El reto de Escrivá, de quedarse sin Economía a la correosa digitalización de la Función Pública

Aunque apareció como candidato probable para “el Rolls Royce del Gobierno”, desempeñará una cartera híbrida en la que se buscará que imponga el ritmo que llevó a cabo en la reforma de las pensiones

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Escrivá, en su toma de
Escrivá, en su toma de posesión (Reuters)

“Ministro, aunque sea de Marina”. La frase forma parte de la cultura política española, y aunque tiene orígenes difusos, lo que representa no ha perdido vigencia. Ser ministro es algo importante, así que Carlos Cuerpo, flamante responsable de Economía, se puede considerar un ganador del último reparto de cartas del gobierno de Pedro Sánchez.

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Un poco más, incluso, porque no es solo ser ministro, sino titular de Economía. El “Rolls Royce” de la Administración española, según Nadia Calviño, que lo sabe bien porque acaba de dejar el puesto tras ser la única en ejercerlo bajo el paraguas de Sánchez. Su salida se supo hace un mes y las quinielas han proliferado estas semanas. Eso hace que haya un ganador, Cuerpo, pero también algunos perdedores. Aunque la política no sea un juego de suma cero y, por lo tanto, pueda hasta ser censurable considerarse como tal.

Cuerpo es Técnico Comercial del Estado, lo cual ya es una tradición para la cartera, experto, fiable, casi tecnocrático. Un perfil con algo menos recorrido del que tenía Calviño cuando llegó al cargo, pero con un registro similar. Es común en Sánchez repetir ‘cromos’ parecidos para cada uno de los puestos del Gobierno y en este caso no se ha salido de su norma. No es la mayor ilusión para la izquierda del Ejecutivo, pero representa un perfil técnico, con buena imagen en Europa y que debe ejercer también en ocasiones de dique de algunas propuestas en el seno del gobierno. Porque al final las ideas cuestan dinero.

Él era la tercera persona en poder en el ministerio, por detrás de la propia Calviño y de Gonzalo García Andrés, secretario de estado de Economía, lo que en principio le ponía también como uno de los principales candidatos a ser ascendido y quedarse con el puesto. Él es, de algún modo, uno de los que sale de esta crisis gubernamental algo malparado, pues va a empezar a reportar a alguien que hasta ahora era solo su compañero. Se mantiene en su puesto, sigue formando parte del círculo, pero se va de estas sin ministerio.

El traspaso de carteras (Europa Press)

El nuevo rumbo de Escrivá

También José Luis Escrivá puede considerar este cambio como una pequeña derrota. En los últimos nombramientos perdió el Ministerio de Seguridad Social y se quedó con la cartera de Transformación Digital, que hasta ese momento solo había tenido rango de secretaría de Estado. Era un descenso de poder y muchos especularon que podía ser de cara a coger unas semanas más tarde el premio gordo, Economía, pues ya se sabía que las posibilidades de Calviño de marcharse a Europa eran altas.

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No ha ocurrido así. Es verdad que su cartera ahora se ve más abultada, pues a las competencias de Transformación Digital le ha unido también las de Función Pública. Es un movimiento este algo peculiar, pues hasta el momento siempre había ido emparejada esa competencia al ministerio de Hacienda. Con el cambio Montero, nueva vicepresidenta y referente económico evidente del ejecutivo, alivia un poco su trabajo para poder afrontar mejor sus nuevos retos.

Escrivá, que en su haber tiene una reforma de las pensiones bastante complicada, tomará ahora funciones en un área en la que el acuerdo de gobierno entre PSOE y Sumar, pide que experimente cambios importantes. La modernización de la Administración Pública es un objetivo, y no uno de los sencillos.

Digitalizar la Administración

“Continuaremos modernizando la administración pública para responder a las necesidades y expectativas de la ciudadanía en relación a unos servicios públicos de calidad, cercanos, accesibles y eficaces. Implantaremos un nuevo modelo de atención presencial a la ciudadanía sin cita previa obligatoria, garantizando unos horarios flexibles, y asegurando que la digitalización de los trámites administrativos no genere exclusión de colectivos”, dice el acuerdo en su primer punto al hablar de la administración.

En buena medida estos cambios que se buscan pasan, precisamente, por una mayor digitalización para que la burocracia sea menos pesada. Escrivá, en estos años, ha pisado algunos callos, pero entre sus funciones ha tenido que negociar con los sindicatos, algo que también tendrá que hacer en su nuevo acometido. Muchos le conocen por su determinación, de algún modo que la cartera le haya caído a él, vistos los últimos años de gobierno, es un intento de que esa modernización no se quede en el papel sino que sea realmente abordada.

Tanto en el caso de García Andrés como en el de Escrivá, como en realidad en el de todos aquellos que pensaron que podrían ser ministro y no lo fueron, todavía quedan etapas por quemar. A mediados de 2024 Hernández de Cos terminará su mandato en el Banco de España y este año también habrá elecciones europeas y una renovación completa de los cargos de la Comisión. Es cierto que la llegada de Calviño al Banco Europeo de Inversiones da un lugar preponderante a una española y socialista, y que la Unión Europea suele ser un constante equilibrio de nacionalidades e ideologías, pero en el proceso que se dará cualquiera de los que este viernes no han sido premiados puede encontrar una consolación.

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