Uno de los pueblos más navideños de España: tiene el belén de chocolate más grande del mundo y museos dedicados a los mantecados

Ya está aquí la Navidad, apenas quedan dos días para la celebración de una de las fechas más esperadas del año. El árbol, las luces y todo tipo de adornos navideños ya brillan en la mayoría de los hogares y las mesas esperan la gran comilona del día de Nochebuena. Pero ¿qué es la Navidad sin los belenes? Se trata de una de las decoraciones más singulares y especiales de estas fiestas. De hecho, muchos de ellos se han convertido en verdaderas obras de arte, lo que atrae a miles de visitantes cada año a descubrir estas ingeniosas representaciones.

En España, contamos con uno de los pueblos navideños más impresionantes del mundo. Estamos hablando de Rute, una bella localidad situada en el Parque Natural de la Sierra Subbética, que se ha convertido en todo un referente turístico en estas fechas. De hecho, cuenta con uno de los belenes más exclusivos que se pueden encontrar, pues está hecho íntegramente de chocolate. Son tales sus dimensiones que es considerado como uno de los belenes de chocolate más grandes del mundo.

Te puede interesar: Uno de los pueblos más bonitos de Francia que es la capital de las cerezas: está a menos de una hora de España

Pero, ¿por qué de chocolate? Uno de los motivos es la importante tradición agroalimentaria que alberga Rute, pues la localidad es famosa por sus dulces de Navidad, así como por el anís. Esto es otro de los alicientes que hacen a la localidad un destino esencial.

Desde el siglo XIX, Rute ha sido uno de los centros productores de anís más relevantes en España. Este es su producto estrella y durante esta época llegó a albergar hasta 100 destilerías, aunque a día de hoy tan solo quedan cuatro. “La tradición de la elaboración de anís en Rute, probablemente se deba porque los ingredientes para elaborar anís, el alcohol, agua y matalahúva, se encontraban en la región”, explica la coordinadora de turismo de Rute a Infobae España.

Te puede interesar: El pintoresco pueblo de Málaga conocido como la ‘villa de los pitufos’

De esta forma, muchas familias comenzaron con la destilación de este licor, el cual con el paso de los años se ha convertido en unos de los símbolos del municipio. Pero esto no se queda aquí, pues a partir de los años 50 empezaron a surgir también diversas fábricas de dulces de Navidad. A día de hoy, existe una amplia variedad, pero en esos años, la gran mayoría se elaboraban con manteca de cerdo, un producto que nunca faltaba gracias a la fiesta de la matanza. “Parece ser que de ahí viene también la tradición de la fábrica de dulce”, cuentan.

En la actualidad hay dos fábricas de dulce de Navidad que cada año se reinventan y proponen cosas nuevas para atraer el turismo. Esto lo convierte en un aliciente no solo para disfrutar de la alta calidad de los productos, sino también para visitarlos. Así, es de donde surge la iniciativa privada de los museos temáticos y donde entra en juego la empresa Galleros Artesanos, la creadora del monumental belén de chocolate, que es una de las joyas de la villa.

Desde el año 2000, Galleros Artesanos lleva enamorando a los fanáticos del chocolate. Desde ese momento, los belenes han sido el reclamo turístico principal de la ciudad durante la Navidad gracias a su majestuosidad. El primero de todos tan solo contó con 500 kilogramos de chocolate, pero con el paso del tiempo la cantidad de chocolate ha ascendido hasta los 1.600 para convertirse en el belén más grande del mundo.

Algo que lo convierte en especial es que cada año cuenta con una temática y distribución diferente. “Para este año hemos elaborado un belén ambientado en la novela de Julio Verne de La vuelta al mundo en 80 días, pero por ejemplo, el año pasado estuvo dedicado a la tradición hebrea. También lo hemos hecho con temática andaluza, dedicándolo a ciudades como Córdoba o Sevilla”, cuenta a Infobae España Jorge Garrido, maestro chocolatero.

Garrido cuenta que para su elaboración se ha utilizado mayoritariamente chocolate blanco gracias a que es el más fácil para colorearlo y dar todos los detalles. Algo que se lleva planeando desde el mes de abril, cuando se decide la maquetación y el montaje, para después comenzar con la elaboración de las figuras. Para ello, el maestro chocolatero explica que usan dos tipos de técnicas, la utilización de plantillas y el moldeado.

Te puede interesar: Este es el menú a bordo de los aviones de Air Europa: tiene uno elaborado por el chef con más estrellas Michelín de España

Aunque también juega un papel fundamental el atemperado y la mezcla con azúcar, lo que permite obtener diferentes texturas y tonos. El proceso final y entrega se hace en el mes de septiembre, cuando definitivamente se termina el belén. Pero la pregunta del millón es: ¿Y no se derrite? Tal y como cuenta Jorge, el belén se instala en una sala que alberga una temperatura constante y controlada, lo que permite su excelente conservación.

Aparte del belén de chocolate, la oferta turística y gastronómica de Rute alberga mucho más allá. Pues el anís, los mantecados y licores artesanales también tienen su lugar. Así, se pueden disfrutar de multitud de museos en honor a todos estos productos como son el museo del chocolate, el del turrón, el del anís, la chacina, el jamón y el azúcar

Las calles de Rute también albergan un rico patrimonio arquitectónico y cultural que se traduce en atractivo conjunto monumental. De hecho, alberga un extenso patrimonio religioso del que destacan construcciones como la parroquia de Santa Catalina Mártir, la de San Francisco de Asís, el santuario de Nuestra Señora del Carmen, la ermita de San Pedro, la Vera Cruz y San Sebastián.

A esto se le suman otros espacios como el monumento al anís, el canuto, las ruinas de Rute el viejo y el castillo. Por no hablar de su bello entorno natural, pues enclavado en el Parque Natural de la Sierra Subbética, cuenta con una oferta rural y senderista que es perfecta para los más aventureros.

Te puede interesar: El pequeño pueblo de Aragón que está en los Pirineos: un castillo, una iglesia y una de las mejores vistas de la región

Desde Córdoba, el viaje es de alrededor de 1 hora y 5 minutos por la carretera A-45. Por su parte, desde Málaga el trayecto tiene una duración estimada de 1 hora y 10 minutos por la misma vía.