Las urgencias del Gregorio Marañón de Madrid se desbordan: 88 pacientes pendientes de ingreso

Sindicatos y trabajadores denuncian el abandono de la Atención Primaria, que satura las urgencias de los hospitales

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Hospital Gregorio Marañón (Shutterstock)
Hospital Gregorio Marañón (Shutterstock)

El Hospital General Universitario Gregorio Marañón atraviesa unas jornadas complicadas en su servicio de urgencias: la llegada del invierno ha provocado un aumento de pacientes y sus trabajadores están saturados. Durante la tarde del jueves 21 de diciembre, los sindicatos denunciaban que quedan 88 pacientes pendientes de ingreso.

La presión asistencial comenzó la semana pasada y se incrementa día a día, denuncia Comisiones Obreras. Mientras, las camas se acumulan en los pasillos del hospital, en un esfuerzo por dar cobertura a todas las personas que llegaban al centro.

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Imagen de las urgencias del
Imagen de las urgencias del Hospital Gregorio Marañón obtenida por Infobae España.

“Las llamamos camas de pasillo”, explica a Infobae España una sanitaria del centro, que denuncia esta práctica tan común por violar la intimidad del paciente.

Para el sindicato Comisiones Obreras (CCOO) esta situación no es “nada nuevo”. De hecho, el Gregorio Marañón no es el único hospital que presenta estos problemas en las fechas navideñas. La semana pasada, el Hospital Universitario Infanta Leonor denunciaba tal carga asistencial que muchos pacientes ingresados no tenían cama para pasar la jornada o subir a planta. Una situación similar presentaba el Hospital 12 de Octubre, que acumulaba a mediados de diciembre 66 pacientes en urgencias no vitales (donde debería haber un máximo de 42) y 69 en urgencias preferentes, además de 40 personas pendientes de ingreso.

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Desde el Gregorio Marañón, achacan la “alta frecuentación de pacientes” de estas fechas “al aumento significativo de la incidencia de gripe”, que afecta especialmente a personas mayores y con patologías previas. “Estos pacientes pueden requerir ingresos y sus estancias hospitalarias suelen ser superiores a la media”, informan desde su gabinete de prensa. El hospital asegura que ha activado su plan de invierno, con contratación de personal de refuerzo, “especialmente de enfermería y TCAE (Técnico en Cuidados Auxiliares de Enfermería)”.

Además, se han habilitado más camas de hospitalizaciones y se han abierto nuevas áreas de prehospitalización en Urgencias.

Una saturación periódica en la sanidad madrileña

Cada verano y cada invierno, los hospitales de Madrid viven escenas de saturación, ya sea por la falta de sustituciones en las planillas estivales o por los equipos, que demandan más contrataciones para hacer frente a esas jornadas en las que muchas veces se ven desbordados. Este 2023, la Comunidad de Madrid ha reforzado sus plantillas en hospitales públicos con 1.800 sanitarios, pero no ha bastado para hacer frente a los picos de ingresos de este periodo.

Desde CCOO admiten que se ha hecho un esfuerzo por contratar y este año ha habido menos quejas por falta de personal, si bien los sanitarios siguen soportando una presión asistencial mayor de la que deberían. Achacan este aumento de pacientes al “abandono de la Atención Primaria, que provoca que los pacientes lleguen a urgencias con patologías agravadas”.

Una crítica al déficit estructural que sufre la Comunidad de Madrid llega desde las urgencias extrahospitalarias. Estos espacios operan cuando cierran los centros de salud y a ellos acuden personas con problemas de salud menores para no colapsar las urgencias de los hospitales.

Su reorganización, anunciada por la presidenta de la región, Isabel Díaz Ayuso, provocó varias jornadas de huelga. Desde el comienzo del proyecto existieron críticas por la falta de sanitarios. Con la nueva configuración, los SUAPS (centros en la ciudad de Madrid) y los SAR (centros en los pueblos y ciudades de la Comunidad) pasaron a denominarse Puntos de Atención Continuada (PAC), con 78 centros repartidos por la región.

Así, los SUAPS, cerrados durante dos años por decisión de la Comunidad de Madrid, reabrieron ya como PAC en 2022 y en lugar de contratar personal, se repartió el que ya trabajaba en los SAR. El doble de centros para el mismo número de trabajadores, decisión que provocó sobrecargas de trabajo en los sanitarios de la región y una degradación del servicio que se daba en estos centros rurales.

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