La infanta Elena consiguió este miércoles 20 de diciembre algo sorprendente, reunir a casi toda su familia para celebrar su 60 cumpleaños. Y ni siquiera los reyes, Felipe VI y Letizia, faltaron a esta cita, en la que también estaba Juan Carlos I, que aterrizó en España pasadas las 11 de la mañana en un vuelo privado procedente de Ginebra, donde hizo escala en su ida desde Abu Dabi para encontrarse con su hija Cristina, con quien ha volado hasta la capital española.
Según fueron llegando al restaurante Pabú, donde tuvo lugar el almuerzo, fueron fotografiados por los miembros de la prensa que estaban allí congregados. Como suele suceder, la Reina fue una de las que más flashes acapararon, pero en esta ocasión tuvo que compartir el protagonismo con su sobrina Irene, que volvió a dar una lección de estilo.
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Letizia optó por un conjunto práctico y actual, combinando unos pantalones de tweed rectos con una cazadora de cuero marrón y mocasines a juego, resaltando su preferencia por la comodidad sin sacrificar la elegancia. Irene, por su parte, escogió una falda larga de color marrón con estampado floral que combinó con una camiseta básica de color blanco y una cazadora de cuero marrón, coincidiendo con su tía.
Completó su conjunto con unas botas altas negras, bolso a tono con cadenas doradas y varios collares y pendientes de aro mini de color dorado, manteniendo el equilibrio entre un acabado juvenil y la sofisticación. Para el pelo optó por una pinza de color dorada con la que logró despejarse el rostro, que llevaba al natural.
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Este encuentro familiar ha servido tanto para refutar rumores de discordia como para destacar la tendencia hacia looks versátiles y estilosos entre las mujeres de la familia real. Cada elección de vestuario refleja un equilibrio entre la presencia pública y la identidad personal, redefiniendo lo que significa el estilismo dentro de la realeza española en eventos de alta relevancia.
La presencia de Juan Carlos
El otro protagonista, pero no por su vestuario, era el emérito quien sonriente concedió unas palabras a los periodistas que aguardaban a la salida: “Hay que volver a cumplir 60 años para volver a celebrarlo”. A continuación, ha deseado “feliz Navidad a todos”, sin responder a la pregunta de si regresará a España en las fiestas.
A la salida del restaurante, le despedía la infanta Elena con dos besos, una reverencia, haciéndole el símbolo de la cruz en la frente y poniéndole la mano en el pecho en actitud cariñosa.