Así funcionan las pulseras telemáticas de control a los maltratadores

Las pulseras de control telemático para monitorear a maltratadores han sido un pilar fundamental en la protección de víctimas en España desde su implantación, en 2009. Su utilidad ha quedado demostrada al no registrarse asesinatos de usuarias de este servicio a manos de su pareja o expareja. No obstante, ciertas asociaciones advierten sobre la necesidad de revisar el sistema ante situaciones que pueden conducir a una “revictimización” de las mujeres.

En la actualidad, 3.015 maltratadores y sus víctimas están sujetos a este método de vigilancia. El Ministerio de Igualdad, dirigido por Ana Redondo, tiene el objetivo de aumentar la cifra por encima de los 4.000 para el 2024.

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La aprobación de la ley de garantía integral de la libertad sexual, conocida como la ley del solo sí es sí, ha expandido el acceso a este servicio de protección a todas las víctimas de violencias sexuales. Estas medidas son cruciales para reforzar la protección y el bienestar de las mujeres que enfrentan situaciones de violencia de género.

El equipo telemático incluye un brazalete emisor de radiofrecuencia para el agresor, que alerta de su manipulación o intento de retirada, y un dispositivo GPS para ambas partes. Esta tecnología permite determinar la proximidad entre maltratador y víctima, con un margen de error de menos de cinco metros, asegurando así una respuesta rápida ante potenciales riesgos. Además, se han desarrollado mejoras técnicas respaldadas por fondos europeos para hacer estos dispositivos más discretos y eficientes.

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Frente a la necesidad de una reestructuración, asociaciones como Juristas Themis y ALMA contra la Violencia de Género apuntan a la importancia de que los dispositivos se centren más en el control del agresor y que sean menos invasivos para las víctimas. Por ejemplo, ALMA, en colaboración con la Universidad de Extremadura, trabaja en un “dispositivo de auxilio” que podría integrarse discretamente en la ropa o accesorios de la mujer, enviando alertas y la localización a las autoridades en caso de peligro.

Sin embargo, aún existe el riesgo de que los maltratadores utilicen las pulseras para infligir “maltrato psicológico”, mediante la manipulación constante del dispositivo para activar las alarmas. Adicionalmente, la eficacia de estos aparatos puede verse reducida en áreas rurales por la baja cobertura y la proximidad forzosa entre agresor y víctima, lo que pone en cuestión la precisión del sistema en dichos entornos.

El sistema, hasta la fecha, ha demostrado ser un eficaz mecanismo preventivo, al no contabilizar muertes entre las usuarias del servicio. Ángeles Carmona, presidenta del Observatorio contra la Violencia Doméstica y de Género del CGPJ, afirma la efectividad de este recurso y valora la labor conjunta entre las instituciones judiciales y el Ministerio de Igualdad para su desarrollo y mejora continua. El desafío sigue siendo equilibrar la seguridad de las víctimas con su derecho a una vida sin la sombra constante de la violencia y el miedo.