Defensa elige la propuesta de Escribano y Expal: el nuevo lanzacohetes del Ejército se basará en un diseño israelí

No ha habido sorpresas. Tal y como se preveía, prácticamente, desde que el Ministerio de Defensa lanzara el proyecto, las empresas Escribano Mechanical & Engineering y Expal se han hecho con el contrato, valorado en 697,5 millones de euros, del denominado proyecto Silam, que busca desarrollar un nuevo lanzacohetes para el Ejército de Tierra. El acuerdo ha sido rubricado este martes por la secretaria de Defensa, Amparo Valcarce, y representantes de ambas compañías, en la sede del Ministerio.

La propuesta que presentaron las dos firmas, dada a conocer en la pasada edición de la feria de defensa y seguridad española Feindef, está basada en el sistema israelí Puls, fabricado por la firma Elbit Systems, montado en un camión 8x8. El plan que presentaron a Defensa implica la fabricación por parte de Escribano de la mecánica, hidráulica y electrónica del lanzador; mientras que Expal será responsable del desarrollo de los cohetes.

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Asimismo, las compañías han asegurado haber cerrado acuerdos con otras empresas locales para ampliar aún más la participación nacional en este importante programa. Entre ellas GMV, que estará a cargo de la integración del sistema de mando y control de artillería Talos, ya en uso en el Ejército; Iveco España, que aportará su plataforma Astra; y el consorcio misilístico SMS.

El Puls, ya en uso en países europeos como Dinamarca y Países Bajos, es un lanzador multipropósito que cuenta con dos pods, cada uno diseñado para un tipo de cohete específico: el Accular de 122 mm (18 cohetes) con un alcance de hasta 35 km, el Accular 160 mm (10) con un alcance de hasta 40 km, el Extra (4) con un alcance de hasta 150 km y el Predator Hawk (2) con un alcance de hasta 300 km.

Desde un principio, el objetivo de la cartera de Margarita Robles ha sido que la industria local, transferencia de tecnología extranjera mediante, diseñara y desarrollara un sistema lanzacohetes made in Spain, incluyendo la munición con la que estará armado. La previsión, de acuerdo a los requisitos del Ejército, es adquirir 12 unidades, aunque en el largo plazo podrían incorporarse otra docena. Además, Defensa contempla adquirir 685 cohetes, radares multifunción y drones tácticos para localizar e identificar los objetivos.

El Silam es un viejo reclamo del Ejército español, que carece de lanzacohetes desde 2011, cuando fue dado de bajo el sistema Teruel. De acuerdo al calendario que maneja Defensa, los primeros lanzadores y cohetes serán incorporados el próximo año y las entregas se completarán en 2028.

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De esta manera, la oferta de la industria nacional ha superado a la presentada por la empresa brasileña Avibras, que ofrecía al Ejército su lanzacohetes Astros, sistema en uso en distintos países que ha cosechado elogios a lo largo de las últimas décadas. La firma sudamericana había incluso llegado a crear, junto a la española NTGS, el consorcio Ibermisil para la fabricación local del Astros. De igual manera, la propuesta brasileña incluía, en caso de hacerse con el jugoso contrato, la instalación de dos centros industriales -uno en Badajoz y otro en Jaén- que emplearían a 1.200 personas cada uno.