Históricamente, los conductores en España han estado sujetos a la obligatoriedad de contar con dos triángulos de emergencia en sus vehículos, con el propósito de utilizarlos para señalizar su posición en caso de sufrir una avería o imprevisto en alguna de la red de carreteras del país, entre ellas las autovías, autopistas, así como vías secundarias. Sin embargo, esta normativa ha sufrido modificaciones significativas desde el 1 de julio de 2023, marcando un antes y un después en la forma de proceder ante emergencias viales en rutas de gran capacidad.
Antes, cuando un vehículo se veía en la necesidad de detenerse por emergencia en autopistas o autovías, la regulación estipulaba que debería colocar los triángulos a una distancia de seguridad para advertir a otros usuarios de la vía. Este proceso implicaba salir del vehículo y exponerse al tráfico que circulaba, lo que naturalmente generaba una situación de alto riesgo, aumentando la posibilidad de ser víctima de atropellos.
Te puede interesar: Matrículas azules en los coches: qué significan y quién las lleva
Este riesgo no era una posibilidad, sino que suponía un alto riesgo respaldado en las estadísticas de víctimas de accidentes de tráfico y atropellos. Entre los años 2019 y 2022, se produjo un total de 42 fallecimientos atribuidos directamente a atropellos ocurridos mientras las víctimas colocaban o retiraban los triángulos de señalización. Solo en el año 2022, un 11% de los decesos en accidentes de tráfico interurbanos fue resultado de atropellos durante emergencias en estas carreteras.
Estas cifras son alarmantes y han obligado a las autoridades a impulsar una modificación legislativa, por la cual se ha eliminado la obligación del uso de triángulos de emergencia en autopistas y autovías. No obstante, esta medida no acarrea la desaparición inmediata de los dispositivos de señalización. Su presencia aún es obligatoria en carreteras secundarias, manteniéndose su uso obligatorio hasta el año 2026, momento en el cual se prevé que cesará completamente su utilización.
Te puede interesar: Este test demuestra que sacarse el carnet de conducir no es fácil
En el contexto de las carreteras secundarias o de doble sentido, la colocación correcta de los triángulos sigue siendo una práctica de seguridad vital. En caso de emergencia, un triángulo debe ser ubicado a 50 metros delante del vehículo y otro a similar distancia por detrás, asegurándose de que sean visibles para otros conductores al menos a 100 metros de distancia.
Por su parte, en vías de un único sentido, es suficiente con posicionar un solo triángulo a no menos de 50 metros en la parte trasera del vehículo. Y cuando las condiciones de visibilidad se ven comprometidas por elementos como cambios de rasante o curvas en el camino, los triángulos deberán ser situados donde aseguren que otros conductores puedan percibir a tiempo la presencia de una situación de emergencia en la vía.
Las luces V16, la sustitución a los triángulos
Dentro de la estrategia puesta en marcha por la Dirección General de Tráfico de aumentar el control y la seguridad de los conductores durante la conducción y, especialmente, en caso de avería, la DGT ha validado un nuevo sistema de alerta que sustituye a los clásicos triángulos de emergencias y proporciona mayor seguridad a los usuarios.
Con la meta de reducir los accidentes en el horizonte, nace el V16, un dispositivo que está llamado a reemplazar a los tradicionales triángulos de emergencia que advierten del peligro de una avería o un coche estacionado en plena carretera. Este nuevo dispositivo es una baliza de color amarillo que se conecta por pilas y es capaz de emitir una luz en 360º en alta intensidad y de forma intermitente y continuada durante, por lo menos, media hora. Además de pilas, el dispositivo cuenta con una batería con una vida útil de aproximadamente 18 meses, más allá de si es recargable o no.