¿Pueden un hombre y una mujer ser amigos sin que haya sexo de por medio? Es más, ¿pueden un hombre y una mujer que están en la crisis de los 40, sin rumbo en su vida laboral y personal pero unidos por su desgracia no tener sexo? ¿No sentirse atraídos el uno por el otro, ni siquiera un poco? Pues sí, claro que se puede. No solo se puede sino que se ha hecho una serie sobre ello y se ha convertido en la que probablemente sea la mejor comedia romántica del año. Y eso que ni siquiera es una película, sino una miniserie de diez episodios de apenas media hora.
Se trata de Platónico, la miniserie que llegó a Apple TV+ a medidados de año y que desafortunadamente pasó desapercibido, al igual que tantas otras producciones estrenadas en la plataforma como The Morning Show, Foundation, Bailando a la vida o Esto va a doler. También es cierto que hay notables excepciones como Ted Lasso o Los asesinos de la luna, una por haber salido de la burbuja y la otra por pasar por los cines previo a su estreno en la plataforma. Sin embargo, esta comedia romántica ha pasado de tapadillo y bien merece ser reivindicada como una de las grandes comedias románticas que nos ha dado este 2023.
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Platónico cuenta la historia de Will (Seth Rogen) y Sylvia (Rose Byrne), dos amigos de toda la vida que se reencuentran después de mucho tiempo y retoman su amistad. Él acaba de salir de una larga relación y no supera la ruptura mientras que ella está casada y tiene tres hijos. Él se encuentra en una crisis personal pues aunque es un maestro cervecero no sabe (ni quiere) rentabilizar su talento en el bar donde trabaja, mientras que ella lleva más de quince años sin trabajar a pesar de estar harta de su monótona vida. Él es un desastre, ella una experta hacer que el desastre sea aun mayor. Son solo dos amigos “sin derecho a roce” pero con muchas ganas de pasárselo bien. ¿Qué podría salir mal?
Reinventando el molde
En Platónico no solo se produce el reencuentro entre Sylvia y Will, sino también entre los dos intérpretes que les dan vida, Rose Byrne y Seth Rogen, quien hace no tanto protagonizaban la comedia gamberra Malditos vecinos (2014) y su secuela (2016). El director de aquellas dos entregas, Nicholas Stoller, ha sido el amigo entre medias que los ha vuelto a juntar para la serie, la cual codirige y coescribe junto a su pareja Francesca Delbanco, escritora y guionista en otras series como Amigos de la universidad. Precisamente ese espíritu bicéfalo es el que le da a Platónico lo que quizá le faltaba a sus anteriores películas: una nueva perspectiva, y sobre todo una perspectiva femenina.
Porque no hay que olvidar que Stoller es uno de los grandes hombres que se ha encargado de configurar la comedia romántica moderna dentro de ese gran entramado que es la factoría de Judd Apatow, el director y productor con el que comenzó todo. Bajo ese ala en el que se han criado tantos cómicos (Jonah Hill, Jason Segel, Michael Cera...) Stoller pudo lanzar su primera película, Paso de ti (Forgetting Sarah Marshall), y es inevitable no ver en el personaje de Seth Rogen en Platónico un aun resplandeciente reflejo del Peter Bretter de Jason Segel, solo que veinte años después.
No obstante, aquellas películas -tanto Paso de ti como posteriormente Eternamente comprometidos, de nuevo con Jason Segel al frente- pecaban de un exceso de subjetividad masculina y un ritmo que si bien no era alocado del todo -de hecho son comedias románticas de lo más reposadas-, aquí adquiere una dimensión distinta gracias al formato miniserie. Es un hecho que las series dominan el panorama actual pero muchos directores están aprovechando este formato para poder desarrollar sus ideas y sus personajes en más tiempo, y aquí Stoller hace lo propio a través de Will y Sylvia, dos amigos cuyas personalidades ayudan mutuamente a camuflar sus inseguridades y problemas.
Mucho más que sexo
Porque Platónico no se queda solo en su tesis de que la amistad entre hombre y mujer sin sexo de por medio no solo puede sino que debe existir, sino que también reflexiona sobre otras vicisitudes sobre las que Stoller no había tenido tiempo de detenerse. La mano de Delbanco sin duda ha servido para indagar más en el personaje femenino y en todas sus contradicciones, especialmente en cómo el personaje de Sylvia desea volver a la vida laboral al tiempo que tiene miedo de esta y se siente superara por ella una vez la consigue.
La serie plantea a lo largo de sus diez capítulos muchos más temas, a saber, el desencanto de la mediana edad y su desconexión con las generaciones más jóvenes -la famosa brecha millenial/genZ-, la hipocresía de las grandes corporaciones -desde el patetismo del bufete de abogados de Sylvia a al hipercapitalismo del bar de Will- o simplemente la cada vez menos denostada contradicción de ser madre y aun así querer echar una canita al aire, aunque a veces esa canita pueda convertirse en una noche de ketamina que no salga del todo bien.
La diferencia es que Platónico nunca le pierde la sonrisa a la vida a pesar de todo, con un discurso gamberro pero reflexivo, maduro pero ligero, realista pero sin ser pesimista. Harry y Sally se equivocaban, la amistad entre hombres y mujeres heteros puede existir. Y pasados los 40 no solo no es más difícil, sino que a veces puede ser el bote salvavidas que te ayude a continuar.