‘La espera’, terror rural en Sierra Morena: “En nuestro país, cualquier cosa que se escape a los estándares preestablecidos no se entiende”

El director F. Javier Gutiérrez recupera el espíritu de su ópera prima, ‘3 días’, de nuevo junto a Víctor Clavijo. Un western en clave hispana repleto de horror telúrico

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Víctor Clavijo en un fotograma de 'La espera', de F. Javier Gutiérrez
Víctor Clavijo en un fotograma de 'La espera', de F. Javier Gutiérrez

En 2008, F. Javier Gutiérrez debutó en el largometraje con una auténtica ‘rara avis’ en el cine español que, con el tiempo, se convertiría en una película de culto. Se llamaba 3 días, estaba protagonizada por Víctor Clavijo y en ella utilizaba el elemento apocalíptico dentro del espacio rural español a través de una serie de señas de identidad únicas.

En 72 horas, un meteorito se estrellaría contra la Tierra acabando con toda la humanidad, mientras en un pueblo perdido de Andalucía, un joven debía de enfrentarse a los problemas que surgían frente a la extinción desde un punto de vista cotidiano, introduciendo todas las miserias del ser humano.

Tráiler 'La espera'

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Después de esa icónica obra, el director se trasladó a Estados Unidos y firmó una película de encargo que pertenecía al universo creado por Hideo Nakata y su cult movie The Ring. Se trataba de una secuela americana de The Ring 2 (La señal 2), Rings, en la que Gutiérrez se puso al servicio de la industria. “Cuando trabajas en una franquicia así estás muy encorsetado a nivel creativo y no tienes libertad para arriesgar y para hacer un cine que se escape de los convencionalismos”, contaba el director a Infobae España.

Andalucía, sudor y polvo

Víctor Clavijo y Ruth Díaz en 'La espera', de F. Javier Gutiérrez
Víctor Clavijo y Ruth Díaz en 'La espera', de F. Javier Gutiérrez

Así que, de alguna manera, tenía ganas de volver a sus raíces y embarcarse en un proyecto más personal. Así nació La espera, una película que regresa al universo que creó en 3 días: personajes solos en un entorno prácticamente fuera del mundo y en el que tienen que luchar contra lo inconcebible, con el derrumbe, tanto físico como moral, de las estructuras sobre las que se había sustentado la sociedad.

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3 días fue sin duda el punto de partida de La espera, pero también tenía que ver con seguir evolucionando dentro del género en su vertiente más enrarecida, porque necesitaba un reseteo, porque como director, me gusta jugar y tomar riesgos”, continúa.

Para F. Javier Gutiérrez lo fácil hubiera sido seguir con la rueda de Hollywood, hacer otro proyecto de estudio, de encargo. “Ya sé cómo funciona, tiene sus pros y sus contras, pero a nivel creativo, necesitaba un tiempo para mí”.

Tanto 3 días como La espera lo retrotraen a una atmósfera andaluza, en Sierra Morena, que conoce bien gracias al pueblo en el que vivían sus abuelos.

Una historia fuera de los estándares

Sin embargo, lo que parecía un proyecto pequeño y de fácil financiación, se complicó mucho. Llegó la pandemia, no obtuvieron las ayudas del ICAA, ni de ninguna televisión, únicamente de Canal Sur. Tuvieron que tirar con eso y lanzarse a la piscina para hacerla. “Lamentablemente, en nuestro país, cualquier cosa que se escape a los estándares preestablecidos no se entiende, o a la tendencia del momento, así que cuesta encontrar la confianza para sacar proyectos adelante que no se ajusten a las fórmulas, o los designios de las plataformas”.

Un fotograma de '3 días', la ópera prima de F. Javier Gutiérrez que remite a 'La espera'
Un fotograma de '3 días', la ópera prima de F. Javier Gutiérrez que remite a 'La espera'

En ese aspecto, a pesar de las dificultades, Víctor Clavijo siempre estuvo ahí. A nivel actoral, implicaba muchas cosas, de hecho, el actor está irreconocible, tanto en lo que respecta al aspecto físico (perdió siete kilos y se dejó crecer tanto la barba como las uñas) como en el tono de su voz, mucho más áspero y seco. Una transfiguración en toda regla.

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Clavijo interpreta a Eladio, un hombre que acepta el trabajo como guarda de una finca en la que son habituales las salidas de caza. Ahí se trasladará con su familia, su mujer, Marcia (Ruth Díaz) y su hijo pequeño, que se convertirá en adolescente y que, en una de esas batidas, fallecerá a causa de un disparo. A partir de ese momento, el núcleo familiar se resquebrajará. Lo que no saben es que, detrás de esa muerte, se esconden oscuros intereses. Y ahí entra de lleno, el género fantástico.

Un western español dentro del género fantástico

Muchos han comparado La espera como un cruce entre La caza, de Carlos Saura, Los santos inocentes, de Mario Camus, y Mandy, de Panos Cosmatos. “Creo que todas esas referencias tienen su razón de ser. En el caso de Mandy, se instalaba la locura en el personaje de Nicolas Cage al perder a su familia y convertirse en su vengador. Y en cuanto a La caza y Los santos inocentes, creo que hay ese espíritu rural español que se entremezcla con los códigos del western norteamericano, repleto de suciedad y de violencia. Yo recuerdo que cuando iba al pueblo de mis abuelos de pequeño, me daban miedo muchas cosas, como las casas abandonadas. Era un mundo extraño lleno de secretos y de silencio, y también estaba esa brutalidad, como las matanzas de los animales, que me marcaron mucho, además de todo ese universo de polvo y sudor, de suciedad, que he intentado trasladar a la película”.

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F. Javier Gutiérrez se lamenta de que no se apueste más en España por producciones así, de bajo coste, autorales y que tengan un componente fantástico. “Era una película muy sencilla, pero nadie se quiso arriesgar con ella, la hemos tenido que sacar adelante casi solos, y eso produce mucho desgaste. Se supone que las ayudas son para romper moldes, y eso ha sido una decepción en nuestro caso”.

Es posible que dentro de unos años, La espera, se considere una película de culto como ya lo es 3 días. Lo cierto es que F. Javier Gutiérrez sigue fiel a su espíritu contracorriente. Y la espera a la que se refiere el propio título, ha merecido la pena.

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