El bonito pueblo de Teruel que tiene un castillo templario y un yacimiento arqueológico de dinosaurios

En el Maestrazgo Turolense se ubican algunos de los entornos más bonitos de España, que junto con sus pequeños pueblos, son destinos ideales para relajarse y escapara de la rutina. Sus callejuelas y patrimonio arquitectónico invitan al viajero a perderse y disfrutar de conjuntos que son una maravilla. Muchos de ellos, además, se enclavan en lo alto de las montañas o en extensos valles, conformando un destino rural excepcional.

Así, visitar estas localidades permite conocer la historia de esta monumental región. Una de las más impresionantes es Castellote, un pueblo que destaca, aparte de por su espectacular enclave y conjunto monumental, por localizarse en una de las áreas de artes rupestre más importantes de Aragón. Así, la villa se incrusta en lo alto de un escarpe rocoso, bajo las faldas de la Atalaya, además, su casco urbano surge una vez atravesamos un túnel.

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Con poco más de 600 habitantes, Castellote fue un emplazamiento árabe hasta el año 1168, momento en el que el rey Alfonso II conquista la villa. Tras ello, pasó a formar parte de la Orden del Santo Redentor y desde 1196 hasta 1307 estuvo bajo la Orden del Temple. A día de hoy todavía se pueden contemplar los restos de su castillo, que de presencia templaria, fue mandando construir por Alfonso II en el siglo XII. Este se levantó sobre una fortaleza árabe y desde sus muros se domina toda la villa.

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Así, es uno de los principales atractivos del conjunto urbano de Castellote, el cual está catalogado como Bien de Interés Cultural. Para conocer todos sus encantos es necesario perderse por sus estrechas callejuelas, las cuales conducen a espacios tan singulares como la ermita de Nuestra Señora del Agua. Se trata de una joya románica del siglo XII, donde su fachada muestra una bella portada flanqueada por columnas salomónicas y su torre es el único campanario del pueblo.

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Igualmente, se pueden contemplar otros monumentos de gran valor arquitectónico como es la iglesia de San Miguel y la torre-cárcel de los comendadores. Ya fuera de su casco histórico, la villa esconde muchos más atractivos. De estos destacan el acueducto de las Lomas, al cual se puede llegar a través de una pintoresca ruta. Este está compuesto por 11 arcos adosados a la roca, excepto el último de ellos, de 14 metros de altura, más conocido como puente del Gigante. También destaca la ermita del Llovedor.

Más allá de su patrimonio histórico y cultural, Castellote es mucho más, pues cuenta con un importantísimo yacimiento de troncos fósiles y numerosas huellas de dinosaurios. Todo ello le ha valido convertirse en una de las subsedes de Territorio Dinópolis, conocida como Bosque Pétreo. En este lugar se pueden contemplar como dinosaurios y mamíferos convivieron en este territorio hace 125 millones de años. Asimismo, muy cerca del pantano de Santolea se halla un magnífico conjunto de pinturas rupestres.

Desde Teruel, el viaje es de alrededor de 1 hora y 35 minutos por la carretera N-420. Por su parte, desde Tarragona el trayecto tiene una duración estimada de 1 horas y 25 minutos por la misma vía.