No es la mejor película del año, pero sí una de las más comentadas. Algunos valientes han decido verla, aprovechando los días festivos de Navidad y Año Nuevo, junto a sus familiares: una situación que ha dejado todo tipo de escenas grotescas y de reacciones viscerales. Saltburn, el segundo largometraje de Emerald Fennell tras Una joven prometedora (2019), llegó a Prime Video el pasado 22 de diciembre y, pocas horas después de su estreno, las redes sociales fueron las principales portadoras de sus escenas y vídeos más candentes. La cinta explora (y explota) el deseo, la lujuria y el ascenso social desde los ojos de Oliver Quick (Barry Keoghan).
La película se ha interpretado como una versión contemporánea de El talento de Mr. Ripley, obra de Patricia Highsmith, en la que el personaje de Keoghan podría ser un trasunto del Tom Ripley creado por la autora. En este caso, sin embargo, el protagonista está becado en la Universidad de Oxford y se codea con la élite en un universo cerrado en el que predominan los nepo babies e hijos mimados e insolentes. Mientras, él pertenece a una familia humilde cuyo origen es prácticamente un misterio.
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Con impactantes escenas y con la brillante actuación del actor irlandés y de su compañero de reparto, el ídolo masculino Jacob Elordi, Saltburn se ha convertido en lo más comentado en las plataformas desde las que las nuevas generaciones intentan cambiar el mundo. Sin spoilers, las estridentes y sensuales escenas de la bañera, el cementerio o el encuentro entre Oliver y Venetia (Alison Oliver) en el jardín han sido el ‘Imperio Romano’ de los centennials.
El algoritmo de TikTok ha derivado en un especial navideño repleto de vídeos de la cinta de Fennell: unos apreciando a Elordi, otros hablando de sus pasajes más controvertidos y los últimos recopilando las reacciones más inhóspitas tras el visionado de sus escenas más polémicas. El largometraje, que convierte la ostentación palpable en una cinta que peca de querer ser más rompedora de lo aparente, no presenta la originalidad y denuncia de Una joven prometedora (cinta en la que Carey Mulligan se convertía en una heroína moderna capaz de acabar con el patriarcado), pero sí ha conseguido calar en las nuevas generaciones a través del adornamiento de la superficialidad.
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Prueba de su éxito es que, además de ser uno de los temas más comentados de este ya languideciente año 2023, Saltburn ha conseguido viralizar una canción de 2002 de Sophie Ellis-Bextor que aparece en su banda sonora y que se convierte en un símil perfecto de su trama. Murder On The Dancefloor (asesinato en la pista de baile si la traducimos del inglés) es una canción que la británica lanzó hace más de dos décadas y que fue un éxito instantáneo. Unos sintetizadores dan comienzo a una voz angelical que pide, por favor, que la fiesta no pare pase lo que pase en la pista de baile. Fuera el mal rollo, básicamente.
La canción forma parte de su disco Read My Lips y sus acordes recogen el ambiente festivo que se respiraba en los siempre añorados años 2000. La letra se adapta perfectamente a las intenciones de Oliver en Saltburn: un banquete erótico-festivo en el que la ambición termina destruyéndolo todo. Eso sí, como entona la canción, pase lo que pase, que la música no pare.
Si crees que puedes escaparte / Chico, te equivocas / Te llevaré hasta el final / Quédate una canción más. Esta es una de las frases más repetidas en la pegadiza canción de Ellis-Bextor que ha copado TikTok, la red social de los desempleados y los futuros influencers. La cantante ha celebrado el renacimiento de su tema, un auténtico hit en su época recién redescubierto por las generaciones que acababan de nacer cuando Murder On The Dancefloor sonaba en todas las emisoras.
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De la pantalla al renacimiento musical
Este fenómeno resuena con lo ocurrido recientemente con Running Up That Hill, el tema de Kate Bush empleado en la cuarta temporada de Stranger Things que resurgió como la espuma en las listas de éxitos globales (y no sólo en Spotify) a raíz de su aparición en la exitosa ficción de los hermanos Duffer. La canción, estrenada en 1985 con el álbum Hounds of Love, tiene un importante papel en la trama de la serie, sobre todo teniendo en cuenta la importancia de la música en las nuevas aventuras de Once y sus amigos.
Running Up That Hill no sólo consiguió ser número uno en Reino Unido y entrar en el ‘Top 10′ en Estados Unidos tras su aparición en Stranger Things: también fue uno de los éxitos más duraderos del 2022 pese a tratarse de una canción lanzada casi cuatro décadas antes.
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“Es una gran serie, pensé que la canción llamaría la atención”, dijo Bush en una entrevista realizada en el programa radiofónico Woman’s Hour de la BBC Radio 4. “Nunca imaginé que sería algo así. Es tan excitante, pero es bastante impactante, ¿no? Quiero decir, todo el mundo se ha vuelto loco”, añadió. “Lo que es realmente maravilloso es que esta es una audiencia completamente nueva que, en muchos casos, nunca ha oído hablar de mí”, confesó.
“La idea de que todos estos jóvenes escuchen la canción por primera vez y la descubran es muy especial”, declaró entonces Bush, emocionada por saber que su música estaba llegando a audiencias que, cuando estrenó Running Up That Hill, no habían nacido. Parece que, un año después, el fenómeno se repite con Ellis-Bextor y su Murder On The Dancefloor.