El pequeño pueblo de Cuenca que está en un Parque Natural: un balneario, un castillo medieval y rutas de senderismo

La localidad se encarama sobre una atalaya de piedra, bajo la fortaleza, y entre sus calles se puede apreciar la arquitectura típica de la zona gracias a su bello conjunto monumental

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Beteta, en Castilla-La Mancha (Turismo Castilla-La Mancha).
Beteta, en Castilla-La Mancha (Turismo Castilla-La Mancha).

Castilla-La Mancha alberga una gran cantidad de parajes que son una maravilla. Algunos de ellos se pueden encontrar en la Serranía de Cuenca, un destino ideal para los amantes de la naturaleza y el turismo rural. Allí, el viajero no queda solo asombrado con la belleza de los paisajes, sino también con los pequeños pueblos que la rodean, los cuales guardan multitud de encantos.

Uno de los más especiales es Beteta, la cual da nombre a la impresionante Hoz de Beteta, un espectacular cañón fluvial labrado por el río Guadiela, que permite agradables paseos a pie y paradas de descanso en sus áreas recreativas. Pero esto no se queda aquí, pues la localidad se encuentra dentro del Parque Natural del Alto Tajo y próximo al Parque Natural de la Serranía de Cuenca, dos de los escenarios naturales más espectaculares de Castilla-La Mancha.

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A su vez, la villa se asienta a los pies del castillo de Rochafrida, una fortaleza en ruinas, pero que alberga una de las mejores vistas del pueblo y sus alrededores. Por si fuera poco, sus callejuelas acogen un conjunto monumental de lo más atractivo caracterizado por la arquitectura típica de la sierra de Cuenca.

Un castillo del siglo XII

Castillo de Rochafrida, en Beteta, Castilla-La Mancha (Turismo Castilla-La Mancha).
Castillo de Rochafrida, en Beteta, Castilla-La Mancha (Turismo Castilla-La Mancha).

Encaramada sobre una atalaya de piedra, Beteta es uno de los pueblos más pintorescos de Cuenca. Su castillo, el cual domina la villa y todo el entorno, se incrusta a más de 1.300 metros de altitud, siendo uno de los más altos de España. “Según las investigaciones de José Luis Rodríguez Zapata, se trata de un castillo de origen musulmán y carácter militar”, explican desde Turismo de Castilla-La Mancha. La fecha de su construcción se desconoce, pero el primer documento donde se cita la existencia del castillo es en el año 1172.

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En esta fecha es cuando las tierras de Beteta pasan a formar parte de los dominios de Pedro Manrique de Lara, segundo señor de Molina. Durante la Edad Media, la fortaleza sirvió de bastión defensivo para los nobles cristianos que mantenían disputas entre ellos, pero con la llegada de la dinastía borbónica cayó en el olvido. De hecho, ya en el año 1826 se recoge en un escrito el estado ruinoso que tenía. A día de hoy, se mantienen algunos restos, pero su encanto no reside ahí, sino en la panorámica que ofrece de todo el pueblo.

Un paseo por Beteta

Beteta, Castilla-La Mancha (Turismo Castilla-La Mancha).
Beteta, Castilla-La Mancha (Turismo Castilla-La Mancha).

Más allá de su castillo, esta villa conquense alberga un rico patrimonio arquitectónico que tiene su máximo exponente en la iglesia parroquial de La Asunción. Se construyó en el siglo XV y presenta un estilo gótico en el que se puede apreciar una bonita portada plateresca y una planta de tres naves. A esto se le suma su imponente campanario y e importantes piezas como el retablo, la pila bautismal y las lápidas de las familias Carrillo de Albornoz y Ariza.

Igualmente, sus sinuosas calles permiten disfrutar de la arquitectura típica de la región por medio de soportales y casas de piedra, las cuales están albergan balconadas de madera. Así, la Plaza Mayor es otra de las paradas imprescindibles y uno de los mejores puntos para apreciar este conjunto. Ya a las afueras de la localidad, la ermita de la Virgen de la Rosa, construida en el siglo XVII, espera al viajero.

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Un balneario y uno de los parajes más bellos de Cuenca

Pero es, sin duda, el entorno natural lo que envuelve a Beteta en un manto rural y mágico. Así, la Hoz de Beteta es uno de los escenarios naturales más significativos de la provincia de Cuenca. En él se puede apreciar como el curso del río Guadiela ha dado forma al paisaje, creando un cañón donde las paredes verticales ascienden hasta los 80 metros de altura. A lo largo de sus seis kilómetros, el cañón es un destino perfecto para los amantes de la naturaleza y el senderismo.

Pues cuenta con multitud de rutas que parten del pueblo y permiten conocer todos los rincones mágicos que esconde este entorno. Así, atravesando caminos señalizados por los acantilados y la vegetación, se encuentran lugares como la fuente de los Tilos, la casa de la Pradera, la cueva de la Ramera y el Real Sitio de Solán de Cabras.

Hoz de Beteta, Castilla-La Mancha (Turismo Castilla-La Mancha).
Hoz de Beteta, Castilla-La Mancha (Turismo Castilla-La Mancha).

Este último es uno de los más destacados, pues allí se ubica un balneario construido en el siglo XVII por orden de Carlos III. Es uno de los espacios más particulares de toda la zona, pues aparte de las propiedades mineromedicinales del agua, el visitante puede disfrutar de un baño relajante en mitad de un paisaje de ensueño.

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Cómo llegar

Desde Cuenca, el viaje es de alrededor de 1 hora y 10 minutos por las carreteras de Guadalajara, la N-320 y la CM-210. Por su parte, desde Teruel el trayecto tiene una duración estimada de 1 hora y 55 minutos por las vías A-23, N-211 y CM-210.

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