Las consecuencias de los sesgos de género en medicina: “Las mujeres son peor diagnosticadas en al menos 700 patologías”

La falta de perspectiva de género hace que las mujeres tengan un menor acceso a una atención sanitaria de calidad y una mayor tasa de letalidad hospitalaria cuando ingresan, como ocurre con los casos de infarto de miocardio

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Una intervención quirúrgica (Shutterstock)
Una intervención quirúrgica (Shutterstock)

La investigadora María Teresa Ruiz Cantero no esperaba que un artículo publicado en The New England Journal of Medicine fuera a cambiar su vida. Pero así ocurrió en 1991, cuando la prestigiosa revista informó de que en los casos de infarto agudo de miocardio se hacía un mayor esfuerzo diagnóstico y terapéutico en los hombres que en las mujeres, afectando así su salud. Fue a partir de entonces cuando surgió toda una línea de investigación sobre los sesgos de género en la atención sanitaria y decidió estudiarlo en profundidad.

“Me pareció increíble que en la universidad no nos explicaran que el infarto en mujeres es muy diferente que en los hombres, ya que los síntomas son más inespecíficos”, cuenta a Infobae España Ruiz Cantero, catedrática de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad de Alicante, de forma que no se trata de un dolor intenso en el pecho que se extiende al brazo, sino de una manifestación de malestar generalizada, aclara. De ahí la importancia de que las facultades, incluyendo las de Ciencias de la Salud y Medicina, apliquen la perspectiva de género, pues a pesar a de los avances, los sesgos y los estereotipos aún persisten en la Universidad.

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El origen está en la generación de conocimiento sesgado, es decir, en la investigación, porque la medicina siempre ha tomado a los varones como modelos de referencia, explica la experta. Ese androcentrismo está presente tanto en la investigación y diagnóstico como en el tratamiento de las enfermedades, lo que supone un factor de desigualdad para las mujeres. De hecho, la Universidad de Copenhague (Dinamarca) realizó un estudio en más de siete millones de pacientes atendidos durante 21 años por el sistema de salud donde se evidenció que las mujeres eran peor diagnosticadas que los hombres en al menos 700 patologías, con la única excepción de la osteoporosis.

Consecuencias en la salud de las mujeres

Los sesgos de género tienen consecuencias para las mujeres como un menor acceso a una atención sanitaria de calidad y una mayor tasa de letalidad hospitalaria una vez que ingresan, como ocurre con los casos de infarto de miocardio, indica la experta, por lo que considera fundamental revisar los protocolos de diagnóstico para que estén “mejor ajustados”. “Hemos investigado y evidenciado en artículos que existe un sesgo, porque cuando las mujeres van al médico con dolores, se suelen confundir con otras patologías y no reciben el tratamiento oportuno. Les dan por ejemplo un diagnóstico de fibromialgia cuando realmente tienen la enfermedad y eso es más grave”, añade.

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Otro ejemplo donde hay una mayor demora diagnóstica en mujeres e incluso errores es en la enfermedad de Crohn, que causa inflamación en el tracto digestivo, pues se asume con mayor frecuencia que si ellas tienen diarrea o estreñimiento “es porque están estresadas” y no se busca una causa más allá, cuando en realidad “pueden tener úlceras infectadas que necesitan un tratamiento antibiótico”.

Una paciente acude a una
Una paciente acude a una consulta médica. (Europa Press)

“Sesgos cognitivos inconscientes”

La experta indica que los sesgos cognitivos inconscientes de los médicos se producen sobre todo en Atención Primaria, “porque apenas tienen cuatro minutos de promedio” para atender a cada paciente y falta por tanto una mayor reflexión.

Muchos profesionales a los que ha consultado indicaron que las mujeres, por lo general, acuden con más frecuencia al centro médico que los hombres, “se quejan más”, y eso hace que se les preste menos atención, “mientras que ellos son más directos” cuando explican sus problemas de salud y se les deriva antes a un especialista. Por eso considera fundamental que la ciudadanía sea consciente de que en medicina existen estos sesgos para que pueda preguntar a los profesionales sanitarios y “se empodere”.

Para eliminar esos sesgos, insiste Ruiz Cantero, es necesario que las universidades amplíen los proyectos de investigación desde la perspectiva de género en todos los ámbitos y que la docencia universitaria se planifique con ese enfoque, lo que implica que cada vez que se dé una información en tablas o figuras haya datos segregados por sexo para saber qué sucede en hombres y en mujeres.

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