El impresionante palacio barroco que es uno de los más bonitos de Portugal

Cuando se visita Portugal, uno de los atractivos que más llama la atención es su rico patrimonio cultural y arquitectónico. Este se puede apreciar en grandes ciudades como Lisboa u Oporto, pero en el interior se ubican pequeños pueblos que son todo un encanto. Estos esconden rincones mágicos que descubren un país diferente y donde el viajero puede conocer la verdadera esencia lusa.

Así, en el municipio de Vila Real se ubica una de las construcciones más simbólicas del centro de Portugal. Estamos hablando de Casa Mateus, un palacio barroco cuya decoración interior y ornamentación es una de las más impresionantes de Europa. A día de hoy, la propiedad está en manos de la Fundação da Casa de Mateus, la cual ha desarrollado una intensa actividad cultural, en particular en los campos de la música, de la literatura y de los artes plásticos, organizando festivales, cursos, seminarios y exposiciones.

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La Casa de Mateus, terminada en el año 1744, es un viaje a través de la historia de Portugal. De hecho, está vinculada estrechamente con la creación de la Región Demarcada del Duero en 1756, lo que la convierte en una de las cunas del vino. Su conjunto monumental alberga tanto el palacio como sus bellos jardines, los cuales muestran el ingenio y la destreza de su arquitecto: Nasoni. “Además del espectacular esplendor de la fachada principal y la riqueza de su decoración, todo el conjunto está marcado por la racionalidad de la planta y el rigor de la métrica y la modulación”, explican en su página web.

A su vez, el interior está marcado por diversas estancias como son el Salón Noble, la Biblioteca o el Museo Religioso. En ellas se puede apreciar como el paso de hasta 12 generaciones ha ido moldeando sus paredes. Así, muebles de los siglos XVI al XX y los objetos preciosos cuentan la vida de la casa desde su origen hasta la creación de la Fundação da Casa de Mateus, en 1970.

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Igualmente, sus habitaciones albergan una colección de arte, compuesta por “retratos de época, naturalezas muertas o amorcillos tradicionales italianos. El órgano de tubos que podemos escuchar en la Capilla y los numerosos instrumentos de época nos recuerdan la presencia constante de la música”, cuentan. Por su parte, la bodega es uno de los principales atractivos de la Casa Mateus. Su construcción original data del siglo XVII y XVI, y todavía hoy está en pleno funcionamiento.

Los jardines componen la otra gran joya del palacio. Estos se extienden a lo largo de un eje central y constituyen un paraíso en la región. “Si ya en la entrada es el lago el que sorprende en su relación con la arquitectura, la rosaleda que bordea el ala sur aporta una especial exuberancia cromática y aromática que contrasta con el diseño racional de los parterres superior e inferior”, detallan.

Sin embargo, estos no son los originales. Para disfrutar de ellos tan solo hay que ir hacia el este, donde se ubica el túnel de cedro y los huertos, los cuales conectan los jardines con la zona forestal. Esto completan un ecosistema complejo, que respeta los ritmos y condiciones del equilibrio ambiental.