La política ambiental en España ha alcanzado un punto de inflexión con la decisión firme y ya aprobada de restringir progresivamente la circulación de vehículos menos ecológicos en las ciudades. Este cambio, que responde a una creciente preocupación por la calidad del aire y la sostenibilidad urbana, se verá implementada en muchas ciudades de la figura de Zonas de Bajas Emisiones en al menos 160 urbes del país. Estas ciudades, donde reside más de la mitad de la población española, han comenzado ya o se preparan para implementar medidas que limiten el acceso de ciertos tipos de vehículos, en un claro intento por reducir la contaminación y mejorar la calidad de vida de sus habitantes.
En la actualidad, y siguiendo criterios medioambientales, ya se pueden observar restricciones para los vehículos más contaminantes, aquellos que no poseen ninguna etiqueta de la Dirección General de Tráfico (DGT). Representan una porción significativa del parque automovilístico del país. Según se estima, son más de 9,9 millones de turismos y vehículos comerciales poco pesados, lo que supone alrededor del 30% de los coches en circulación. El endurecimiento de las políticas de circulación no solo ha comenzado a hacerse efectivo en las ciudades de más de 50.000 habitantes, sino también en las islas y en municipios más pequeños que enfrentan a situaciones de mala calidad del aire.
Tras la entrada en vigor de las restricciones a los coches A el próximo 1 de enero, el siguiente grupo que verá limitada su movilidad en estas ZBE serán los coches con etiqueta B, identificados por su distintivo amarillo de la DGT. Esta categoría incluye a los coches y furgonetas ligeras de gasolina matriculados desde enero de 2001 hasta antes de 2006; los de diésel, inscritos desde 2006 hasta antes de 2014; y los vehículos de más de 8 plazas y de transporte de mercancías, registrados más allá de 2006, ya sean diésel o gasolina. Los vehículos con etiqueta B de la DGT son considerados entre los más nocivos para el medioambiente y son aproximadamente 9,4 millones de vehículos en todo el territorio nacional.
Originalmente, la DGT había planteado una serie de excepciones en cuanto a los vehículos que podían acceder a las ZBE, permitiendo el paso a automóviles con etiquetas ECO, Cero Emisiones y C, lo que dejaba fuera a los coches con pegatina B. No obstante, la DGT se echó para atrás y apuntó que serían los ayuntamientos los que tendrían la potestad para definir las restricciones específicas a aplicar en cada caso.
Las restricciones ya vigentes para coches con etiqueta B
Algunos municipios ya han comenzado a estipular restricciones para los vehículos con etiqueta B. Por ahora, estas limitaciones son parciales y afectan a unas pocas Zonas de Bajas Emisiones, pero es inevitable pensar que estas medidas se irán extendiendo y profundizando con el tiempo, llegando a impactar en mayor medida a las grandes ciudades del país.
Un ejemplo concreto de estas restricciones se ve en Madrid, donde los coches con etiqueta B enfrentan ya ciertas prohibiciones. En la Zona de Bajas Emisiones de Especial Protección (ZBEDEP) del Distrito Centro, estos vehículos no tienen acceso en ningún momento, a menos que su destino sea un parking público o privado que forme parte del sistema de gestión de accesos de la ZBE.
Fuera de esta zona y otras excepciones específicas, como vehículos de transporte para personas con movilidad reducida, motocicletas y ciclomotores con horario restringido, propietarios de plazas de garaje particulares, vehículos de transporte con conductor o aquellos que necesiten llegar a un taller, todos los vehículos con etiqueta B verán vetado su ingreso al área restringida del Distrito Centro, lo que marca un antes y un después en la política de movilidad urbana y en los hábitos de conducción de una parte importante de la población. En 2025 no podrán acceder al interior de la M-30.