Las zonas rurales están viviendo desde hace años un éxodo masivo. La pérdida de puntos sanitarios, como farmacias o centros de salud, y de sucursales y bancos se está trasladando también al sector de la restauración. En la última década, los bares de barrio y de las zonas rurales han menguado de manera significativa, pasado de contar con 197.391 de ellos a 175.890 a cierre del pasado año.
La restauración ha encadenado varios años seguidos de cierre de negocios, pero el 2022 cambió la dirección y registró números verdes en cuanto a las aperturas. Aun así, durante la presentación del anuario, el secretario general de Hostelería de España, Emilio Gallego, ha advertido de que “siguen cerrando bares pequeños” en los barrios, la periferia y las zonas rurales del país.
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En el lado opuesto se encuentran los restaurantes y cafeterías, tipos de negocio con mayor capacidad de contratación y de un mayor tamaño que sí están viendo crecer el número de establecimientos y pasaron de 73.023 en 2021 a 83.879 el pasado año. En general, a inicios del pasado año contaba con 279.516 establecimientos, lo que supone un incremento anual del 1,9 % respecto a los que había al comienzo del año anterior.
En la gran mayoría de comunidades se han contabilizado más negocios de restauración, sin embargo, varias autonomías han supuesto la excepción ante estos datos. Son Extremadura, donde no se ha incrementado la cifra y se mantiene con 5.970, y Melilla, donde sí se han reducido el número de establecimientos.
Buen año pero se ensombrecen las perspectivas para 2024
Hostelería de España espera cerrar este año con un crecimiento de entre el 5% y el 10% de la facturación, mientras que para el siguiente ejercicio atisba una moderación de sus resultados y no avanzar más allá del 4% respecto a los datos de 2023, pues su actividad da signos de estar “tocando techo”.
Según el estudio presentado este martes por la patronal, la hostelería refleja un récord en datos de empleo, con el pico máximo en julio y agosto superior a 1,9 millones de trabajadores, en la media del año supone más de 90.000 trabajadores por encima de los del ejercicio anterior. Para la asociación, el 2023 ha supuesto un año de recuperación. Los datos que maneja la organización, aún provisionales, alientan el optimismo del sector, pues la facturación media hasta octubre ha registrado un incremento del 8,9% respecto al mismo periodo de 2022.
Esta alza de la facturación se debe de forma principal al “fuerte” crecimiento que se ha producido durante la primera mitad del año y que después se ha ido moderando, lo que provoca que el balance del año general sea positivo. No obstante, la hostelería advierte de que la evolución de las ventas y de la actividad está “tocando techo”.
De cara al próximo año, la actividad hostelera moderará su ritmo de crecimiento y podría situarse en un aumento de entre un 2% y un 4% respecto a 2023. En general, la evolución del empleo, el cómo impacte la subida de los tipos de interés, la situación de “inestabilidad” política y la evolución de los precios son “puntos críticos” que podrían afectar a la demanda y a la evolución de los negocios durante 2024.