Hace años que se implantaron sistemas de calefacción en los coches para hacer la conducción más cómoda durante el invierno. Podemos así calentar el vehículo en los días más fríos y deshacernos de abrigos, chaquetas y bufandas, que dificultan moverse con facilidad al volante.
Hay veces que el sistema de calefacción de los automóviles falla y, en vez de despedir aire caliente hacia el interior del coche, expulsa un aire frío que incomoda tanto al conductor como los pasajeros. Las causas pueden ser varias y dependen del sistema que tenga cada coche.
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Cómo funciona el sistema de calefacción del coche
El sistema de calefacción del coche aprovecha el calor del propio motor para distribuirlo hacia el interior del vehículo. Una vez se alcanza la temperatura óptima, ese calor se redirige a través de un ventilador hacia el habitáculo. El sistema de calefacción puede ser mecánico, automático o eléctrico.
Los sistemas mecánicos son los más antiguos. Llevan un radiador detrás del salpicadero que se conecta a través de dos manguitos al sistema de refrigeración del motor. Muchas veces incorporan un grifo que abre y cierra el paso del agua hacia este radiador. Delante hay un ventilador eléctrico, que se puede poner en marcha si se desea más calor.
En los automáticos, la base del funcionamiento es parecida, salvo por el ventilador. El aumento de temperatura en este caso se realiza de forma automática al seleccionar la temperatura deseada. Una centralita electrónica analiza entonces el interior y exterior del vehículo y adapta los elementos.
En estos casos, hay que tener paciencia y esperar a que el motor se caliente para que empiece a funcionar correctamente el sistema de calefacción.
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Los calefactores eléctricos, finalmente, se parecen sobre todo a los sistemas domésticos. Aquí, el aire caliente sale directamente, sin necesidad de esperar a que llegue calor del motor.
Los fallos más comunes en la calefacción
Hay algunos motivos muy comunes por los que la calefacción puede tener fallos en su funcionamiento. En ocasiones, cuando se deja el coche en la calle durante la noche, se queda tan frío que es necesario dejar trabajar al motor unos minutos antes de que empiece a expulsar aire caliente.
Si después de un tiempo la calefacción continúa sin funcionar, puede tratarse de un problema más complejo. Por ejemplo, una avería en alguno del sistema de calefacción, ya sea en los elementos del motor, del radiador o del ventilador, que impedirán que se forme el aire caliente o que este salga en el interior del vehículo.
También pueden darse fallos en el termostato. Es la válvula que controla el flujo de líquido refrigerante y, si se queda abierta o cerrada, impedirá que el motor alcance la temperatura necesaria para calentar el aire del coche. La bomba de agua eléctrica, encargada de mover el líquido refrigerante, también puede ser la causante de los fallos.
Si no, otro de los causantes puede ser el propio líquido refrigerante: si no hay suficiente, será imposible que el aire se caliente. Esto podría acabar sobrecalentando el motor y dejar el coche inutilizable.