los Borbón regresaron a Madrid junto a los restos mortales de la madre del Rey, que recibió sepultura esa misma semana tras una capilla ardiente que se organizó en el Palacio Real de Madrid.

La tragedia de su vida

La vida de María de las Mercedes de Borbón y Orleans no fue todo lo fácil y sencilla que se podía esperar para una mujer de su posición. No solo tuvo que vivir varios años de su vida en el exilio tras la proclamación de la II República y la posterior dictadura de Franco, también sufrió una trágica pérdida.

El 29 de marzo de 1956, que era Jueves Santo, su mundo se partió por la mitad con la muerte de su hijo pequeño, el infante Alfonso, a los 14 años. Su fallecimiento fue a causa de un accidente. Alfonso se encontraba con su hermano mayor, Juan Carlos, el futuro rey, jugando con una pequeña pistola que le habían regalado, probando su puntería en la que era la residencia de la familia, Villa Giralda, en Estoril (Portugal), cuando Juan Carlos disparó sin querer a su hermano en la cabeza, matándolo.

Aquel acontecimiento marcó el resto de su vida. Enterrar a su hijo pequeño la hizo sumirse en una gran depresión que la acompañó muchos años. Además, se refugió el alcohol durante mucho tiempo. Según aseguró tiempo después en su biografía la propia María de las Mercedes, el Conde de Barcelona había prohibido a sus hijos jugar con el arma dado que el día anterior habían estado disparando a las farolas. Aquella tarde, pese a ello, cogieron la pistola y estuvieron haciendo puntería con una diana. Poco después tuvo lugar el fatídico accidente que se convirtió en la gran tragedia de su vida.

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