Llegó el invierno y con él, un aumento de enfermedades respiratorias. La covid-19, la bronquiolitis y la gripe A han protagonizado un estallido de contagios por toda España, que se ha dejado notar en los hospitales de la Comunidad de Madrid, desbordados durante las últimas noches.
Si hace una semana las noticias de colapso llegaban desde el Hospital General Universitario Gregorio Marañón con más de 80 pacientes pendientes de ingreso, esta vez la saturación se denuncia desde el Hospital 12 de Octubre, uno de los más importantes de la Comunidad de Madrid. “Este martes se atendió en la Urgencia General a 817 pacientes, de ellos 591 del área médica. Es una cifra muy elevada respecto a años anteriores por cuadros respiratorios”, explican desde la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid.
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Durante la noche posterior a Navidad, el hospital público tuvo 63 pacientes en Prioridad 2, donde debería haber como máximo 42 personas, otros 102 pacientes de Prioridad 3, y otros 82 en consultas, cifras muy altas respecto a las plantillas de médicos y enfermeras disponibles en las Urgencias del centro, según trabajadores del hospital que han trasladado los datos a Infobae.
Una situación similar se dio durante la misma noche de este martes en el Hospital Infanta Leonor y sus consecuencias duran hasta la mañana de este miércoles, con “66 pacientes pendientes de cama, siendo pacientes de edad avanzada con varias patologías”, denuncian sus trabajadores también a este medio. En el Gregorio Marañón, esta vez, la acumulación de pacientes no ha llegado a los pasillos y la noche ha sido tranquila, aunque durante la mañana de este miércoles se contaban 56 pacientes pendientes de ingreso.
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El último informe de vigilancia de infecciones respiratorias agudas (SiVIRA) que realiza el Instituto de Salud Carlos III revelaba un considerable aumento de afecciones, con una tasa de infecciones respiratorias agudas en la Atención Primaria de 793,9 casos por 100.000 habitantes durante la última semana, cifra que ha ido progresivamente en aumento.
Los positivos por SARS-CoV-2 han aumentado hasta el 14,3%, pero ahora mismo la infección dominante es la gripe, que alcanza el 20% del total. De esos, el 98,2 de los virus gripales son del tipo A, según el informe del Ministerio de Sanidad. En cuanto al Virus sincitial respiratorio, el más leve y parecido al resfriado, no se ha constatado un aumento de casos.
Pese al aumento de contagios, esto no ha significado un aumento de hospitalizaciones que indiquen un potencial problema de salud pública, como podía ocurrir en las peores etapas de la covid-19, porque los virus no han aumentado su letalidad. Sin embargo, el aumento de carga de trabajo en los hospitales si deriva en una peor atención al paciente.
Las urgencias extrahospitalarias de Madrid
Ante el aluvión de personas en urgencias durante estos días, la propia Consejería reconoce que “muchos deberían de haber ido a la Atención Primaria, ya que no precisaban ingreso”. Sin embargo, los hospitales de Madrid sufren una acumulación de pacientes fruto del cierre de las urgencias extrahospitalarias, espacios aledaños a los centros de salud que operan cuando estos cierran y que tienen como utilidad que la ciudadanía acuda por problemas menores, para así no colapsar las urgencias de los hospitales. La reforma ideada por el gobierno de Isabel Díaz Ayuso durante la anterior legislatura cambió por completo el esquema de funcionamiento de la región y los sanitarios no han cesado en sus quejas.
Tras la reforma del Gobierno de la Comunidad, los SUAPS (centros en la ciudad de Madrid) y los SAR (centros en los pueblos y ciudades de la Comunidad) pasaron a denominarse Puntos de Atención Continuada (PAC), un total de 78 espacios que se reparten por toda la región. Desde el comienzo del proyecto existieron críticas por la falta de sanitarios.
Los SUAPS, cerrados durante dos años por decisión de la Comunidad de Madrid, reabrieron ya como PAC en 2022 y en lugar de contratar personal se repartió el que ya trabajaba en los SAR. El doble de centros para el mismo número de trabajadores, decisión que provocó sobrecargas de trabajo en los sanitarios de la región y una degradación del servicio que se daba en estos centros rurales.