Así multa Pegasus, el radar aéreo de la DGT: un helicóptero con cámaras de alta definición

Tienen un margen de error de solo el 5% y pueden detectar excesos de velocidad a una distancia de hasta 1 kilómetro

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Helicóptero Pegasus, DGT
Helicóptero Pegasus, DGT

La Dirección General de Tráfico (DGT) incorporó a su flota, hace unos años, los helicópteros Pegasus, una herramienta que se ha convertido en un elemento clave en la vigilancia y control de las carreteras. Su principal misión es asegurar que los conductores cumplan con las normativas de tráfico para reducir la siniestralidad y aumentar la seguridad vial.

Estos helicópteros, equipados con tecnología avanzada, son capaces de detectar infracciones desde el aire con gran precisión. El sistema permite que estos dispositivos, que incluyen cámaras de alta definición y equipos de radar, puedan leer las matrículas de los vehículos y medir su velocidad con un margen de error de solo un 5%. Gracias a esta tecnología, la DGT puede detectar excesos de velocidad a una distancia de hasta 1 kilómetro y a una altura que oscila entre los 300 y los 700 metros.

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Una vez que el helicóptero detecta una infracción, las imágenes son grabadas y utilizadas como pruebas. El dispositivo registra la velocidad exacta, la posición del vehículo y el contexto del suceso. Con esta información, se generan los datos probatorios para sancionar la falta cometida por el conductor.

Para imponer la multa, el sistema de los helicópteros Pegasus está conectado en tiempo real con las salas de tráfico de la DGT, desde donde se coordina la actuación. Si la infracción requiere una detención del vehículo, se transmite la información a los agentes en tierra para que procedan a interceptar al conductor. En caso de que no sea necesaria una detención inmediata, la multa se tramita con los datos recogidos por el helicóptero y se notifica al infractor por los canales administrativos habituales, como el envío postal o la Dirección Electrónica Vial.

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La efectividad de los helicópteros en la labor de vigilancia se debe en gran parte a su capacidad para sorprender a los conductores que cometen infracciones, al no ser tan evidente su presencia como la de los radares terrestres. Además, su movilidad le permite cubrir un amplio espectro de la red vial y adaptarse a diferentes campañas de tráfico en función de las necesidades de vigilancia.

Pegasus, fundamental para la DGT

Es importante señalar que la labor de estos dispositivos no se limita solo a la detección de excesos de velocidad. También está capacitado para observar y alertar sobre todo tipo de infracciones como adelantamientos indebidos, conducción temeraria, uso del móvil al volante, no uso del cinturón de seguridad, entre otros.

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La utilización de esta flota ha demostrado ser un método disuasorio eficaz. Los conductores son conscientes de que pueden ser vigilados desde el aire en cualquier momento y lugar, lo que promueve un comportamiento más responsable al volante. A su vez, esta herramienta es un apoyo fundamental en operaciones especiales como las que se realizan en fechas con alto tráfico, garantizando un seguimiento detallado y en tiempo real de las condiciones en las carreteras. La DGT asegura que todas las medidas de control y sanción se llevan a cabo respetando la legislación vigente y con el único objetivo de preservar la seguridad vial.

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