Las palabras de la discordia sobre ETA que unieron a Bildu y UPN antes de la moción de censura en Pamplona

El 20 de noviembre, la placa de José Luis Prieto, asesinado por ETA el 21 de marzo de 1981, amaneció arrancada de cuajo en el lugar donde se produjo su asesinato en Pamplona. Fue la propia familia del teniente coronel la que denunció el acto vandálico a un distintivo colocado junto a la parroquia del Huerto en el año 2021 fruto de un convenio entre el Ayuntamiento de Pamplona y la Asociación Navarra de Víctimas del Terrorismo de ETA (Anvite).

“La noche del sábado pasado, con la misma cobardía y nocturnidad con la que actuaron los etarras que aquel sábado 21 de marzo de 1981 asesinaron a nuestro padre, José Luis Prieto Gracia, junto a la parroquia del Huerto, otros han sustraído la placa que señalaba el lugar del asesinato”, fueron las palabras con las que la familia de Prieto denunció lo ocurrido. Fue entonces cuando el Partido Popular en el Ayuntamiento de la capital de Navarra propuso a todos los grupos una declaración para denunciar los actos, en la que reclamaba verdad, memoria, dignidad y justicia para las víctimas de ETA, apunta el texto al que ha tenido acceso Infobae España.

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En el mismo, los populares navarros piden “condenar rotundamente” la vandalización de la placa en recuerdo del “asesinado por la banda terrorista ETA”, así como instar al Consistorio a reponer la misma en el mismo lugar, mostrar el “apoyo y el afecto” a la familia de la víctima, así como recordar “a todas las víctimas de la violencia etarra” y reclamar para ellas verdad, memoria, dignidad y justicia. Cada una de las palabras de esta declaración importa en esta historia, ya que se convirtieron en el motivo por el que fue rechazada. Pese a que todos los grupos votaron a favor, Bildu se abstuvo en la votación de la misma para, a continuación, presentar una moción muy similar a la de los populares, pero cambiando varios conceptos de los anteriormente destacados.

En vez de “condenar rotundamente” el acto vandálico contra la placa en recuerdo del “asesinado por la banda terrorista”, el texto de Bildu “rechaza” el acto vandálico en recuerdo a la “víctima de la violencia de ETA”. También insta al Ayuntamiento a su reposición inmediata, pero incluye en esta petición el compromiso de mantener en perfecto estado las placas y elementos de recuerdo a “todas las víctimas de las diferentes violencias”.

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En el tercer punto, en el que el PP pedía mostrar “apoyo y afecto” a la familia de la víctima, Bildu se limita a pedir “respeto” para la misma y para todas las víctimas de la violencia de ETA, pero puntualizan que este apoyo también lo hacen extensible a “todas las víctimas de las demás violencias padecidas en esta ciudad”.

Así fue como se aprobó la declaración contra la vandalización de la placa en recuerdo a Prieto, ya que la moción de Bildu fue apoyada por todos los grupos, excepto por el Partido Popular, con la sorpresa de que entre esos grupos también está UPN. Es decir, Bildu, el PSN, Geroa Bai, Contigo y UPN aprobaron esta declaración alternativa presentada por los abertzales, que habían rechazado anteriormente la presentada por el PP para cambiar palabras que para su posicionamiento sobre ETA son determinantes.

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Pocas semanas después, Bildu, PSOE, Geroa Bai y Contigo llegarían a un acuerdo para aprobar una moción de censura contra la alcaldesa de UPN, Cristina Ibarrola, con el rechazo del PP. Una noticia que estallaría en medio de un panorama político convulso por el enfrentamiento continuo entre el presidente del Gobierno y el líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo. UPN llegó a abandonar el pleno del Parlamento de Navarra llamando “escoria” al PSN por pactar con Bildu y “terroristas” a los abertzales, y organizó una manifestación el pasado domingo en Pamplona (con el apoyo del PP y Vox) contra la moción de censura a Ibarrola.

A dicha protesta, que se repetirá el próximo 28 de diciembre cuando se vote en el pleno del Ayuntamiento la moción de censura, UPN se unió, esta vez sí, al PP y a Vox para condenar que el Ayuntamiento de Pamplona caiga en manos de los “herederos de ETA”, aunque sus posicionamientos un mes antes distaban mucho de hacerles un cordón sanitario.