La jornada laboral de cuatro días avanza con éxito en Portugal. El país vecino ha probado durante los meses de verano este modelo con un programa piloto al que se han sumado medio centenar de empresas y casi 1.000 trabajadores. Los coordinadores de la iniciativa aseguran que los pros son más que las contras y ponen el foco en los primeros resultados, que evidencian que no hace falta contratar personal para implementar esta fórmula. La salud mental, el estrés y la conciliación familiar son tres de los aspectos en los que más se aprecia el cambio de paradigma.
Portugal ha presentado esta semana un estudio con los primeros datos del programa, todavía en fase de desarrollo. Los resultados reflejan mejoras significativas en la salud mental y la carga de trabajo de los empleados. Los promotores de la iniciativa han entrevistado a más de 200 empresarios y trabajadores entre mayo y septiembre de este año. El nivel de ansiedad de las personas encuestadas ha caído un 21% y la reducción media de la jornada mensual ha sido del 13,7%.
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“La semana de cuatro días no consiste necesariamente en trabajar lo mismo y tener los viernes libres”, asegura Pedro Gomes, profesor de Economía en la Universidad de Londres y coordinador del programa. El docente pone el foco en la “quincena de nueve días”, una de las fórmulas más utilizadas por las empresas durante el tiempo que han durado las pruebas. “Hay compañías que realmente trabajan cuatro días, ocho horas al día, y pueden cerrar los viernes, pero también tenemos otros modelos, como el trabajo por turnos”, añade el profesor, en unas declaraciones recogidas por la Agencia Lusa.
La “quincena de nueve días” consiste en alternar una semana laboral de cinco días con otra de cuatro. La jornada diaria permanece, con este modelo, intacta. “En la fase de prueba, casi ninguna empresa tuvo que contratar más personal”, detalla Gomes. La evaluación del experimento todavía no es definitiva, pero la teoría de que la semana laboral de cuatro días requiere la búsqueda de nuevos trabajadores es, a priori, “completamente errónea”, según explica el profesor. “En algunos sectores puede ser necesario, pero nunca será una contratación proporcional”, señala.
Las empresas que han participado en el piloto son “muy particulares” y pueden no ser del todo representativas, dada la “alta cualificación” de los trabajadores. “La idea es abrir la puerta a probar con otras empresas para recabar más información”, apunta el coordinador. Las compañías han reducido los tiempos de trabajo alrededor del 13%, sin recortes salariales para la plantilla. El 60% de las empresas apostó por eliminar un día de trabajo a la semana, mientras que el 40% restante optó por la fórmula de la “quincena de nueve días”.
Menos ansiedad y más tiempo con la familia
Los coordinadores reconocen que el informe final permitirá conocer más en profundidad las consecuencias del piloto, aunque no han dudado en hacer sus primeras valoraciones. “Los trabajadores descansan más, tienen mejores niveles de salud mental y de conciliación familiar. Son factores que también repercuten en la empresa y permiten retener talento”, explica Pedro Gomes. Los economistas han entrevistado a más de 200 trabajadores y las respuestas son claras: la ansiedad se reduce un 21%, el insomnio cae un 19% y la sensación de soledad baja un 14%.
El tiempo libre también gana protagonismo. El 65% de los trabajadores dice haber aprovechado para pasar más horas con la familia. El mismo porcentaje reconoce haber pulido el cuidado personal y un 60% de los encuestados ha dedicado más tiempo a practicar deporte o retomar aficiones. Los cambios estructurales también han llamado la atención. El 70% de las empresas ha reducido el número y la duración de las reuniones y nueve de cada diez compañías valoran positivamente los resultados de la prueba.
El piloto español, similar al portugués
Hace un par de meses, València publicaba los resultados del primer piloto español de la jornada laboral de cuatro días. El programa, que ha tomado los lunes como día festivo, contó con la participación de más de 350.000 vecinos. La ciudadanía ha valorado con siete puntos sobre diez la propuesta y un gran porcentaje considera que la semana de cuatro días tiene beneficios para su rutina. El 34,9% de los trabajadores encuestados reconoce niveles más bajos de estrés y el 17,5% percibe menos cansancio y más tiempo de sueño.
La conciliación y el equilibrio entre la vida laboral y familiar también ha sido favorable. El 46,1% de los participantes ha dedicado más tiempo al seguimiento de actividades culturales y el 35,5% dice haber consumido productos más elaborados, mejorando consecuentemente su alimentación. Las estaciones de medición, además, han constatado un aumento del 58% en los niveles de dióxido de nitrógeno el primer lunes laborable después de la iniciativa, prueba de que la calidad del aire ha mejorado durante las cuatro semanas que ha durado el experimento. El informe, no obstante, recuerda que el modelo de reducción de jornada tiene que adaptarse a las necesidades organizativas de cada empresa.