María Jesús Montero, mano derecha de Sánchez en el PSOE, y ahora del Gobierno

Desde su llegada a Madrid en junio de 2018, la dirigente sevillana ha sido una de las piezas clave en los diferentes gabinetes liderados por el secretario general de los socialistas

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La vicepresidenta primera y ministra
La vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, durante una sesión de control en el Congreso. (Gabriel Luengas / Europa Press)

María Jesús Montero (Sevilla, 1966) es uno de los nombres principales del último día laborable del 2023. La ministra de Hacienda se ha convertido este viernes en la mano derecha del presidente del Gobierno al pasar de la Vicepresidencia Cuarta a la Primera. Este ascenso se suma al que ya vivió en el partido liderado por el secretario general de los socialistas, cuando fue designada vicesecretaria general del PSOE en julio de 2022.

“Nuestros logros económicos, el refuerzo del Estado de bienestar compatible con las políticas de consolidación fiscal, no habrían sido posibles sin el intenso y brillante trabajo que María Jesús Montero viene realizando desde que entró a formar parte del Gobierno”, ha valorado el líder del Ejecutivo a la hora de señalar este cambio en el marco de los ajustes de su gabinete tras la marcha de Nadia Calviño al Banco Europeo de Inversiones (BEI).

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El bagaje que acumula la dirigente sevillana en los diferentes gobiernos de Sánchez desde junio de 2018 habla por sí solo. Ha sido una de las principales artífices de los dos acuerdos para formar Gobierno de coalición y ha negociado de manera exitosa los tres últimos presupuestos. También, acumula una basta experiencia en las conversaciones para aprobar en el Congreso los diferentes decretos del Estado de alarma por la pandemia y las medidas anticrisis para hacer frente a las consecuencias de la guerra en Ucrania.

En los más de cinco años de experiencia como ministra de Hacienda –también ha asumido la cartera de Función Pública desde julio de 2021 hasta este viernes, cuando pasa a manos del actual ministro de Transformación Digital, José Luis Escrivá– ha sido uno de los perfiles más destacados del Ejecutivo, donde ha tejido una red de contactos con los diferentes ministerios y grupos políticos del Congreso.

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Quienes han negociado con Montero destacan de ella su “firmeza”, pero también su “gran capacidad de diálogo” y “predisposición a alcanzar acuerdos”, dos ingredientes necesarios para que las conversaciones entre diferentes lleguen a buen puerto. Cabe subrayar también su relación fluida con los periodistas, así como su dureza para enfrentarse a la derecha. Esto último le llevó a ganar el Premio Azote de la Oposición, concedido por la Asociación de Periodistas Parlamentarios (APP).

La vicepresidenta primera María Jesús
La vicepresidenta primera María Jesús Montero, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el candidato del PSdeG para la Xunta, José Ramón Gómez Besteiro, durante la inauguración de la Convención Política de los socialistas gallegos. (Álvaro Ballesteros / Europa Press)

Reconocida por sus adversarios por su agilidad discursiva, la oratoria de la sevillana otorga dinamismo a los debates parlamentarios que protagoniza, de carácter denso por la disciplina que le toca defender. El entusiasmo que pone en sus discursos, sin dejar de lado su acento andaluz, le han hecho perder la voz, pero no la fuerza para abanderar la política fiscal del Gobierno de coalición.

Entró en la Junta en 2004 de la mano de Chaves

La exportavoz del Gobierno entre 2020 y 2021 contestó así a las críticas recibidas y las burlas por no esconder su acento desde las instituciones: “La forma de hablar de los andaluces expresa la riqueza, la pluralidad de nuestra tierra y creo que el que cada uno de los ministros y ministras hablemos en nuestro acento, pone de manifiesto lo rica que es España, la capacidad de integrar culturas que tienen los diferentes territorios de nuestros país”.

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Uno de los momentos más anecdóticos de María Jesús Montero fue cuando las cámaras captaron parte de su discusión con el entonces líder de Podemos, Pablo Iglesias, pidiéndole que no fuera “cabezón” con la subida del salario mínimo. Otro momento muy recordado frecuentemente en redes sociales es su célebre frase “Chiqui, 1.200 millones no son nada” para referirse a los ajustes habituales en los proyectos presupuestarios.

Tras la moción de censura contra Mariano Rajoy, llegó de Andalucía, donde tenía una relación difícil con Susana Díaz, la última presidenta socialista de la Junta. Licenciada en Medicina y Cirugía en la Universidad de Sevilla, y técnica en Función Administrativa de Hospitales, se incorporó a la Junta de Andalucía en 2004 de la mano de Manuel Chaves como consejera de Sanidad y Hacienda.

La crisis en el PSOE andaluz, la federación más importante del partido, tras perder su hegemonía en la Junta puso el nombre de María Jesús Montero en el foco, abriéndose la posibilidad de postularse como candidata contra Juan Manuel Moreno Bonilla, pero nunca ha llegado a materializarse esta idea. Con su ascenso en el Gobierno, Sánchez enfila de manera clara uno de los grandes retos de la legislatura, como es la reforma del sistema de financiación autonómica, pero esta decisión sumada a su refuerzo en el partido a nivel estatal otorga a la sevillana las tablas para postularse como sucesora de Pedro Sánchez.

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