La sequía de Cataluña, el noveno desastre climático más costoso de 2023

Actualmente, los embalses de Girona están al 18%, cuando la media histórica por estas fechas es del 70%

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 Turistas caminan mientras los pescadores recogen peces del embalse de Sau junto a la iglesia del pueblo de San Román de Sau. REUTERS/Nacho Doce/Archivo
Turistas caminan mientras los pescadores recogen peces del embalse de Sau junto a la iglesia del pueblo de San Román de Sau. REUTERS/Nacho Doce/Archivo

El año llega a su fin y en materia medioambiental ha dejado muchas malas noticias. Desde una infructuosa Cumbre del Clima en Dubai donde no se alcanzaron acuerdos importantes para la reducción de la contaminación, hasta fuertes sequías e incendios que han azotado España durante todo el año.

La crisis climática ha hecho apariciones muy visibles, haciéndose evidente incluso para los más escépticos, y España ha sido el foco de uno de sus desastres económicos más grandes de 2023, según la organización británica Christian Aid, que ha evaluado en un ránking los peores acontecimientos en materia medioambiental durante el curso.

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La sequía acontecida en Cataluña fue el noveno fenómeno más preocupante del año, que quedan clasificados según lo que ha costado cada desastre en términos de renta per cápita. El cambio climático tiene efecto y también condiciona las cuentas de los Estados, de ahí que la COP28 aumentara de nuevo el presupuesto creado para aquellos países que sufrirán de forma muy agresiva las consecuencias del calentamiento global.

El informe Counting the Cost 2023 demuestra que la sequía costó 50 dólares por persona, uno de los mayores gastos del año. Por primera vez en su historia, Cataluña tuvo que activar la alerta por sequía en varias localidades de Girona, donde el consumo de agua se vio condicionado por el bajo nivel de los embalses, en mínimos históricos y en rangos que no han mejorado en los meses posteriores.

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La lista del Counting the Cost 2023 la encabezan los incendios forestales de Hawai, que costaron más de 4.000 dólares por persona y mataron a 181 personas. La sequía producida en España en abril de 2023 se sitúa en el puesto número nueve, precedida por las inundaciones de Perú durante este año y seguida de un ciclón que asoló Myanmar.

La falta de agua en Cataluña no cesa

La de Cataluña es la única sequía que aparece en el ránking anual, dominado por desastres como inundaciones y tormentas extremas, fruto de los cambios radicales de temperaturas que se producen por las alteraciones medioambientales. El incendio de Tenerife, el más grave de 2023 y uno de los más violentos de la historia de España, no aparece en este listado.

El curso del 2023 tuvo el arranque más seco desde 1960. Las temperaturas elevadas del verano batieron nuevos récords históricos, que igualmente son de los últimos años, cuando los termómetros se han disparado y roto todos los registros del siglo XX. Este año hubo tres olas de calor en un mismo verano, algo que ocurría ocasionalmente durante el siglo anterior, pero que desde que entró el siglo XXI está totalmente normalizado.

La cuestión de la sequía no ha dejado de ser un problema en Cataluña y el Govern tiene en la cabeza decretar la emergencia por sequía de nuevo a partir de enero, lo que conllevará limitar el uso del agua a 200 litros por habitante/día. Eso no significa que se limite el agua de los grifos de los hogares, sino que el consumo derivado de actividades económicas y de ocio se verán reguladas con esta cantidad como tope diario.

Los últimos datos de la capacidad de los embalses de Cataluña distribuidos por el Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Demográfico (MITECO) revelan que el total de la autonomía está al 40,62%, veintisiete puntos por debajo de la media histórica en los últimos diez años, que se ubica en el 67% del total de la capacidad de la reserva hidrográfica.

La escasez de recursos, incluso en invierno, han hecho que la Generalitat aplique un plan para combatir la sequía, que pasa por no desperdiciar agua de cara a un verano que podría ser muy seco y se vería condicionado por la falta de agua. Actualmente, los embalses de Girona están al 18%, cuando el año pasado estaban al 41% y en la media histórica están al 70%. Es un descenso muy agudizado que ha llevado a tomar medidas por adelantado.

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