Atreyu es un personaje de película, el protagonista de La historia interminable uno de los grandes éxitos de los años 80, basada en la novela homónima de Michael Ende. También es el nombre de un festival que originalmente reunía a la juventud conservadora italiana y ahora es una cita de primer nivel gracias al ascenso al poder de Giorgia Meloni, que empezó como organizadora de este evento en los años 90 y ha terminado como primera ministra. Es difícil relacionar la política internacional con el libro de fantasía, pero en realidad esto también es una tradición en Italia.
El nombre es algo más que una inspiración, como ella misma contó hace años: “Se eligió este nombre porque, para los organizadores del evento, el personaje de fantasía representa a la juventud comprometida que, en la eterna batalla entre el bien y el mal, resiste al nihilismo para preservar los ideales”. La ultraderecha italiana, incluso previamente el fascismo, siempre ha buscado referentes en la literatura fantástica y en no pocas ocasiones los ha utilizado para dar sustancia a sus propias ideas. Es el caso del festival, que se celebra en Roma.
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Hasta hace un par de años no era más que un evento de juventudes, pero ahora el nombre de los cabeza de cartel de la cita da muestras del tipo de convención en la que se ha convertido. Este sábado ha sido el turno de Elon Musk, empresario tecnológico, una de las personas más ricas del mundo y también un personaje controvertido con unas ideas políticas y sociales muy particulares. No es el único, estos días pasarán por el escenario el seleccionador de fútbol de Italia, Luciano Spalletti, el primer ministro albanés o el británico. Y también Santiago Abascal, líder de Vox que el domingo dará su discurso por la mañana, incorporándose así en una alineación de nombres de peso internacional.
El centro del discurso de Musk giró en torno a una de sus grandes obsesiones, la natalidad: “Creo que es importante tener hijos para crear una nueva generación. Es tan simple como suena: si la gente no tiene hijos, no habrá una nueva generación”. Musk afirma que no se puede confiar en la inmigración como medio para mantener la natalidad y que es necesario procrear para que el crecimiento siga.
Sunak evoca a Thatcher
Sunak, por su parte, reivindicó una figura clave para los grupos allí congregados, Margaret Thatcher: “Thatcher entendió que las ideas sólo son importantes si pueden implementarse. Ella nunca dio marcha atrás ni siquiera cuando la lucha fue dura, y hoy debemos aplicar el radicalismo de Thatcher cuando se trata de inmigración ilegal. Nuestros oponentes quieren esconder la cabeza en la arena y dejar que el problema desaparezca por sí solo, pero no funciona así. Ir a Lampedusa, donde llegó el 50% de los inmigrantes este año: ya no es sostenible, no es correcto y es inmoral”.
Sunak, que va muy por detrás de los laboristas en las encuestas, tiene la inmigración como uno de los centros de su discurso. Entre sus políticas destaca el intento de enviar inmigrantes a Ruanda, un paso muy controvertido que ha generado una fortísima polémica en su país. En general, el discurso antiinmigración está muy presente en el festival Atreyu.
Algo similar a lo que pretende hacer Sunak con Ruanda se está llevando a cabo entre Italia y Albania. El país transalpino pretende abrir al otro lado del Adriático centros de detención, algo que no parece importar a su primer ministro, también presente en el festival que celebra el mandato de Meloni. “Es un honor para nosotros echar una mano a Italia cuando nos la pide, es un privilegio ser considerados. Debemos hacer todo lo posible para ser el país hermano de Italia. Y nadie debería sorprenderse ni asustarse ni sorprenderse cuando lleguemos a acuerdos de mutuo entendimiento y beneficio”, explicó Edi Rama. Una disputa en el constitucional albanés puede hacer descarrilar esta propuesta.