Alberto Ginés López (Cáceres, 2002), el joven prodigio de la escalada española, ha irrumpido en el panorama internacional con la fuerza de un vendaval. El atleta ha combatido la verticalidad de los muros con una soltura que desafía su juventud. A sus 21 años, y calificado como un ‘talento de primera’ por ‘Forbes under 30′ en la categoría de deportes y juegos a los 19, Ginés escaló hasta la cima del éxito en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, logrando el metal dorado, símbolo de su triunfo personal, pero también de la escalada en general, al ser el primer campeón olímpico de este deporte.
“Era un chaval que había entrado, no de rebote, pero nadie se esperaba que llegase allí. Ni yo me esperaba que fuese a ganar una medalla, mucho menos de oro”, asegura el extremeño a Infobae España. Lo cierto es que Ginés apuntaba maneras. Con 15 años escaló una pared de roca de grado 9A, conocida por ser una de las más difíciles del mundo. Desde ese momento, no ha mostrado indicios de disminuir su ritmo, causando sensación como uno de los escaladores más prometedores del mundo.
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Sus primeras tomas de contacto con la escalada las tuvo a muy temprana edad, con tan solo tres años. Comenzó con sus padres y de manera eventual, con ayuda de un entrenador, empezó a tomarse en serio esta práctica. Desde 2016, año en que se anunció que la escalada iba a ser olímpica, se trasladó a Barcelona para entrenar en el CAR de San Cugat del Vallés con ese objetivo. Y en 2018, dio el salto a la categoría absoluta.
Con un oro histórico y olímpico colgado del cuello, una plata y dos bronces en campeonatos Europeos, Ginés está centrado estos meses en conseguir el billete para los Juegos Olímpicos de París 2024. “Después de este último mes hemos visto un poco más de luz en la clasificación y estamos un poco más tranquilos”, asegura el joven, quien confiesa que al principio, tanto él como su equipo veían “complicada” su presencia llegando a sentir “presión”. “Decía: ‘Joder, los últimos juegos los gané y puede ser que la siguiente no me clasifique’. Eso sí, me quitaba el sueño”, confiesa.
La escalada olímpica, que combina la velocidad, el búlder y la dificultad, ha encontrado en el extremeño un exponente de excepción. Su capacidad para leer los problemas que se le presentan en los bloques, la rapidez con la que asciende en los eventos de velocidad y la resistencia y técnica que exhibe en las pruebas de dificultad, revelan a un atleta completo que se ha moldeado a golpes de tenacidad y pasión.
“Si una sale mal, igual la siguiente sale bien”
Falta algo más de seis meses para la ceremonia parisina. A vísperas de Navidad, Ginés se encuentra de vacaciones “escalando en roca y un poco a mi bola”. Regresará a los entrenamientos en enero para enfocarse “primero en las Copas del Mundo que vienen” las que califica como un “entrenamiento de cara al preolímpico”. “Luego preolímpico y ojalá que después vengan los Juegos”, apunta en una conversación con nuestro periódico antes de la Gala de Navidad del Comité Olímpico Español (COE), donde hizo entrega del Premio Revelación al taekwondista Adrián Vicente.
Con altas expectativas de poder lograr la clasificación, no todo el camino ha sido sencillo: “Los primeros dos años han sido complicados, llenos de altibajos”. Ginés confiesa que el primer año estaba en “muy buena forma” con mejores resultados en bloque: “Me lesioné de las manos. Volví a ir bien. Este año también iba bien y me lesioné de los hombros. En verano lo pasé bastante mal”. “Ha sido un poco montaña rusa. Al final la temporada ha ido espectacular. Creo que estoy en mi mejor forma. Intentaremos mantener las sensaciones para el año que viene”, hace balance de los últimos años el campeón olímpico.
Pese a las piedras que se ha ido encontrando en su camino, Alberto considera que “no hay ninguna clave y que cada persona intenta gestionarlo a su manera”: “No hay ninguna fórmula. Puedes ir al psicólogo. Ellos te pueden dar herramientas para manejar un poco mejor la situación, pero al final la gran parte del trabajo la tienes que hacer tú y es complicado”. Para Alberto y su equipo, la mejor herramienta, o al menos, la que ellos más llevan a cabo es “competir”: “Nosotros lo que hacemos es competir mucho. Si una sale mal igual a la siguiente sale bien”.
Con una medalla más, “que pesa bastante”, el joven extremeño sigue trazando rutas con altas expectativas, llevando el nombre de España a lo más alto del podio. Y, quién sabe, si finalmente está presente en París 2024, revalidando el oro olímpico para seguir escribiendo historia en el deporte español y, en concreto, en la escalada.