Sabemos de dónde parte, pero no tanto por donde entra. De eso se ocupan los narcos, de evitar levantar las sospechas. La cocaína, que toma protagonismo en las fiestas navideñas, entra a Europa, principalmente, oculta entre contenedores que llegan a los puertos bajo la apariencia de envíos comerciales. Los de Amberes (Bélgica) y Rotterdam (Países Bajos) continúan liderando con una holgada diferencia el ranking de puertos favoritos de los narcos, pero ya se turnan en el podio tres españoles: Algeciras, Valencia y Barcelona.
Los dos primeros ya figuraban en el top five de los puertos europeos donde más alijos de cocaína se decomisan, según datos del último informe del Observatorio Europeo de las Drogas y las Toxicomanías de la UE recabados por Infobae España. Pero ahora, según informan fuentes policiales de la lucha antidrogas, los principales embarcaderos del Estrecho de Gibraltar y el Mediterráneo se han asentado entre los primeros puestos.
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Ejemplo de ello es que la Policía Nacional se incautó hace días dos alijos llegados por vía marítima que sumaban unas 11v toneladas de cocaína. Uno de ellos, de 3.400 kilos de estupefaciente, había arribado, precisamente, al puerto de Valencia. El otro, descubierto en el puerto de Vigo, se consagró como el mayor decomiso de cocaína de la historia en Galicia. Detrás no estaba ningún narco gallego, sino el cártel de los Balcanes, concretamente la mafia albanesa.
De Colombia a España, pasando por Ecuador
El modus operandi que utilizaron estos narcos para hacer llegar el alijo hasta Vigo, desde donde se iba a distribuir por toda Europa, es un paradigma del mapa actual del tráfico de cocaína en el continente y el resto del mundo. El origen de la cocaína fue Colombia, pero la mercancía pasó primero por Ecuador antes de poner rumbo, por mar, a la península camuflada en un cargamento de pescado y marisco congelado.
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Y es que los lazos entre los narcos y las empresas que operan de forma habitual en los puertos es pieza indispensable del negocio, en este caso, de la cocaína. En la mayor incautación de droga en Galicia era un empresario coruñés quien, según los responsables de la investigación, dio soporte a la llegada del alijo en los contenedores de lomos de atún congelado que solía vender a un precio inferior al de mercado. Por esa razón, entre otras, estaba bajo la lupa del Servicio de Vigilancia Aduanera desde hace cuatro años.
Los narcos, ahora los del cártel de los Balcanes, necesitan esa ayuda en puerto para, en primer lugar, evitar ser descubiertos y, también, para levantar las mínimas sospechas en los controles de aduanas. Para ello contactan con empresas que tienen un alto flujo de actividad en un puerto o, incluso, buscan tejer ese entramado empresarial para, en el momento menos esperado, dar entrada a la mercancía “contaminada”.