“Yo fui una de las 15 jugadoras que renunciaron a jugar con España el año pasado”. Así comienza hablando Lucía García, futbolista del Manchester United, en The Players Tribune. La jugadora ha hablado sobre todo lo que ocurrió en la selección hace un año, cuando varias integrantes del equipo decidieron renunciar a vestir la camiseta de La Roja hasta que se llevaran a cabo cambios. Así, decidieron enviar un correo a la Federación con el fin de que tomaran cartas en el asunto. Sin embargo, esos cambios nunca llegaron a producirse y 15 jugadoras de la selección se plantaran, entre las que se encontraba Lucía.
“Al cabo de un tiempo algunas jugadoras volvieron al equipo y las que no fueron, como yo, nos quedamos fuera…y vimos por televisión como nuestras compañeras ganaban la Copa del Mundo”, explica. Y recuerda: “todo el mundo me decía que estaba siendo tonta”. Muchos de los mensajes que le llegaron en ese momento fueron: “Vas a arruinar tu carrera” y, además, detalla que no se trataba de haters o trolls de internet, sino gente que la conocía. Sin embargo, más tarde tuvo que darles la razón.
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Uno de los puntos que Lucía García recuerda que criticaban las conocidas como Las 15 es que las sesiones de entrenamiento siempre eran iguales. “Siempre. Cada día. Lo juro por Dios. Repetimos y repetimos ejercicios. Desde la sub 17 hasta la absoluta”. Quien es consciente de que la repetición tiene un valor, pero está segura de que las jugadoras profesionales necesitad un poco de variedad. Aunque este no es el único punto que critica. Respecto a las convocatorias, afirma que existía un “gran control hasta a la hora de dormir”, algo que entiende en categorías inferiores, pero no con jugadoras mayores.
“Casi nunca tuvimos un día para nosotras en las concentraciones. Y siempre que lo teníamos era bajo un control estricto. Parecía que tuvieran miedo de lo que pudiéramos hacer, como si dudasen de nuestra profesionalidad. Somos profesionales y sabemos lo que tenemos que hacer. No somos unas niñas de viaje de fin de curso”, detalla. Quien, además, recuerda que controlaban que cada una estuviera en su habitación. Por este tipo de acciones fue por las que enviaron los correos a la Federación las 15, pero “desafortunadamente el grupo se rompió”. “Si me preguntas por qué nos dividimos, creo que fue por la presión de las reuniones individuales”, considera.
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Y es que, en ese momento la Federación citó a las jugadoras de una en una, en una sala, donde estaban tres personas del staff, quienes preguntaban cosas como “¿Qué es lo que no te gusta? ¿Y de esta persona?”. De ese momento, recuerda que “daba la sensación de que todo lo que respondiera sería blanco o negro, “O estás en este barco o no estás”. A lo que añade: “Fue muy duro. Te sientes sola, presionada y nerviosa, sin ninguna compañera a la que pedirle consejo o en la que apoyarte para comunicar de forma clara lo que necesitamos, sabiendo que ellos son los que controlan tu futuro en la selección. Antes de que te des cuenta ya has vuelto a subir al barco”.
En enero comenzaron ya a volver a la selección algunas de esas 15 y ahí fue cuando el grupo se rompió. Entonces un día decidió llamar al seleccionador. La llamada, recuerda, fue debido a una reunión con una responsable de la Federación con la que habló de lo que había cambiado y le contó que ellos estaban dolidos por lo que había pasado. “Al final volví a convertirme en seleccionable, pero en la siguiente convocatoria, sólo algunas de las 15 estaban en la lista…”. Aunque asegura entender esta decisión, afirma que le dolió ya que llevaba jugando con España desde los 15 años. “Aprendí a valorar aún más a mi club”, asegura.
El Mundial de Australia y el ‘caso Rubiales’
Respecto al Mundial de Australia, explica que solo vio partes de la final y porque lo estaban poniendo en el gimnasio. Tras ver como certificaban la mayor gesta de la historia, recuerda que fue “agridulce”. “Estaba contenta por mis compañeras, pero también me daba rabia, porque me lo estaba perdiendo. No voy a fingir y decir que no me dolió. Cuando tus compañeras se están convirtiendo en leyendas delante tuyo y tú estás completamente sola con las pesas, es una putada”, asegura.
Sobre el ‘caso Rubiales’, afirma: “Sinceramente, el comportamiento del presidente fue difícil de ver. Para cualquier persona, actuar de esa manera es una vergüenza pero peor aún siendo el máximo representante del fútbol español. La influencia internacional presionó con fuerza y ayudó a provocar los cambios que se originaron a raíz de aquello, ya no estábamos solas”. Además, con la llegada de Montse Tomé a la posición de entrenadora de la selección, Lucía García volvió a ser convocada. “Después de todo lo que ha pasado… ¡Y ahora volver a ser convocada! Era una situación muy incómoda. De alguna manera, era lo mismo que pasó con Las 15 pero esta vez prácticamente todas habíamos acordado no jugar y ahora nuestra postura se veía amenazada”.
Sin embargo, las jugadoras acordaron no acudir a la selección hasta que se produjeran cambios y, a pesar de que aguantaron en esta postura todo lo posible, les amenazaron con quitarles la licencia federativa. Y acudieron a la convocatoria, aunque en Valencia se produjo a la ya famosa ‘cumbre de Oliva’. La Federación prometió que harían cambios importantes de una vez por todas, los cuales se han ido materializando poco a poco. Y las jugadoras ese mismo viernes vistieron de nuevo La Roja, entre ellas Lucía García.