“Una pena, pero… sólo me queda decir adiós para siempre, aunque siempre seguiré pensando en ti”. Este fue el mensaje, a modo de resignación, que Rudy Fernández llegó a compartir en sus stories de Instagram hace unas horas. La publicación en redes sociales, que fue borrada posteriormente, también contenía una imagen del partido de la ACB que disputó este sábado con el Real Madrid. Fue en Badalona, ante un Joventut en el que el alero balear saltó al estrellato del baloncesto hace una década. A tenor de lo expresado por él mismo, la Penya bien pudo demostrar una cierta amnesia con quien fuera uno de sus ídolos pasados. Y el jugador no es el único que puede creerlo así.
Otro mito del club, tanto en la cancha como en los despachos, decidió alzar la voz ante la ausencia de un homenaje para Rudy en el que apunta a ser el último encuentro en casa de su exequipo. “Ayer posiblemente fue el último partido de Rudy Fernández en el Olímpico de Badalona. Dar las gracias por todo lo que ha dado a nuestro club, la suerte de disfrutarlo y la gran carrera que ha hecho como jugador. Creo que ayer se merecía una mejor despedida de nuestra parte. Força Penya”, escribió Jordi Villacampa en X.
Te puede interesar: ¿Ricky Rubio, fuera de la NBA?
El comentario de la leyenda fue suscrito por un integrante actual de la escuadra profesional del conjunto verdinegro. “No sé si Rudy mete ayer su último triple en el Palau Olímpic. Lo que sí sé es que ayer el mejor jugador que ha formado la Penya no obtuvo el reconocimiento que merece. Ojalá nos encontremos en el play-off y vuelvas a jugar en tu casa. Gracias”, expuso Adrià Delgado, delegado del Joventut, en la misma plataforma que Villacampa.
Incluso Marta Fernández, hermana de Rudy y exjugadora, quiso pronunciarse. “Yo hoy no he podido ir a verte a Badalona. Pero te aplaudo y te aplaudiré siempre por todo lo que nos has hecho disfrutar en el Olímpic con la camiseta de la Penya”, le defendió, en un mensaje agradecido por el propio capitán de la selección española. Precisamente, su intención es retirarse del equipo nacional en 2024. A ser posible, con la disputa, en París, de sus sextos Juegos Olímpicos. De ser así, conseguiría un hito inédito hasta la fecha.
Te puede interesar: Un compañero de Jon Rahm en la Ryder no se cree su discurso
Una retirada más que probable
Colgar la camiseta de España también implicará, seguramente, hacer lo propio con la del Madrid, ya que su contrato expira el próximo verano. Ya con 38 años a las espaldas (para 39), lo más realista es pensar que Fernández se despedirá de la canasta de alta competición dentro de unos meses. De ahí la tristeza que le suscitaría que el Joventut, en su pabellón, no haya tenido un gesto digno del legado que dejó en Badalona, antes de poner rumbo a la NBA.
Entre 2003 y 2008, Rudy fue el gran santo y seña de la Penya. La Copa del Rey que protagonizó, a los 18, en 2004, merecedora de MVP aun sin título colectivo, resultó su primer gran hito, debutando en un gran torneo con España, los Juegos Olímpicos de Atenas, al poco tiempo. Que formase parte de los primeros éxitos de la por entonces denominada ÑBA vino dado por su desempeño en Badalona, donde ganó una Copa (de nuevo, MVP) y una Eurocup en 2008 y una EuroChallenge en 2006. Por supuesto, cuando se fue a la mejor liga del mundo lo hizo avalado por la época que marcó a 22 minutos de Barcelona.
Fernández sabe bien que nada habría sido lo mismo sin esa etapa clave de su trayectoria, de la que todavía se recuerdan su liderazgo ofensivo y los muelles de los que gozaba para hacer mates. Sin embargo, parte de la afición del Joventut parece resentida con su actitud en la cancha, que algunos han decidido criticar. Eso sí, tampoco el recibimiento que le brindó la grada de animación verdinegra en esta ocasión ha sido precisamente celebrado.
Sin unanimidad con respecto a su figura y obviándose la memoria de tiempos pasados, Rudy dejó nueve puntos (2/6 en el triple y 3/3 en tiros libres), dos asistencias y un robo, para 10 de valoración, en los que pueden ser sus últimos 17 minutos sobre el parqué de Badalona. El Madrid volvió a protagonizar un triunfo contundente (73-101), con el sinsabor, para uno de sus veteranos de lujo, de un probable adiós de puntillas en un territorio más hostil de lo que creía y debería. Si la postemporada liguera no lo remedia, el daño será irreparable.