El pasado 11 de diciembre la asesora de Feijóo, Marta Varela, recibió una llamada sobre las 20:00 horas. En la pantalla, aparecía el teléfono de Óscar López, el jefe de gabinete de Pedro Sánchez en la Presidencia del Gobierno. El PP ya sabía de qué iba esa llamada: cinco días antes se había enterado por los medios de comunicación de que el líder socialista se quería reunir con él para tratar una serie de temas. Durante esa llamada no se habló de ningún contenido, solo de fechas, aseguran fuentes de la Dirección del PP conocedoras de la conversación. Sánchez ofrecía a Feijóo una mesa de diálogo y tres fechas para que se llevase a cabo: 18, 20 y 22 de diciembre. Hasta diez días después no se ha sabido cuál ha sido la escogida, y tan siquiera estaba del todo claro que se fuese a producir antes de Navidad, eso solo lo sabía el PP. “No reunirse nunca fue una posibilidad”, reconocen fuentes cercanas al líder de la oposición.
El día que se produjo esa primera y última llamada era lunes, y en una hora Pedro Sánchez ofrecía una entrevista a Pedro Piqueras en Telecinco. Entre la llamada al PP y la entrevista televisiva, el gabinete de Sánchez desvela a los medios que hay tres fechas que se han puesto sobre la mesa, pero no dice cuáles, eso, de momento, solo lo sabían los más cercanos a los dos líderes. Y, ya en la entrevista, Sánchez recordaba que cuando él era líder de la oposición con Mariano Rajoy, acudía a las citas y no ponía “ninguna condición”: el PP ya le había pedido un orden del día por escrito durante la llamada previa.
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La semana pasada era complicada para los socialistas, por lo que darles un balón de oxígeno no era una opción. El martes se debatía en el Congreso la toma en consideración de la ley de amnistía y la creación de tres comisiones de investigación a petición de los independentistas. La fecha de la reunión sería una cortina de humo. Además, al día siguiente, las cosas aún se pondrían más complicadas para Sánchez: los socialistas navarros pactarían con Bildu una moción de censura en Pamplona para arrebatar la Alcaldía a UPN y otorgársela a los abertzales. Era el caldo de cultivo perfecto para hacer oposición, y confirmar la reunión solo lo enturbiaría. Sin embargo, Feijóo ya había decidido qué hacer sobre la misma: se sentaría con Sánchez y presentaría un orden del día que ya tenía redactado la pasada semana.
Tomó esa decisión en cuanto constató que el PSOE no iba a mandar la suya, pues que ya habían pasado unos días desde la petición y el teléfono de Marta Varela no sonaba. Además, la reunión era “inútil”, ya que en ese momento se trataba de una “foto sin contenido”, y ese era el anzuelo de los socialistas, reconocen fuentes de Génova. Con todo, hubo indecisión, y sí que llegaron a plantearse anunciar la reunión la semana pasada, de hecho, la manifestación del domingo en Pamplona era uno de los escenarios que se barajaban para dar el sí a Sánchez.
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Una vez pasado el domingo, ya se podía tachar la primera fecha propuesta por La Moncloa, el lunes 18 de diciembre. El Partido Popular no dijo nada, no era una buena opción para ellos, teniendo en cuenta la semana que se avecinaba, copada de contenido para hacer oposición: a la situación en Pamplona se sumaba un pleno que interesaba mucho a los populares, y es que este martes se debatía una norma para derogar la pena por enaltecimiento al terrorismo a instancias de Sumar, que aunque no tenía que ver directamente con ETA, la vinculación era fácil. “No interesaba”, constatan fuentes del PP.
La siguiente opción era la entrevista que, esta vez, tenía Alberto Núñez Feijóo a las 21:00 horas con Pedro Piqueras en Telecinco, pero tampoco era el momento para los populares, que decidieron posponer aún más el movimiento y aprovechar el espacio televisivo para rematar el debate sobre el enaltecimiento: anunció que llevaría una iniciativa en el Congreso para prohibir los homenajes a terroristas, que se les pueda indultar y que los condenados por delitos de sangre vuelvan a ir en listas electorales, como sucedió en las municipales y autonómicas del País Vasco y Navarra.
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Una semana de silencio
Una semana después de haber tomado la decisión, el Partido Popular la hace pública solo media hora antes de que se inicie la comparecencia de Pedro Sánchez en el Congreso de los Diputados, donde el presidente ya había avanzado su intención de arremeter contra Feijóo por su negativa a reunirse. “El PP acepta que la reunión se desarrolle en una de las fechas propuestas por el Gobierno, el viernes. La fecha la fijará el Gobierno en función de la agenda de Pedro Sánchez. El lugar, también será de la elección del presidente, siempre que sea en territorio nacional”, desvelan fuentes del PP a todos los medios. Feijóo aceptaba verse con Sánchez este viernes, 22 de diciembre, para lo que solo quedaban 48 horas y evitando así el encuentro solo un día después de la moción de censura en Pamplona, que se producirá el 28 de diciembre.
El PP esperó hasta este miércoles a las 8:35 horas porque buscaba que Sánchez no tuviese tiempo de reacción para montar una estrategia previa a su comparecencia y, efectivamente, logró su objetivo: el presidente salió a la tribuna y dijo la frase que buscaban los populares. “Diálogo cuando quiera, como quiera y sobre lo que quiera, pero diálogo y no berrinche”, plasmó, lo que fue contestado instantes después por el líder de la oposición, fijando la fecha, el lugar y las condiciones para la reunión. “Sin mediador, en el Congreso, el viernes, sin imposiciones y con orden del día oficial”, fijó el líder gallego. “Para usted, la perra gorda”, repuso el presidente, aceptando así que el encuentro se produjese en el Congreso de los Diputados. Ahora, la fecha, la hora y el sitio de la cita ya está fijado: Sánchez y Feijóo se sentarán a las 10:30 del viernes en el hemiciclo.
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Desde Génova creen que han descolocado al presidente del Gobierno, que ha caído en la trampa debido a su “arrogancia dialéctica”, al tener una capacidad de reacción “menor”. Así, han ganado la escenografía con una reunión en el Congreso de los Diputados, donde el PP tiene más escaños, y no en La Moncloa, “el Congreso es un sitio cómodo y neutral”, señalan. Y también han conseguido dotar de contenido a una reunión pensada, a su juicio, para una foto: “Es la diferencia entre una foto sin orden del día y una reunión con contenido”, concluyen los populares.