Todas las controversias en torno a ‘Aquaman 2′: De Amber Heard al fin de una era en DC

El universo DC se encuentra en plena crisis en lo que se refiere a sus adaptaciones cinematográficas. Las últimas películas no han terminado de funcionar, convirtiéndose incluso en sonados fracasos en taquilla, como ocurrió con The Flash, a la que no ayudaron las polémicas en torno a su protagonista, Ezra Miller, y sus denuncias por su actitud violenta.

La terrible racha se completó con Black Adams, ¡Shazam! La furia de los dioses y Blue Beetle, a lo que habría que sumarle todos los cambios estructurales que se han producido dentro de las compañías productoras, tanto de Warner como DC, que finalmente ficharía al cineasta James Gunn (responsable de títulos de Marvel como Guardianes de la Galaxia) y el productor Peter Safran para dirigir la división de cine, televisión y animación de de los estudios.

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Los cambios no tardaron en llegar. Se rompía de forma drástica con el SnyderVerse que había emprendido Zack Snyder a partir de El hombre de acero y comenzaron a cancelarse algunas películas que seguían el rumbo de la franquicia. Su intención, empezar desde cero y cancelar buena parte de los proyectos que estaban planeados.

En esa vorágine llega a los cine Aquaman 2 y el reino perdido, de nuevo dirigida por James Wan y protagonizada por Jason Momoa en el papel del superhéroe acuático que se embarcaría en nuevas aventuras, en esta ocasión, enfrentándose al poderoso Black Manta (Yahya Abdul Mateen II) que está dispuesto a vengar la muerte de su padre. Para poder hacer frente a su furia, el protagonista tendrá que hacer las paces con su hermano Orm (Patrick Wilson), que se encuentra encarcelado después de los acontecimientos que tuvieron lugar en la primera parte.

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Esa ha sido una de las polémicas que rodearon la cinta desde el principio. La actriz interpretaba a la princesa Mera y, en principio, su personaje estaba asegurado en la secuela, pero antes de empezar el rodaje se había producido el juicio por difamación que perdió frente a su ex marido Johnny Depp y que se convirtió en un a auténtico circo mediático.

La actriz comenzó a perder todos los contratos que tenía en Hollywood, un veto que también se trasladó de alguna manera a Aquaman. Según fuentes cercanas, dicen que su paso por el set se convirtió en un auténtico infierno, entre otras cosas, por el acoso psicológico a la que la supuestamente la sometió Jason Momoa, que intentaba humillarla imitando a Johnny Depp.

Estuvo a un paso de desaparecer del montaje final, pero aparece de forma anecdótica, sin el peso que, en otras circunstancias hubiera tenido en la producción.

Esta segunda parte de Aquaman supondría el fin de toda una era, hasta el punto de que lo más probable es que ninguno de los intérpretes que habían participado en las respectivas franquicias vuelvan a participar en la nueva etapa que están programando Gunn y Safran. Eso incluiría a Gal Gadot como Superwoman, Henry Cavill como Superman y Jason Momoa como Aquaman.

El propio actor ha confirmado que no sabe cuál será el futuro de su personaje y que no parece que haya perspectivas de retomarlo. En ese sentido, todo está en el aire, pero lo cierto es que Aquaman y el reino perdido se lo juega todo en la taquilla de estas Navidades. La primera parte recaudó, en estas mismas fechas, 1,150 millones de dólares en 2018, aunque se trata de cifras prepandemia.

Todas estas turbulencias continuarán alimentando los rumores y maledicencias hasta que se vea si realmente los nuevos planes se ajusten a las expectativas gracias a Superman: Legacy, en la que David Corenswet encarnará a Clark Kent, Rachel Brosnahan a Lois Lane, Nicholas Hoult como Lex Luthor.